Miro hacia otro lado escapando de sus ojos cuando diviso que Karen, Elliot, Kris y Tyler se acercan a nuestra dirección.
—Señor Styles. —dice Karen sorprendida de verle aquí.
—Hola Karen. —Sonríe y luego hace un asentimiento de cabeza en dirección a Elliot—. Kris ¿no? —pregunta.
—Sí. —Asiente mi amiga mientras toma la mano de Tyler—. Es como el jefe de Maddie. —dice riendo en direcciona su novio. Harry sonríe pero no dice nada.
— ¿Están pasándola bien? —Pregunta Harry.
—Sí. Pero Tyler está muy cansado. —Señala a su novio—. ¿Podemos irnos ya, Madi?
—Nosotros podemos llevarla. —ofrece Karen.
—No te preocupes, yo la llevare. —Habla Harry obteniendo la atención de todos. Kris sonríe emocionada.
—Gracias. —Asiente y besa mi mejilla—. Hablaremos después. —murmura en mi oído antes de alejarse. Se despide de Karen, Elliot y Harry y luego se marcha. Karen se marcha después de recibir sus bebidas junto con Elliot y suspiro.
— ¿Estas cansada? —pregunta.
—Un poco. Ha sido un largo día.
—Vamos. Te llevare a casa. —dice tomando mi mano para ponerme de pie.
Se me hace difícil encontrar a Karen por lo que le aviso por un texto que me he ido y camino hacia los estacionamientos con Harry. Entro al auto, espero por él y lo pone en marcha rápidamente. A mitad de camino baja la velocidad, es extraño que a estas horas de un viernes no haya ningún carro en la carretera y este totalmente oscuro. Aparto mi vista del camino cuando la mano de Harry se posa en mi muslo frio y desnudo.
— ¿Estas enojada conmigo aun? —pregunta sin mirarme. Después de todo no lo estoy.
—No. —niego observando su perfil. Una pequeña sonrisa se escapa de sus labios y detiene el auto.
— ¿Me darías un beso ahora? —pregunta observándome fijamente. Sonrío y me acerco para presionar mis labios a los de él. Me alejo regresando a mi lugar—. Vamos Madison. No un beso así. —casi ruega y suelto una pequeña risa haciéndole sonreír—. Ven. —me tiende su mano para luego desabrochar mi cinturón de seguridad y tirar de mi hacia su asiento. Me siento a horcajadas sobre su regazo y paso mis brazos por su la parte trasera de su cuello uniendo mi frente a la suya. No espera un segundo más para correr su asiento hacia atrás, soltar su cinturón y presionar sus labios con los míos. Gustosa los acepto e introduzco rápidamente mi lengua en su boca para comenzar una lucha con la suya. Sus manos viajan de mis caderas hasta mi abdomen hasta subir y masajear mis senos a través de a tela de la camisa y de mi sostén. Suelto un gemido en su boca cuando aprieta entre sus manos mis senos.
—Para… —más que una súplica es más un gemido.
—Me encanta la idea de follarte aquí, en el auto. —dice tranquilo.
—No…—niego rápidamente. El frunce el ceño—. Me refiero a que, estoy en mis días, el periodo. —digo avergonzada. El me da una sonrisa divertida y se encoge de hombros.
— ¡No! —digo riendo—. No así… es… es asqueroso. —digo antes de besarle.
