Salgo intentando contenerme. Sé que me he deshecho de el muy rápido y me maldigo porque ahora mismo mi respiración me traiciona.
—Oye Mad. —Llama Karen—. Si puedo llamarte así, claro.
— ¿Mad? —entrecierro los ojos hacia ella—. Está bien, me gusta. —sonrío sincera.
— ¿Te parece si almorzamos juntas?
—Claro. —Asiento—. Me marcas a la hora.
—Bueno. Ya es mediodía.
— ¡Oh por Dios! ¡Qué rápido! —digo observando mi reloj.
—Lo sé. —sonríe—. Así que…
—Déjame ir por mi bolso. —anuncio antes de girarme y entrar en mi oficina.
Tomo mi pequeño bolso y mis gafas de sol antes de cerrar la puerta con seguro. Karen me sonríe y juntas entramos al ascensor, doy tantas gracias cuando veo la puerta de la oficina de Harry abrirse y las puertas del ascensor cerrarse al mismo tiempo.
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La comida es excelente aquí y la conversación con Karen también es bastante agradable. Es decir, es la única chica aparte de mí que trabaja en la oficina y por supuesto que tiene mi edad. Realmente estoy empezando una buena amistad con ella.
—Entonces… ¿tienes novio? —pregunto antes de acercar la bebida a mis labios.
—Realmente no sé si tenemos una relación seria. —dice incomoda—. Pero le quiero mucho y estoy comenzando a enamorarme.
— ¿Cuánto tiempo llevan saliendo? —pregunto.
—5 meses.
—Es bastante para pensar que no son nada. —sonrío.
—Nos conocimos en una fiesta, el es bastante coqueto incluso con otras mujeres. —pone los ojos en blanco y sonrió—. Le gusta mucho jugar y bueno ya me estoy cansado de eso.
— ¿Le has comentado sobre eso?
—No… quisiera, mucho. Pero el me advirtió que no era un chico de relaciones serias.
—Pero siempre puedes poner la vida de alguien patas arriba. —Me encojo de hombros—. Es decir, te pudo haber dicho eso pero quién sabe si te quiere más de lo que imagina o incluso también se esta enamorando de ti. —digo.
— ¿Tú crees que hablemos sobre eso?
— ¡Claro! —exclamo—. Supongo que lo mejor para una relación es la comunicación. Si él no da el paso, dalo tú. —sugiero.
—Tienes razón, Mad. —sonríe—. Gracias. Intentare hablar con él esta noche.
—Siempre cuando me necesites. —le guiño un ojo sonriente.
—Y tu… tienes a todos muertos por ti en la oficina. —Frunzo el ceño—. Me refiero a que Paul no deja de buscar una excusa para acercarse a ti y por otra parte el señor Styles no deja de seguirte. —dice riendo.
—Ya lo creo. —pongo los ojos en blanco.
—No me resistiría al señor Styles. Lo primero que pensé cuando comencé a trabajar allí, fue que era tan caliente. ¿No piensas lo mismo?
—Es Caliente. —asiento riendo—. Estamos definitivamente de acuerdo con ello.
