capitulo 43

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Desperté temprano, al parecer mi reloj biológico no cayó en la cuenta que era sábado por lo que no trabajaba. De todos modos agradecí haberlo hecho después de divisar tan tierna escena. En silencio, eché un rápido vistazo a un lado de la cama donde mi pequeña bola de pelos dormía con sus cuatro patitas hacia arriba. ¿Cómo puede ser que algo tan pequeño genere tanto amor? Por ahora el pequeño era un NN, la noche anterior no habíamos podido ponernos de acuerdo con Aiton en el nombre. Según él cualquier nombre asociado a "tanque" le iría bien, es que sí era un mini tanque caminando, el pobre quería correr y caía torpemente a un lado.

Claro todo fue risas hasta que empezó a llorar, fue una noche complicada al principio porque seguramente extrañaba a su mamá. Hasta que lo puse al lado mío en la cama y rodeado de almohadones y le hice mimos hasta que se durmió, por supuesto él y el otro animal que tengo al otro lado.

Me senté, empujando mi pelo a un lado. Aiton ni atinó a moverse, definitivamente estaba en el quinto sueño, así que aproveche para dejar a "tanque" en mi lugar calentito. La idea era preparar el desayuno pero cuando vi la escena extremadamente tierna de mis dos amores durmiendo juntos casi se me sale el corazón. No lo pensé dos veces, busque mi cámara y capture el momento. Quien me viera, babeándome por mis dos bebes durmiendo uno al lado del otro, juro que podría empapelar todo el departamento con fotos de estos dos durmiendo juntos.

Cien, doscientas... No lo sé, perdí la cuenta de la cantidad de fotos que tomé. No era nuevo sacarle fotos a mi novio, de hecho aunque él no lo sepa, siempre que puedo lo hago. Simplemente no puedo conmigo misma, verle la carita de paz a mi lado es demasiado tentador. Claro ahora tengo un nuevo modelito para torturar.

Después de un largo rato babeando a la orilla de la cama por fin logre despegarme de ahí y hacer el desayuno. Lo serví en una bandeja para llevarlo a la cama, creo que hoy haremos todo lo que debimos hacer ayer, oficialmente hoy se festejan los seis meses. Así que fui a buscar el cuadro que el día anterior había tenido ganas de tirar por la ventana y lo puse en la bandeja a un lado.

Cuando creí que no había nada más tierno que verlos dormir, cruzo la puerta del cuarto y me encuentro con los dos despiertos jugando en la cama. Ver esa imagen fue como "con este chico, me caso".

–A ver Chop digámosle a mamá que no sea molesta con la cámara mientras dormimos.

Morí, resucité y volví a morir enamorada con la imagen.

– ¿Chop? –dije subiendo a la cama.

–Es que sos malísima eligiendo nombres pobre, necesita algo con más personalidad que "Dogui"

Alcé una ceja. –Ah perdón pensé que era mío y podía ponerle el nombre que quisiera.

–Mira esto. –dice mientras el cachorro se desespera por jugar con él. –Pide a gritos un nombre de macho... Además me hace acordar a los barriles de cerveza chopp. Chopp, Choppera. ¡Es genial!

–¿Estas relacionando a mi cachorro con la bebida?

–Eh, sí pero admití que tiene sentido.

Mire al cachorro intentando trepar a Aiton y cayendo a un lado y realmente tenía el aspecto de un pequeño barril. No es maltrato lo juro pero no resistí la risa.

–Ummm... No sé.

–A él le gusta Emma, no seas mala madre.

–¡Hey!

Lo agarre en brazos al cachorro mientras Aiton arrancaba con su desayuno.

–¿Vos te querés llamar Chop? –Inmediatamente que se sintió aludido trato de lamerme la cara.

–¡Ves! –vio el paquete a un lado de la bandeja. –¿Y esto?

–Es para vos... Se suponía que debía dártelo ayer pero bueno estábamos ocupados en no hablarnos así que te lo doy ahora. –dije mientras rascaba entre las orejas a Chop. –No es la gran cosa.

–¿En serio tenías esta foto? Wow. Es del día que te fui a buscar a la playa.

–Ajam... Y después fuimos a comer pizza.

–De ananá... –reí por la cara de asco. Había cosas que no cambiarían jamás, como su desagrado a mis gustos de pizza.

–Esa fue oficialmente nuestra primera cita, o algo así. –Chop ahora le gruñía a las sabanas y jalaba de ella con sus pequeños dientes, reímos juntos al verlo.

–Algo así... Fue todo un poco raro el inicio. A veces pienso mejor las cosas y no te culpo por tener dudas sabes. –me parecía justo sincerarme de una vez por todas. – Todo fue un poco alocado al principio y no estoy orgullosa de como maneje algunas cosas, pero a pesar de todo fue un lindo error, uno del que no me arrepiento porque sino no estaríamos juntos ahora.

–No es así, vos no tendrías que cargar con mis mierdas, supongo que es algo que todavía no se manejar muy bien. –se desacomodó el pelo con una mano. –Emma no es que no confíe en vos y tampoco es esa estupidez de confío en vos pero no en los otros. Es raro de explicar pero trabajo en eso.

–Hasta ahora la llevas bastante mal. –me reí. – No, en serio no sé cómo sería estar en tu lugar, quizás estaría totalmente loca. Entiendo que se hace difícil empezar algo cuando los cimientos fueron dudosos...

–Pero tuvo su lado divertido, hay que admitirlo. –hice una mueca, tenía un poquito de razón aunque recuerdo haberla pasado no tan bien en algún que otro momento. –Dale, ahora no te hagas que bien que no te quejabas cuando nos encontrábamos, no por culpa al menos.

–¡Aiton! –le pegué en el brazo, colorada. Y Chop se desesperó intentando ladrar.

–Ves lo agresiva que es tu madre. –dijo agarrando al cachorro con sus manos, creo que ya tiene a su favorito. Qué triste que no sea yo. –Ahora tus padres necesitan espacio y no podes estar acá porque no es apto para menores. –le dijo al perro que intentaba mover la cola y movía todo el cuerpito, ¿acaso le iba a hacer fiesta por todo? Que paradójico que yo diga eso, ¿no?

–¿Aiton que haces?

–Intento no producirle un trauma de chiquito, ¿sabes lo feo que es ver a tus padres teniendo sexo?

–Sos un chiste constante vos. –tuve que reír no me quedó otra, mientras Chop era expulsado del cuarto.

–Va a ser solo un ratito.

Volvió y comenzó a besarme. Pesar que ayer por un momento creí que no lo volvería a tener así nunca más.

–¿Te gusto el regalo?

–Si, mucho. Y ya tengo un lugar para ponerlo.

–¿Si?

–Sí, y al cuadro también...

–¡¡¡Aiton!!! –solté una reto en medio de una carcajada.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora