capitulo 28

3.2K 295 9
                                    



–...Así que básicamente ya está.

Suspire como solamente los que han sufrido bastante podrían hacerlo, mientras frotaba mis ojos aun un poco húmedos. Y sí, obviamente me creía la chica más desgraciada del universo, lo cual es un poco exagerado quizás... Pero es mi vida, déjenme sufrirla a mi antojo. Para ponernos en la situación, Aiton y yo sentados en mi sillón, él escuchando mi penoso relato de cómo conseguir ser una fracasada en tan solo un mes. Creo que hasta podría escribir un libro, con tips de cómo lograr arruinar tu vida en tiempo récor. ¡Oh, sí! Sería un gran libro.

Volviendo al espécimen masculino que se encontraba a mi lado, se mantuvo sereno durante todo mi monologo, en ocasiones creo haber notado que su mirada era fría sobre mí, aunque no se sí por necesidad o por qué motivo decidí continuar y largarlo todo, creo que si hay un momento para que se decepcione de mí y salga por la puerta corriendo es este. Que sepa lo que soy, no tengo nada más que esto para ofrecer y si quiere borrarse lo puedo entender, puedo recibir una bala más porque aún estoy anestesiada por todo lo sucedido.

Por su gélida mirada supe que era cuestión de suerte que no me congelara en el lugar. Un flash me hizo pensar que verme llorar por Santiago no le hizo ni puta gracias, pero claro eso es probablemente lo que reconfortaría mi ego, lo que me gustaría creer, puede que esté muy lejos de la realidad. Sin embargo tomé fuerzas y puse mis ojos en los suyos.

–No entiendo. –soltó al fin, aparentemente volviendo a recobrar su frescura innata.

– ¿Qué no entendes?

–Esto... No le veo lo malo a la situación, que decirte.

Tenía que ser una broma, deliberadamente quiere volverme loca. – ¿Vos no escuchaste nada de lo que te acabo de contar? –Parpadeé

–Sí y me parece ridículo tanta lagrima, por tan poca cosa. Pero las mujeres son así.

–¡¿PERDÓN?! –Pude sentir como la calma escaba de mi cuerpo, aún no podía entender a donde iba pero no me gustaba, y sé que lo vio en mi cara desfigurada.

–A ver, solo para estar seguro que entendí bien. ¿Estas llorando por un imbécil sin pelotas que te engañó durante meses con tu supuesta mejor amiga la cual es culpable de que te echaran del trabajo de tus sueños? –Levantó una ceja.

Mi boca cayó por el piso, ahora sí estaba perturbada.

Sin dejarme meter bocado, agregó. – ¿Por qué querrías tener tanta mierda alrededor tuyo? Un tipo que no te quiere, ni le importas y una tipa que se cago en vos y tus problemas durante meses. Si yo fuera vos estaría descorchando un champagne, es más podríamos ir a festejar.

¿Es en serio? ¿Qué tengo que decirle? ¿Gracias por humillarme aún más maldito insensible? Porque definitivamente se fue al carajo. Ciertamente tenía razón, no soy estúpida y se mejor que él todo lo que paso porque, ¡hola! Yo lo viví. Pero el simple hecho que le haya confiado todos mis patéticos problemas no le daba derecho a ser tan petulante. ¿Quién se piensa que es para decirme ridícula? ¡RIDICULA A MÍ! O sea, que lo diga yo es una cosa, pero vos... ¿A este que le pasa? ¿Y QUÉ QUISO DECIR QUE LAS MUJERES SOMOS ASI?

Me levante del sillón intentando poner mi frente en alto y señalándolo con el dedo acusador me propuse a ponerle un límite.

–Mira Aiton, creo que es hora de que te vayas, porque es claro que te estoy pidiendo demasiado, entender algunas cosas parece ser más que complicado para tu pequeña mente machista. –tome aire y seguí. – Si pensas que por estar mal voy a caer a tus pies y voy a dejar que me humilles estas muy equivocado.

InesperadoWhere stories live. Discover now