capitulo 38

3K 264 10
                                    



En algún momento de la madrugada me había despertado, estaba molesta por no poder dormir. Se suponía que esta mañana debería lucir fresca, sin ninguna huella de insomnio en mi rostro ya que después de tanto tenía una entrevista de trabajo. No dudo que esa fuera la razón de mis nervios que me llevaban a pocas horas de sueño. Aún no había amanecido, podía ver la oscuridad de la noche a través de las cortinas traslucidas. Tapada con la manta hasta los hombros me removí un poco, un brazo de Aiton me acogió. Lo único que agradecía de todo esto era poder tenerlo a él en estos momentos. Su pecho se encontraba presionando mi espalda, uno de sus brazos debajo de la almohada y el otro me abrazaba. Cada tanto movía su cabeza molesto por mi pelo en la cara, pero se mantenía firme a mi lado. Suspiro, acurrucándome más cerca de su pecho.

Ya pasaron un poco más de tres meses desde que todo se terminó con Santiago y decidí apostar a "esto" con Aiton. Una punzada florece en mi pecho recordando todo lo vivido. Últimamente no es que haya tenido malos días es solo que quizás me encuentre un poco melancólica. Tal vez tenga que ver con la preocupación de mis padres, tuve que estirar un poco lo de Santiago hasta que ya no tenía razón de ser ocultar todo. Cayó como una bomba para ellos el hecho de que ahora me encuentre "sola" y sin trabajo estable en esta gran ciudad. La idea de venir a buscarme sobrevoló por un instante durante las charlas telefónicas, sienten que sin Santiago no tengo más nada que hacer acá y más si estoy desempleada. Por suerte pude dejarles en claro que estaba bien, que tenía trabajos pendientes y que por el momento no estaba en mis planes volver, no tomaron mi decisión con mucha alegría, pero es lo que hay.

Al final aquellas llamadas movieron todo en mí.

Volví a caer en la cuenta de que ahora sí hace semanas que no sé nada de Santi. A veces me gustaría saber cómo está, después de todo una persona no borra todos los sentimientos por otra de un plumazo y menos si esa persona formó parte de mi vida durante tanto tiempo. Pero en fin, creo que así las cosas están justo donde tienen que estar.

Mi mamá me preguntó qué había pasado entre nosotros para que todo se terminara, desde la lógica preocupación de una madre. Le dije lo obvio, que las cosas ya no funcionaban para nosotros. También me preguntó si estaba realmente sola y acá viene lo peor creo yo... Sé que no lo estoy, pero debo decir que lo estoy. No quiero caer en tonterías, sé que estoy grande y puedo llevar adelante lo que tenemos, es solo que a veces me pregunto ¿hasta dónde? ¿Hasta dónde puedo yo cuestionarle algo? ¿Hasta dónde yo formo parte de su vida, de sus decisiones, de sus proyectos?

¿Es tonto cuestionarse todo esto? Estamos bien, no quiero pensar que necesito un estúpido título o una proposición formal para sentirme parte de su mundo. Tampoco quiero hacer algo tonto que pudiera arruinar las cosas, que vea una presión en mí o que piense que porque salgo de una relación "tradicional" necesito lo mismo. No necesito eso.

¿No lo necito?

Puede que yo me sienta lista para un paso más, que quiera decirles a mis padres que no hay alguien conmigo, que quiera poder decir "mi novio". ¿Es estúpido, cursi, innecesario? Y en ese caso ¿Qué? Yo podría hablarlo e incluso proponérselo, lo haría, no soy sexista y espero que siempre sea el hombre el que dé el primer paso pero... Bueno, está bien. Lo admito. Si espero que él dé el primer paso. Mucho Disney de pequeña.

Hace unos días estas cuestiones taladran mi cabeza, desde que él me dice que se va con sus amigos y me pregunto ¿cómo me presenta con ellos? Ya sé que parece perseguido, pero me gustaría saber, quien soy para su entorno si es que soy algo, hasta cuando esto va a ser así o si simplemente él no tiene pensado llegar a segunda base conmigo. Si eso es así, tengo horas enteras de citas, viajes y proyectos, tiradas a la basura.

Una pequeña lagrimita corre por una de mi mejilla al evaluar la idea de que todo se repita, de que vuelva a jugarme por algo que no tiene futuro. Que vuelva a dar todo por una persona para la cual no solo no soy prioridad sino que ni siquiera entro en sus planes y proyectos a futuro.

Ademas me doy asco a mí misma lo sensible que estoy últimamente.

Siento a Aiton moverse, caigo en la cuenta que rayos de sol se empiezan a colar por la ventana por lo que limpio mi cara con rapidez con la sabana. No hay razón para empezar mal el día, tengo una entrevista en un par de horas, debo estar presentable y no dejarme llevar por mis patéticas inseguridades.

–Estas inquieta... –su voz lleno la habitación.

–Creo que estoy un poco nerviosa.

Se acerca, me abraza fuerte y deja un beso en mi hombro. Me siento una idiota por pensar tantas estupideces.

Estoy bien.

Por eso sonrío con su tacto. –Te va a ir bien, vas a ver.

–Eso espero... La verdad ya siento que me hace mal pasar tanto tiempo haciendo nada. –Es real eso de cuanto más tiempo tenés, más haces funcionar tu cabecita con bobadas. Necesito un trabajo, pero ya.

– ¿Dormiste algo? –me pregunta dándome la vuelta para ver mi cara. –Porque pareciera que no mucho.

–Algo... Pero es lógico, ¿no? –le dedico una sonrisita cansada. –Me siento como si fuera a rendir un examen final o algo así, pero nada que una ducha, cremas y maquillajes no puedan tapar.

–Vamos a hacer esto. –Aiton empezó a cambiarse porque en un rato tenía que estar trabajando. – Vas a la entrevista pero al medio día salgo y vengo a buscarte para almorzar. –se detuvo para mirarme mientras prendía los botones de su camisa. –No tenes opción.

Pongo mis pies en el suelo y de camino al baño paso a su lado para abrazarlo. –Bueno, si me lo decís así.

InesperadoWhere stories live. Discover now