capitulo 34

3.4K 293 13
                                    



Desperté en el piso del baño recostada contra un cálido cuerpo que me envolvía en sus brazos y con una campera. Me dolía todo el cuerpo desde mis piernas hasta un ardor que recorría mi espalda, pude darme cuenta que se trataban de raspones al pasar mi mano por algunos lugares alcanzables. Mi boca dolía y el sabor era aún peor. Pase mis manos por mi cara y ahí pude deducir que tenía maquillaje corrido por todo mi rostro. ¿Dios, que había hecho?

Cuando logre girarme mi cabeza comenzó a palpitar y el dolor me invadió. Esto no podía ser parte del plan.

No tomo más.

Lo bueno es que al menos era mi baño y no el de cualquier lugar. Los recuerdos se empezaron a colar de a poco en mi mente. No quiero ver vodka y tequila por un buen tiempo. Ni jugo de durazno.

– ¿Estas bien farolitos? –su voz era lo único reconfortante.

Intenté fijar mis ojos en él mientras corría mi desastroso y sucio pelo para atrás. Tapé mi boca porque el aliento ciertamente me estaba envenenando a mí, no me imagino la intoxicación nociva que podría significar para Aiton estando tan cerca uno del otro.

– ¿Buen día? –obviamente no creo que sean buenos días para él, ¿habría estado todo lo que resto de la noche recostado en la pared fría del baño y conmigo encima? Su cara tampoco era la mejor. Hice lo que pude por acomodarme. – ¿Desde cuándo estamos acá?

–Desde que descubriste que comer una hamburguesa con papas fritas a las cinco de la mañana no era buena combinación para litros de alcohol barato.

Oh. Oh.

Bueno, al parecer Aiton conoció mi lado más delicado y femenino. Seguramente me vio vomitando varias veces, en todo mi esplendor.

Que genial.

¿Algo más vergonzoso? Posiblemente. De pronto vi mis jeans sucios, mi crop top arruinado y mi campera en la otra punta del baño, no quiero ni ver en qué condiciones quedó.

–Gracias. –dije entendiendo que tuvo que lidiar con lo peor de mí. –Y perdón, no debe haber sido la noche que esperabas.

–Si dejo de lado la contractura en mi cuello, te aseguro que fue una muy buena noche... –al menos conservaba su buen humor o quizás era porque mi estado era un chiste. – ¿Sabías que podes ponerte muy pasional a veces?

Borrosas imágenes corrieron por mi cabeza. Ah, como olvidarlo, me había revolcado con él en un callejón. Pequeño y diminuto detalle.

Toda una dama.

Me encogí de hombros y le di una sonrisa avergonzada. ¿Qué más podía hacer? Una vaga idea surgió en mi mente, pude haber tenido suerte al final de todo y puede que me haya enamorado del chico correcto, teniendo en cuenta que no tenía ni un poco de malhumor después de sostener mi cabeza en inodoro durante gran parte de la noche. Además para ser uno de esos chicos malos que le escapan al compromiso, bastante bien lo está haciendo, reconozcámoslo.

Levantó una ceja y supe que se venían palabras complicadas de escuchar por eso sentí la desesperada necesidad de meter mi cabeza en un pozo. Lleno de agua en lo posible. –No, hablando en serio. Cumpliste una de mis fantasías más locas, si de esto se van a tratar las reconciliaciones desde ya te digo que vamos a pelear mucho.

–Eh... Si acerca de eso, ¿será que podríamos no charlarlo así tan abiertamente?

– ¿Qué tiene de malo?

–Por favor Aiton, mirá el desastre que soy.

–Yo creo que te ves linda después de una noche caliente. –se apoyó con sus manos en el piso para levantarse, su cara hizo un gesto de dolor, era obvio que él tampoco estaba muy entero. –Bueno, vos siempre estas linda. Pero sexo en un callejón y después en el auto créeme, estas hermosa.

InesperadoWhere stories live. Discover now