capitulo 19

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Esa noche tuve los sueños más asombrosos, nada podría ser mejor. Nada excepto despertar a su lado, esta era mi rosa sin espinas, mi pequeño mundo perfecto, no creía que nada podría arruinarlo, hasta que...

Mi celular vibró, haciendo un ruido molesto sobre la madera de la mesita de noche.

Di un salto tomándolo, observe la pantalla 'Santi' oh, oh. Miré a Aiton, por suerte parecía no haberse despertado, volví a mirar el teléfono y suavemente salí de la cama, camine en punta de pies hasta entrar al baño, cerré la puerta despacito y me decidí a atender.

–Hola...–dije en voz baja, tapando con mí mano mi boca para que no se escuche nada y agachada, esperen, ¿qué? ¿Por qué me agacho?

– ¿Em? ¿Por qué estás hablando bajito?

–Es que, es que no quiero molestar a los vecinos... –sí, cuando me pongo nerviosa no puedo ser más tarada–

– ¿Los vecinos? Emma ni que las paredes fueran de papel.

–Te sorprendería saber lo finas que son, hoy en día las construcciones son tan económicas, el otro día escuche al de arriba abrir un paquete de papas fritas, si re loco todo...–Dios ilumíname para que deje de decir pavadas– Bueno es re temprano Santiago, la gente descansa los domingos y además... Para, ¿para qué me llamas?

–Ok... ¿Pero estas bien vos? Últimamente estás tan rara que no sé qué pensar.

– ¿Rara yo? – ¿será porque tengo a tu jefe durmiendo en mi cama? No, si por acá es todo muy normal. –Nada que ver Santi, estoy perfecta, quizás es el estrés que estas teniendo por el trabajo que te hace ver cosas, ya sabes, presiones, el tráfico, pagar las cuentas yo que se esas cosas. –cállate Emma, mejor cállate.

–Si puede ser. La verdad en este viaje no salieron muy bien las cosas así que me estoy volviendo –trague saliva tan duro que me corte la garganta seguro –, llego en un par de horas y te llamaba porque necesito despejarme un poco...

–Entiendo, podes salir a pasear por el parque así te distraes, el aire fresco hace bien.

–Emma yo hablaba de salir juntos a tomar algo por ahí.

–Ah. – ¡Uh! –Bueno pero no te exijas, seguro vas a llegar re cansado por mí no te preocupes.

–No, tengo ganas de salir por ahí. ¿Cuando llego paso a buscarte querés? –y así como querer, la verdad no quiero. Bueno basta, está mal, me necesita, lo mínimo que puedo hacer es bancarlo en esta y después... después vemos.

–Ok. ¿Cómo a qué hora llegas? –tengo que limpiar la escena del crimen viste.

–Y en cuatro horas, estoy a punto de tomar el vuelo. Llego paso a dejar las cosas a mi departamento y te paso a buscar para comer algo...

–Dale. –Sí, supongo que cuatro horas es suficiente para arreglar el desastre que es mi vida. –Igual tomate tú tiempo.

–Gracias bebé, no sé qué haría sin vos.

–Nos vemos...

–Te adoro bebe. –esta vez no respondí.

Antes de salir por la puerta, evalué los pros y los contras de meter la cabeza dentro del inodoro para acabar con tanta demencia, pero recordé que esta semana todavía no había hecho limpieza general. Hasta yo merecía una muerte un poco más higiénica. Suspiré y luego me aventure a la habitación nuevamente, es inútil nada en la vida es tan perfecto.

Recosté mi espalda en el colchón con mi mirada puesta en el cielorraso, necesitaba un minuto, necesitaba pensar cómo salir de esto, más después del descubrimiento de la noche anterior que se hacía presente con puntadas en mi pecho.

InesperadoWhere stories live. Discover now