Cap. 47

2.4K 131 14
                                    

Roger.

-¿Entonces si iremos, verdad?- preguntó Norma una vez que llegamos a la escuela al siguiente día- Por favor...di que sí.

Nos habían invitado a las olimpiadas. Alexis invitó a Norma y a mí me invitó un chico por parte de Jessica, quien no se atrevió a pedírmelo. No sabía si mi mamá me dejaría ir, así que planeé que saliendo de la escuela, Jessica me acompañara para que ambos le pidiéramos permiso a mi mamá, contarle cómo iba a estar todo y que decidiera si dejarme ir. Aprovecharía para yo también saber cómo estaba el asunto, dónde dormiríamos, cómo nos iríamos, qué haríamos...habían muchas dudas que Jessica necesitaba responderme.

-Le pediré permiso a mi mamá- sonreí- espero que me deje.

-Te acompaño y ambos le pedimos permiso, ¿te parece?- Norma se ofreció con entusiasmo.

-Me encantaría pero...

-Jessica irá contigo- acabó la frase por mí, sonriendo con picardía- Lo sabía. Ustedes ya son...

Le tapé la boca con mi mano y me sonrojé. ¿Por qué? Bueno porque realmente estaba perdiendo la cabeza y ahora sin molestias como Ámbar (que por cierto, Jessica la destruyó y no me quiso contar detalles) o Eric, no había ningún bache que detuviera nuestra relación...

-Guarda silencio- pedí sonrojándome.

Me lamió la palma de mi mano y yo la quité quejándome del asco. Ella se río y me dio un abrazo para calmarme que obviamente, tuvo efecto en seguida.

En eso, se sintió la prepotente llegada de Jessica, como un tornado. Volteé y efectivamente, estaba detrás de nosotros, entrando por las puertas con sus amigos. Norma literalmente, gimió al ver a Alexis con sus joggings marca Adidas (la marca que los patrocinaba) una sudadera gris de la misma marca y para darle el toque masculino, una gorra con la visera hacia atrás. Yo me quedé helado viendo a Jessica casi con el mismo atuendo a excepción de su camiseta de tirantes de color roja. Me sonrió iluminándome la vida como siempre.

-Hola, pequeño- saludó y chocó los cinco conmigo.

Yo quería darle un beso en el cachete pero ella no se dejaba porque eso era para "niñas huecas".

-Hola, Jessy- saludé y vi que se estremeció- ay perdón...si no quieres que te diga así...

-Solamente tú me puedes decir así- mandó- de ahí en más, nadie.

Me sentí halagado. Qué linda que me dejara decirle así y solamente a mí. Me parecía un precioso sobrenombre, no sabía porque no le gustaba...bueno, era un tanto femenino y ella vomitaba en todo lo que era femenino.

-Gracias- sonreí y ella también sonrió. Se notaba más ligera sin Eric o Ámbar en la escuela- ¿Crees que saliendo de clases puedas ir a mi casa?

Se tensó. Literalmente, se quedó helada como estatua de hielo.

-¿No crees que es muy rápido para que me presentes con tu familia?- preguntó escandalizada.

-¡No es para eso!- me sonrojé y ella pareció divertirse de mi incomodidad- más bien, es para que...ya sabes, puedas explicarle a mi mamá lo de las olimpiadas y vemos si me deja ir- sonreí con dulzura.

Ella se quedó mirando mis labios aun cuando dejé de sonreír. Salió de sus pensamientos y me miró de nuevo a los ojos con mirada radiante.

-Por supuesto que sí- sonrió- Te espero en la salida.

Dijo y se fue a su salón. Volteé a verla mientras se alejaba y ella también me miró por encima de su hombro, sonriéndome con seducción y yo, sonrojándome como jitomate.

Roger, Bunny RogerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora