Cap. 45

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Jessica.

-Ámbar- la llamé rugiendo.

Estaba fuera de la escuela, sentada en una mesa redonda rodeada de puros babosos que la miraban con hambre. Ella se veía encantada de su presencia porque también ella, tenía hambre. Eso me hizo enojar muchísimo más porque a saber cómo es, de seguro ya estará pensando en tirarse a Roger.

-¿Qué pasó, conejita?- se burló.

Yo tuve que aguantarme las ganas de lanzármele encima y dejarla de una buena vez sin vida.

-Mira, ya me enfadaste, asquerosa perra- ladré- ¿y sabes qué pasa cuando alguien me tiene hasta la coronilla? Me deshago de ellos.

Ámbar soltó una risa de bruja que me hirvió la sangre.

-Tú también a mí ya me enfadaste- se levantó lentamente de su asiento, dejando al aire libre su micro vestido.

De verdad, no sabía porque seguían sin correrla de la escuela. No estudiaba ahí y lo peor, solamente iba para distraer a los torpes como los que estaban sentados babeando a lado de ella.

-¿Qué te parece si lo arreglamos?

-No, gracias- se miró las uñas sonriendo.

-¿Te da miedo? ¿Temes que te deje, una vez más, humillada en el suelo mientras te vomito encima?- ataqué y por el destello en sus ojos, supe que le había dado en el blanco.

-Mira, Jessica- ahora me miró a mí, "fulminándome" de una forma que me dio pena ajena- Prefiero dejar las cosas así y no por miedo a ti, que claramente no te tengo. Sino porque me encanta verte irritándote por el simple hecho de que Roger sea mío y no solamente él, sino también toda la escuela. Prefiero seguir torturándote con mi presencia.

Se río y los otros chicos hicieron caras de que les dolió lo que ella dijo. Escuché los huesos de mis manos tronarse pero era tanta mi rabia que no sentí absolutamente nada. Estaba demasiado concentrada, preparándome para soltarle una bomba y acabar con ella de por vida.

-¿Roger es tuyo?- solté una carcajada combinada con bilis- es una idiotez, Ámbar, no tienes por qué ser tan estúpida. La escuela puede que sea tuya...o más bien, de tu vagina- me burlé y ella bufó- pero Roger se vomita encima de ti y tú piensas que él es tuyo. Pobre ingenua. Sabía que eras tonta, pero nunca supe que era porque eras estúpida.

Ahora ella también sacó sus garras. Le estaba dando donde más le dolía: en su ego. Todos los chicos casi sacaban sus palomitas para ver el grandioso espectáculo que estábamos montando. Ámbar, la ridícula que se creía la diosa y yo, la tonta que hacía eso por amor.

-Prefiero que me vomite a que me evite- contraatacó y ahora sí, comencé a ver todo de color rosa que lentamente, se tornaba en rojo.

-Yo prefiero que me evite a que me use para desquitarse- me defendí y ella crujió los dientes.

-Es absurdo hablar contigo- se rindió, sentándose en su asiento como la perdedora que era.

-¿Es absurdo hablar conmigo? Si yo no soy la retrasada mental que piensa que todo mundo come de su mano, ¿o sí?- seguía picándola hasta que aceptara lo que había planeado.

-Tienes razón, no todos comen de mi mano...porque están comiendo de tu vagina, perra- se burló, claramente cabreada.

-Al menos quieren mi vagina, ¿no? Digo, Roger dijo que sabía tan bien...- Ay Dios, se me estaba yendo de las manos, pero todo sea por seguir con mi plan.

Roger, Bunny RogerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora