Capítulo 11

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Llegada a Ombra.

A la mañana siguiente, progresivamente, el grupo se fue despertando para captar los primeros rayos de luz del día

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A la mañana siguiente, progresivamente, el grupo se fue despertando para captar los primeros rayos de luz del día. Para su beneficio, la tormenta había cesado mas algunas nubes grises todavía no se disipaban. Pequeñas gotas de agua se reflejaban como diamantes en las hojas del paisaje y mientras Guang aprovechaba a lavarse el rostro en la laguna, Yuuri, Victor y Shiori desayunaban en la cueva. A la vez, Yuuri estaba sentado detrás de la pequeña para proceder en peinar su delicado cabello.

—Tío, ¿debemos caminar mucho más para llegar? —preguntó la niña con un trozo de pan en su boca.

—No queda mucho, espero no te estés quejando cuando fuiste tú la que insististe —apartó el peine y abrió su mochila.

—¡No me estoy quejando! —hizo puchero y continuó comiendo—. Me estoy divirtiendo.

Victor se acercó con una sonrisa y se agachó frente a la pequeña.

—Claro que nos estamos divirtiendo, ¿te gusta que más gente viaje con ustedes? —le preguntó muy carismático. Sabía que Shiori era una niña muy inteligente por lo que en ningún momento le hablaba con un tono de voz muy infantil o solo buscara conversación para llevarse bien con ella.

—¡Si! —sonrió con diminutas migajas en su mejilla—. Pero sé que no es bueno, Victor y Guang son buenas personas pero hay que tener cuidado, no quiero que a mi tío le pase nada malo, él me cuida mucho por eso siempre evita que me pueda ocurrir algo.

—Shiori, ya no digas más —Yuuri sacó un pequeño frasco con cierto polvo y en un recipiente con agua colocó una determinada cantidad del mismo para deshacerlo en el agua.

—Tampoco le gusta que diga cosas lindas —frunció el ceño y dio otra mordida a su pan.

—Si Yuuri te cuida a ti, yo podría cuidar a Yuuri, ¿Qué te parece? —pronunció Victor como una broma pese a que el pelinegro se sobresaltara por ello y la pequeña se emocionara por un breve segundo.

—¡Yo soy muy joven para poder proteger a mi tío, si Victor puede hacer eso...

—¡Shiori! —exclamó el hechicero y luego apoyó sobre su cabeza sus manos mojadas por la mezcla—. Quédate quieta.

—¡Ah, lo siento!

Victor no comprendía lo que continuó en hacer ese muchacho pero a medida que comenzó a masajear el cuero cabelludo de la niña, éste se fue tornando de un color distinto y así avanzó de a poco hasta la punta del cabello, con suaves y profundos masajes. Su oscuro cabello sufrió una metamorfosis a un opaco color rojizo y el platinado quedó boquiabierto. Cuando Yuuri finalizó con ese cabello, hizo lo mismo con el suyo, mojó sus manos en el recipiente y comenzó a frotar su cabeza; de la misma forma, su cabello se tornó rojo en cuestión de segundos.

—¡¿Eh?! —Victor se colocó de pie—. ¡¿Qué has hecho?!

Yuuri y Shiori lo miraron extraño, como si para ellos no fuera la gran cosa alterarse su color de cabello.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Where stories live. Discover now