35. Perspectiva

3K 225 10
                                    

Sarah estaba despierta aunque no era lo que deseaba. El pie había comenzado a dolerle de nuevo y la bota ortopédica se sentía muy apretada. Tratando de juntar la energía para sentarse y ajustarla, giró sobre su costado con los ojos aún cerrados. Su mente aturdida luchaba por darle sentido a lo que había ocurrido desde que dejó el hospital, todo venía hacia ella en destellos desordenados que no podía organizar. Sintió movimientos en la cama y el aroma de Hamdan llegó a su nariz. Sabía dónde estaba y con quién, lo que le resultó reconfortante. Parpadeando hasta abrir los ojos, lo vio recostado junto a ella, cargando el peso de su cuerpo sobre un codo.

Hamdan la miraba de vuelta con media sonrisa en el rostro. "¿Te duele?"

Sarah carraspeó y pasó saliva, tratando de encontrar su voz. "Un poco." Aún así salió rasposa. "¿Qué me dio ese médico?"

"No tengo idea, pero fue divertido verte." Hamdan rio y ella lo siguió. "¿Recuerdas todo?" Él añadió.

Sarah se rascó la frente. "Más o menos. Recuerdo contarle a Salem los peores chistes. Ahora sí que va a despedirme..." Se interrumpió a sí misma, haciendo memoria de haber nombrado a la Jequesa Rimbombante. Mordiéndose el labio, escarbaba frenéticamente su mente tratando de descifrar qué tanta información había compartido.

"Bueno, pues no estarás en los establos por un rato, así que..." Hamdan encogió los hombros.

"¿Seis semanas? ¿Estoy en lo correcto?" Preguntó ella, esperando equivocarse.

"Al menos."

"Es muchísimo tiempo, Hamdan." Sarah se quejó, mientras empezó a pensar en todas las cosas que no iba a poder hacer, era muchísimo más que solo montar a caballo. "¿Qué voy a hacer?"

"Estarás aquí, así que no tienes que preocuparte de nada." Hamdan le aseguró, como si su sugerencia fuera de lo más obvia.

Ella también se levantó sobre su codo. "¿Qué? ¡No puedo estar aquí durante seis semanas! ¡Estás loco!"

"No, el que regresaras a tu apartamento sería loco." Hamdan acomodó el cabello de Sarah detrás de la oreja.

Ella tentó con la mano su cabeza y se dio cuenta de lo terrible que debía verse, así que se quitó la liga que mantenía su cabello atado.

Hamdan continuó. "Aquí no tienes que preocuparte de quehaceres o de sacar a Rooster a pasear o--"

Instantáneamente se olvidó de su apariencia. "¡Oh, por Dios! ¡Rooster!"

"Enviaré por él y el resto de tus cosas. Tienes tus llaves, ¿cierto?"

"En mi mochila." Contestó Sarah en automático. El pobre de Rooster había estado solo desde antes que saliera el sol, ella rogó porque su perro no hubiera hecho un gran desorden para castigarla por el abandono.

"Obviamente, no vas a entrenar y puedes diseñar desde aquí. Así que te quedarás y contrataremos una enfermera--"

Sarah reaccionó al escuchar la palabra enfermera. "¡Guau! Espera." La palma de su mano frente a Hamdan. "Está bien, me quedaré aquí pero es solo un pie roto. No necesito una enfermera."

Hamdan frunció el ceño. "¿Y qué hay de cuando yo no esté aquí?"

"Me las arreglaré." Sarah medio mintió, pensando en la muletas que aún tenía que aprender a usar, pero sabía que aprendería. Eventualmente. "Me quedo, pero nada de enfermera."

Hamdan resopló y apretó los labios.

Ella inclinó la cabeza. "Vamos, encontremos un punto medio."

Promise This (Versión Español)Where stories live. Discover now