If you were Me [JiKook]

XIII. Pt3 Chocolate

XIII

POV JUNGKOOK

Le dije a Yoongi que había surgido algo de improvisto a través de un mensaje de texto. Había comenzado a nevar un montón y sin descanso, y tener a Jimin a mi lado nublaba todos mis sentidos, incluso el sentido común. Tal vez por eso no sentí remordimiento al percatarme de la hora que era cuando envié el mensaje: 10:27 pm. Apreté el botón de enviar, enterrando todo cargo de conciencia al fondo de toda la felicidad que me producía ir caminando de la mano junto a Jimin, por la vereda de la calle. Me autoconvencí repitiendo varias veces en mi cabeza que Yoongi podría entenderme una vez que le contara lo que había ocurrido.

—¿Tienes hambre? — preguntó Jimin.

Me concentré con mucha atención en su delicado perfil, intentando guardar su imagen en mi memoria. El pelo se le había esponjado con la humedad del ambiente, y varias hebras bailaban al compás de sus lentos pasos. Me sorprendió descubrir que, después de todo, una vez había conseguido superar la inmensa y avasalladora atracción que sentí al verlo por primera vez, ahora resultaba una visión adornada de tantos colores, aromas, texturas que su hermosura emanaba cierto destello etérea.

—¿Feo? — insiste él, ahora girándose para mirarme. Es casi seguro que las mejillas se me han puesto rojas, porque sé que se ha percatado que le he estado escudriñando con la mirada. Jimin sonríe casi avergonzado y enarca una ceja, entreabriendo la boca. —Basta, no me mires así.

—¿Así cómo?

—¡Como si todo de mí te encantara! — exclama divertido, y nuestras manos rozan al caminar. Creo que lo ha hecho a propósito, y pienso que había pasado por alto las ganas que tenía de entrelazar su mano con la mía.

—Idiota. — me quejo en un susurro, dejando que mi mano se balanceé en busca de su contacto.

—Tú. — murmura. —Feo y horrible.

Jimin frunció el ceño escondiendo el gesto tierno en sus labios, suprimiendo curvar más la comisura.

Avancé drogado en la magia que ejercían sus palabras en mí.

—Inútil. — le reproché.

Entonces ocurrió lo impensado.

Había estado preguntándome si Jimin era una persona afectuosa, imaginándomelo junto a Taemin. No lograba evocar aquella imagen en mi cabeza, pero esta, me desorientaba y me llevaba al cielo e inexplicablemente me hacía sentir en el infierno. Porque sus dedos entrelazados alrededor de los míos, el dorso de su mano cubrir tibiamente el mío era algo inimaginable y al mismo tiempo, lograba derretir la edificación de muros que había comenzado a apilar uno a uno en el dolor que sentía tenerlo lejos de mí.

No había servido de nada, por supuesto. Él me estaba dando la mano, y yo sólo, era inmensamente feliz.

Me mordí la lengua, culpable al pensar que eso era mejor que uno de sus besos.

—Bien— soltó de pronto ignorando el hecho de haberme dejado mentalmente paralizado en el acto. —, pregúntame lo que quieras.

—¿Qué? — espeté desprevenido.

—No, eso no. — ronroneó, luego rio. —Que puedes preguntarme lo que quieras saber de mí.

—Mmmh. — acomodé mi mano contra la suya, disfrutando de la caricia. —¿Te gustan los animales?

—Los gatos. — respondió.

Los gatos.

Mierda.