VI. Feo y Horrible

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POV Jungkook


Un miércoles fui a la cafetería, pero no a trabajar. Me senté en una mesa apartada de la clientela y pedí un helado de pistacho.

Fue la primera idiotez que se me ocurrió hacer, en ese tiempo. Nunca lo había probado, aunque claro aquella no era mi excusa. Mi mejor excusa entonces era Jimin. Porque si un helado de color verde podía gustarle, era por alguna razón y debía descubrirla.

Así, comprobé de a poco que sus gustos, secretamente se fueron convirtiendo en los míos.

También había descubierto que mi cuerpo poseía más energía de la que creía. Llegando de la universidad, o de terminar el turno en el trabajo, hacía el repaso de algunas materias pendientes o dormía alguna siesta, y cuando la alarma en mi celular sonaba dando las una de la mañana me levantaba e iba directo a la cocina a encontrarme a Jimin haciendo su plato favorito, pasta.

Lo acompañaba, él me acompañaba.

Y reíamos. Su risa entraba por mis poros y casi podría jurar rejuvenecer aún más.

Y mis días, en adelante se convirtieron en días que disfrutaba vivir.

Al cabo del primer mes me sentía en una especia de nube, a miles de kilómetros de la tierra. Incluso para ese entonces ya me había olvidado por completo de la angustia que sentí al llegar al departamento de Taehyung y los problemas económicos que sufría mi familia. De algún modo, me había convertido en alguien más responsable e independiente. No porque estuviera recibiendo un salario, sino porque había aprendido a devolverle la mano a mis padres.

Y, la cuestión de su enfermedad luego me pareció poco convincente, así que terminé por olvidarla. Ignorando aquello.

¿No era eso lo que me había pedido?

—Me alegra y tranquiliza que sean amigos. — Yoongi suspiro a mi lado, pateando algunas hojas cecas en el camino.

Sus palabras rondaron toda la tarde en mi cabeza. La amistad con Jimin no era algo de lo que me preocupara, y pocas veces reflexionaba acerca de lo que sentía respecto a él. Digo, mi guardia no estaba ni arriba ni abajo, o al menos fue eso lo que pensé antes de llegar al departamento y encontrarme a Taehyung agarrando de la espalda a un muchacho que no era, ni Hoseok, Jin o Namjoon.

Exactamente no había mucho que pudiera hacer parado allí en medio del pasillo a las afuera del departamento, escuchando la desgarradora voz de Jimin gritarle a aquel hombre, que luchaba por liberarse de los brazos de Taehyung. La puerta se aporreó un par de veces contra la muralla, entre patadas, agarres y empujones. Y yo seguí ahí, helado, tan ajeno a la situación, de repente tan roto por escuchar la rabiosa voz de Jimin alzarse entre insultos y confesiones de desamor, de repente tan abruptamente dolido.

—¡Debes escucharme, Jimin! — exclamaba el muchacho ahora, envuelto no sólo por los brazos de Tae sino, también por los de Hoseok.

—¡Vete de aquí! — gritó Taehyung arrastrando las palabras. —¡No haces más que hacerle daño, vete!

—¡Jimin! ¡Jimin! Por Dios, jamás dejé de amarte. — dijo bajando la voz, mientras ocultaba la mirada, tal vez para evitar mostrarle a los chicos, o a Jimin que un millar de lágrimas había comenzado a descender por sus mejillas.

—¡Mierda, ya vete, o llamaré a la policía! — está vez fue Hoseok quien exclamó.

—¡Ya vete Taemin! ¡Vete a la mierda, vete y no vuelvas! No regreses, no vuelvas a mirarme. ¡He estado bien, sin ti! Vete, vete lejos, púdrete. — Jimin siguió repitiendo la misma palabra una y otra vez. — Vete.

If you were Me [JiKook]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن