XXI.Confesiones

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POV JUNGKOOK

Abrir los ojos después de llorar es agridulce.

Respirar por la mañana, sentir el aire abriéndose paso a través de los pulmones; bueno, es como sentirse renovado, aunque los parpados pesen y las líneas finas delineadas por las lágrimas en mis mejillas se sientan secas y tiesas.

Siempre me habían dicho que la adolescencia dolía un montón. Crisis existenciales, desentendimiento del mundo, padres severos que no te comprenden y rebeldía, todo eso elevado por dos. A diferencia de eso, yo sentía recién a los 21 años la adolescencia, el desamor, el desamparo y los llantos prolongados de todos aquellos que el mundo olvida en un oscuro abismo. Pero esa mañana, unos débiles rayos de sol se filtraban por la cortina y podía ver algunos pequeños espacios de cielo abrirse de un profundo y potente celeste. Mi mano sujetando la de Yoongi que dormía a un costado de la cama, y al pequeño gatito enrollarse en medio de nuestros cuerpos, disfrutando de la calidez de las mantas.

No tengo ganas de reincorporarme. Así que sólo me volteo para ver más de cerca el rostro de Yoongi, sin soltar el agarre de nuestras manos. Lleva puesto un camisón del hotel y el atisbo de sus piernas níveas me lleva a pensar que, es tal vez, una de las cosas más hermosas en el mundo. Si, verlo así. Con el ceño fruncido incluso en sueños, y los labios rosados entre abiertos respirando por la boca, soltando leves gruñidos como un animalito salvaje.

Y es imposible no pensar en la paz que me rodea cuando estoy a su lado, esa inmaculada calma en mi corazón, desacelerando el ritmo, y me apena admitir que me quedaría a su lado aprovechando ese oasis en mi vida. Justo en medio de esa tormenta, Yoongi parece ser el paraíso.

Mi celular vibra sobre la mesita de noche de repente. Yoongi arruga los labios y aprieta los ojos, hundiendo su cabeza en la almohada, sonrío antes de girarme para estirar el brazo y tomar el aparato. Es mamá. Suelto la mano de Yoongi, saliendo silenciosamente de la cama con la intención de ir hacia la ventana, más lejos para no molestarlo.

—Hola, mamá. — contesto, moviendo la cortina, mientras observo los autos pasar por la calle. Efectivamente el sol se ha dignado a salir.

—¿Hola mamá? — responde ella. —¿Hola mamá? ¿Sólo eso vas a decir? Cariño ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué no cogías el teléfono?

—Yo...

—¿Estás bien, amor?

—Sí, mamá. — le digo, echando un vistazo hacia la cama. Yoongi no parece escuchar nada y sigue durmiendo profundamente tal como el pequeño gatito a su lado.

—¿Entonces? ¿Por qué no hemos tenido noticias tuyas? ¿Ha sucedido algo en la universidad? ¿Malas calificaciones?

Mamá ni siquiera se acercaba.

—No, no mamá, está todo bien. Sólo enfermé, me ha dado gripe. — mentí. — No te preocupes.

—No suenas engripado. — apuntó ella.

Solté un largo suspiro, masajeándome el puente de la nariz.

—Mamá...— murmuré.

—¿Sí?

—Cuando te enamoraste de papá...— me mordí el labio, volteándome hacia la ventana. —¿Qué se siente estar enamorado, mamá?

Del otro lado sólo pude oír su respiración.

—Estar enamorado...— musitó ella, con voz pensativa. —Sentirse sin aire. — dijo finalmente. — Se siente ansiedad, y dolor de barriga. Cuando vas a verle, duele un montón el vientre, es como si los músculos se apretaran de sólo saber que veras a la otra persona. Y a veces te sientes desfallecer, pero creo, que, ante todo, te hace sentir feliz...— le escuché tomar aire y luego susurrar bajito. — si eres correspondido.

If you were Me [JiKook]Where stories live. Discover now