~El Antojo~

1.1K 73 116
                                    

.

.

¡Hola! .o./ Aunque estoy en exámenes eso no impide que quiera venir a dejarles miel... 7v7)r la verdad es mi escape también. xD Espero les guste este cap porque a mí me gustó mucho escribirlo... porque bueno, en época de estrés necesito darles amor a mis bebés... Dx Y... woooow... No puedo creer que esto llegara a más de 400 comentarios en Fanfiction y Wattpad porque es un fic simple lleno de fluff... QwQ ¡De verdad muchas gracias a todos! Cada uno de sus comentarios me ha hecho feliz y lo agradezco demasiado. ¡Gracias, gracias, gracias! ¡GRACIAS, GRACIAS!

¡Espero lo disfruten! NwN/

.

.

Disclaimer: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima. La historia extraña y dulcemente empalagosa es totalmente mía.

Referencias De Lectura:

Diálogo.

«Pensamientos»

Narración.

.

.

Capítulo Vigésimo Cuarto

.

~El Antojo~

.

.

Las letras parecían bailar ante sus ojos y se pasó las manos por la cara.

De verdad no se le antojaba estudiar ese día.

Gajeel cerró el libro de historia y dejó la lap top de lado, ni siquiera quería pensar que al día siguiente tenía un examen de prueba en uno de los cursos que tomaba en línea y que no había avanzado más de dos páginas desde el día en que recibió la tutoría con Levy, pero bueno, no podía evitarlo. Levy hacía las lecciones increíblemente interesantes con sus adorables gestos, su tierna voz y su severidad al regañarlo cuando él fingía no entender para que ella repitiese alguna parte en que sus gestos eran más graciosos que adorables. Cuando rompía a reír después de hacerla repetir todo una tercera o cuarta vez, la joven de cabellos celeste le pegaba con algún libro en la cabeza y le ponía un cuestionario para la siguiente media hora.

Pero el castigo valía la pena.

Gajeel miró el reloj, apenas iban a ser las nueve de la noche, Rogue estaba dormido, la casa estaba en silencio, su estómago estaba hambriento pero sus ganas de cocinar eran mínimas, sin embargo se arriesgó a ir a la cocina a ver si encontraba algo fácil de hacer, para su sorpresa cuando abrió el microondas encontró varios emparedados de mantequilla de maní preparados para él.

Su pequeño hermanito se había preocupado por él.

Rogue nunca lo dijo en voz alta, pero desde la primera vez que lo vio estudiando se mostró orgulloso de él, Gajeel lo supo por la manera en que lo observaba e intentaba serle de ayuda pasándole libros, haciéndole alguna merienda o con comentarios sutiles de ánimo cuando lo veía golpeándose la cabeza contra la mesa al quedarse dormido leyendo algún libro que le interesaba poco.

Gajeel estaba orgulloso de ser un orgullo para Rogue.

Y por eso tomó los emparedados, una caja de leche y volvió a los libros.

DULCE DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora