~La Confusión~

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¡Hola! ¡Tanto tiempo! D: ¿Espero estéis bien? Un nuevo cap de este fic. ¡Espero lo disfrutéis!

Ya sabéis... ¡Vuestros comentarios animan la escritura y me alegran el alma! *w*/

Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece, Pertenece a Hiro Re apareció Acuario y nada de Jellal Mashima

Referencias De Lectura:

Diálogo.

«Pensamientos»

Narración.

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Capitulo Noveno

~La Confusión~

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Observaba el postre que no había podido comerse.

Al final después de que el pastelero se hubo marchado luego de darle ánimos y ayudarle en ese momento inoportuno de crisis en el que había caído, la pelirroja se había dirigido directo al baño, la batalla de trapos sucios llenos de pegotes de arroz y curry la había dejado sucia y pegajosa y esa no era una linda sensación. Luego de bañarse salió canturreando del baño de lo más alegre y energizada, se dirigió a la cocina decidida a comerse el postre que no había podido acabar en la tarde por estar pensando en los labios del pastelero; y es que bueno, el hombre era muy apuesto y a pesar de que en ambos besos no habían profundizado en la cuestión se notaba a leguas ―no lenguas― que el hombre era experto en ese arte también, eso a pesar de que el beso que le dio ella en la tarde fue más para tranquilizarlo a él, pero no podía negar que lo había disfrutado.

Se mordió el labio.

Tal vez porque es medio francés... ―pensó divertida al hacer la comparativa de la habilidad del pastelero en el arte del ósculo y el famoso beso que llevaba por nombre la patria en la que estudió el azulado y de la que provenía la mitad de su apuesto y adorable ADN― Un beso francés... ―miró al pastelillo frente a ella y no pudo evitar pensar en el azulado tutor y en un beso con tales características― Un dulce beso francés... ―suspiró y movió su cabeza de lado a lado. Eso no debía pasar. El pastelero se había puesto nervioso con ella después de lo que había pasado en la cocina y había sido incómodo para ella también sabiendo que él era un fan de su carrera como actriz, y si era sincera consigo misma prefería negarse a la tentación de un dulce beso de ese hombre si con eso conseguía hacerse un amigo tan sincero y amable como él.

Sinceridad, lo que tanto faltaba en su vida.

Erza llevaba ya más de tres años trabajando sin descanso, yendo a grabaciones, a giras, a estrenos y demás eventos que aportaban día a día hordas de fans que le juraban cariño y amor al calor del momento ―algunos gentiles, algunos rozando la histeria―. Se sentía incómoda entre personas que la admiraban por el mero hecho de aparecer en una pantalla sin conocerla realmente, admirando a sus personajes y muchas veces olvidando que ella era una humana normal llena de defectos; no que no apreciase todo ese cariño; pero, llegaba un momento en que todo era apariencia, y todo parecía artificial, superficial y frío.

Y ella estaba cansada de lo artificial, superficial y frío.

Cansada de apariencias.

Había notado la mirada de decepción que el pastelero le había dirigido la mañana antes de comprar los electrodomésticos, y sin duda había entendido, él había concluido que lo que ella era en pantalla era diametralmente opuesto a la realidad, le pasaba muy seguido, cuando la veían comer dulces como una niña o encariñándose con algo que caía en la categoría de lindo la gente mostraba ese gesto. Muchas cosas reales en ella chocaban con sus personajes serios, estrictos y valientes que encarnaba en pantalla y esa miraba ya la conocía muy bien.

DULCE DESTINOWhere stories live. Discover now