Capítulo 10

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A medida que ella crecía se volvía más fría hacia mis avances, y me acostumbré a pagar por sus favores. Nunca supe dónde escondía el dinero que le daba a cambio de placer. Estaba convencida que ella lo guardaba lejos para financiar su huida de mi.
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Me encontraba en la oficina de la directora de la preparatoria Beardsley -Ella es una niña encantadora, señora Jauregui, pero el comienzo de su madurez sexual comienza a darle problemas- estaba tensa en mi silla frente a la mujer de avanzada edad- verá, es la impresión general que Camila a sus 15 años está mórbidamente desinteresada en las cuestiones sexuales.

Fingí interés mientras tomaba una de las galletas de su escritorio- ¿Nunca le hablo acerca de esas... cuestiones?- pregunté.

-Bueno... de eso se trata- esperó a que dijera algo, la mire mientras mordía una parte de la galleta para luego dejarla nuevamente en su lugar.

-¿De que?- pregunté mientras comía.

-Eso... ella no ha dicho nada, ella no ha soltado ni una sola palabra- la mire dudosa, no sabía a qué se refería y comenzaba a ponerme nerviosa.

- ¿pero quien lo ha hecho?- dude me sentía acusada - es... está usted diciendo que yo...

-Exacto- interrumpió- este es un asunto muy serio, lo que estoy tratando de decirle es que alguien en la familia, tal vez usted...- la mire atentamente, mientras retenía la respiración- esto es muy difícil para mí- Dijo mientras agachaba la mirada- bien, déjeme ponerlo de esta forma, alguien en la familia debería instruir a esa querida niña en el proceso de la reproducción humana.

Tosí, mientras soltaba un suspiro de alivio- lo siento mucho- Me disculpé.

-Veo que eso la avergüenza- continuaba tosiendo- aun usted, como su tía, debería tomar bien el asunto entre sus manos.

-Si... no se preocupe señora Pratt, yo... yo tomaré el asunto en mis manos.

-Oh bien, es todo lo que necesitaba decir- continuó con su trabajo y yo volví a casa.
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Camila se encontraba leyendo un libro de texto, girando sobre la silla del escritorio todo estaba bien hasta que el teléfono sonó y me dirigí a contestarlo.

-¿Sí?... oh, sí... ¿se ausentó? -Camila estaba atenta a la llamada y al verme cortar se giró de manera que ahora me daba la espalda -¿Como van las clases de piano?- pregunté mientras me acercaba.

-Bien. Genial, excelentes, maravillosas, perfectas- respondió con ironía mientras continuaba girando la silla.

-Especialmente porque no fuiste a las últimas dos- acusé. -¿Donde estuviste?

Cerró el libro con frustración -¿Donde estuve?- Se detuvo a pensar -Debí habértelo dicho antes, estaba en el parque. Estaba ensayando la obra con Mani- Dijo con seguridad.

-¿Esa es tu historia?- No estaba muy convencida.

-Es lo que estaba haciendo.

-Bien. Dame el número de Mani.

-¿El número de teléfono de Mani?- preguntó dudosa.

-Sólo dame el número de teléfono de Mani- Volví a insistir

-Klausen 57241809- dijo casi en un susurro.

En mis brazos   -  [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora