Capítulo 6

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Conduje el auto de Alejandro hasta el lugar en donde se encontraba Camila, el lugar estaba lleno de niñas, y no podía encontrar a la única que me interesaba. La encargada del lugar me llevó hasta el comedor y me hizo esperar allí.

-Ella estará aquí en cualquier momento- Me dijo mientras supervisaba a las demás- Envié a Shawn a buscarla al granero- La miré dudando.

-¿Quién es Shawn?- Admito que estaba celosa, pero no iba a permitir que nadie se acercara a mi niña, mi Camz.

Salimos del comedor, supongo que Camila estaba por llegar. -¡Vamos, vamos!- llamó la encargada.

-Así que... ¿Quien es ese Shawn?- Volví a preguntar. Y fui ignorada... otra vez.

-Aquí está- señaló.

Y la vi de nuevo. Olvide completamente el asunto de Shawn y me dediqué a observarla, ansiaba tenerla entre mis brazos, besarla como el día que se marchó...

-¡Hola, Lo!- gritó mientras arrastraba su maleta, y caminaba hacia mí.

No era el encuentro que esperaba, no podía esperar más, no hubiera sido correcto besarla delante de todas esas personas. Luego de eso caminamos hasta el auto, guardó sus cosas y nos fuimos de ese lugar.

Camila tarareaba una canción mientras mascaba chicle, normal en ella, se giró a verme y preguntó -¿Como está papá?-.

-Bien... los doctores no están seguros- Mentí. No sabía como decirle que su padre había muerto y que probablemente por mi culpa. -Dicen que es algo abdominal-.

-¿Abdominable?- preguntó sin mucho interés.

-Abdominal- corregí

Camila me observo durante un momento y luego se lanzó al asiento trasero del auto.
Yo estaba atenta a todo lo que hacía desde el espejo retrovisor, comenzó a quitarse la blusa, iba a disfrutar ver eso.

Continué hablando. -Tu padre está en un hospital especial en Lepingville-. Comenzó a desabrocharse el sostén, yo veía la carretera, luego el espejo y comenzaba a ponerme nerviosa. -Así que pensé qué nosotras... nosotras... iremos a Briceland- Me era muy difícil hablar fluidamente mientras veía lo que esta niña hacía. -Pasaremos la noche allí y visitaremos el hospital mañana...- Se lo quitó completamente y veía su espalda desnuda, era hermosa...-O el siguiente día- agregué casi susurrando.

Finalmente Camila se colocó uno de sus lindos vestidos, y regresó a mi lado.

-Así que, ¿La pasaste bien?- pregunté. Camila asintió. -Sabes, te extrañe- estiré mi brazo, la atraje hacia mí y finalice con un beso en su cabeza. -Te extrañe mucho-.

Camila quitó mi brazo y se alejó. -Bien, yo no te extrañe. De hecho...- Se volvió a acercar y habló lentamente- te he sido repugnantemente infiel- Me miró desafiante. Y yo a ella.- ¿Pero y qué? Ya no te importo de todas formas- Terminó apoyando su cabeza en mi hombro.

-¿Por qué crees que no me importas?- Dije tranquilamente.

-Bueno... no me has besado todavía, ¿no?- Dijo de manera inocente.

Me giré a verla y ahora si estábamos demasiado cerca, esperé un momento y regresé la vista a la carretera. Me estaba muriendo por besar a esta niña. Y tenerla tan cerca no me ayudaba a pensar que era lo correcto y que no. Sin pensarlo más salí de la carretera y detuve el auto. Camila desabrochó su cinturón y se sentó sobre mí, paso sus brazos desde mis hombros hasta juntarlos detrás de mi cuello. Yo la tomé firmemente de las caderas y nos besamos.

Ansiábamos tanto ese beso, demostramos todo nuestro amor y el deseo que yo tenía por ella. Camila detuvo el beso, me regaló la más hermosa de las sonrisas y volvimos a besarnos. Su mano pasó de mi cuello a enredarse en mi cabello. Mis manos subían y bajaban por debajo de su vestido. El beso cada vez era mejor, no se cómo está niña había aprendido a besar así.

En mis brazos   -  [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora