Capítulo 2

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15 años después
Probablemente debería haberme encerrado para sufrir por la muerte de Keana. En cambio, decidí prepararme y acepté una docencia en la universidad de Beardsley en América. Tenía un verano libre antes de que comenzara el semestre, pensaba terminar mi libro de texto en el que trabajaba; un estudio de literatura francesa para estudiantes americanos. Así que tome mis cosas y me fui a vivir a la casa de los amigos de mi fallecido padre, los Vives, en el pueblo de Ramsdale.
Pero al llegar, me encontré que hace tiempo no vivían allí.

Un amigo de mi padre, un viudo, el señor Alejandro Cabello aceptó alojarme. El trayecto hasta su casa no fue nada fácil, no sabía nada de él y probablemente, todo sería muy incómodo.

Un taxi me llevó hasta su casa, bajé y caminé hasta su puerta, lo siguientes segundos fueron decisivos, me debatía entre tocar el timbre o volverme y buscar otro lugar.

Toque el timbre.

Esperé, me detuve a observar cada detalle de su casa, era realmente bonita, dos pisos y un gran jardín, seguramente este hombre era un amante de la jardinería. Quise investigar más pero el sonido de la puerta abriéndose me detuvo.

- Lauren Jauregui - la voz de un imponente hombre, me ponía demasiado nerviosa y tarde en reaccionar.

-Ah, si ¿Señor Cabello?- Grandioso Jauregui, muy buena primera impresión.

Se acercó, me miro fijamente - Dime Alejandro, estoy encantado de conocerte al fin- dio una calada a su cigarro y continuó - Tu padre me contó todo acerca de ti y de tu profesión, yo solo aprecio la lengua francesa-
Era bastante incómodo que hablaran de mi padre porque aún me dolía no tenerlo conmigo, así que solo sonreí y continúe. -¿Me pregunto si podría...?- señalé mis maletas.

-Entra.

El señor Alejandro comenzó a darme un recorrido por su casa, subió las escaleras y comenzó a hablar de su esposa. -Sinu y yo, la fallecida señora Cabello... adorábamos México, la sola idea de una cultura tan sofisticada...- Yo lo seguía por detrás sin ponerle mucha atención -...Es decir mírenos- Terminó de subir y se giró a verme esperando a que dijera algo.

-De hecho, sí.

Me hizo una seña para que continuáramos.
-Kaki y yo tenemos nuestras habitaciones justo ahí- señaló el lugar - Y ésta es tu habitación- era un sillón. -Tienes espacio para un escritorio. Todo lo que quieras- dejé mis maletas y comencé a ver detenidamente el lugar- A $20 por mes, es un buen precio- continuó mostrándome el resto -y aquí está el baño, un pequeño desorden- Me acerque a verlo, no era un pequeño desorden, era uno grande, había ropa interior de chica colgando por todas partes, donde se supone que iba una cortina de baño, en el suelo, sobre el lavabo. Era un desastre.

-... Y esta es la cocina, si necesitas alguna comida en especial solo dímelo, aunque no sé si pueda cocinarte algo tan bueno como a lo que seguramente estás acostumbrada- Comencé a leer mi agenda, quería tener una excusa para salir de este lugar, era demasiada atención y no estaba acostumbrada.
-¿Qué es eso?

Dudé - Es... mi itinerario, para cuando... esperaba que no tuviera, pero creo que tengo que regresar a Nueva York- quería sonar convincente pero solo logré hacer el ridiculo.

-Oh, no estás impresionada pequeña Lauren.
Genial ahora sonaba como una malagradecida.

-¡No!... hay una conferencia...

-Se que está no es una casa muy ordenada, pero estarás muy cómoda aquí, de hecho...- Quería agradecerle por la intención e irme pero no me dejaba hablar. -No digas nada hasta que hayas visto mi jardín, quedarás impresionada, ven- Me llevo del brazo y no me quedo de otra que seguirlo.

-Bueno, Lauren, este es mi jardín yo le llamo el Piazza. Trabajo mucho para mantenerlo verde y saludable...-lo sabía, amante de la jardinería- ... Es el trabajo de mi vida- Era el mejor jardín que había visto en toda mi vida, estaba impresionada pero no me convencería con esto - Y esa es mi Kaki...- Acostada sobre el césped mientras leía una revista, algo en ella hizo que no pudiera apartar mi vista, era hermosa -... y estás son mis azucenas...- a la mierda las azucenas, frente a mi estaba la chica más hermosa del lugar. -... Amo las azucenas, Azucena es un lindo nombre ¿no crees, Lauren?

-Bellísimo- continuaba viendo a la chica, no podía dejar de verla. Al parecer notó que la estaba viendo como una idiota porque se giró a verme, y fue el mejor momento del día, esos ojos marrones y esa sonrisa tan perfecta. Inocencia pura. -Hermoso...- Dije con la más grande de las sonrisas. -¿Cuánto dijo que costaba la habitación?- Ahora definitivamente estaba convencida.

En mis brazos   -  [CAMREN]Where stories live. Discover now