Capítulo 3

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Llevaba un par de días en la casa de Alejandro y de su hija, su pequeña hermosa hija, por las mañanas mientras ella se encargaba de colgar la ropa yo me sentaba y fingía leer el periódico, pero en realidad no podía hacer otra cosa más que observarla.
Ella usaba los más lindos vestidos y acostumbraba a andar descalza por toda la casa.
Por las tardes ella iba al jardín junto a su amiga y yo la observaba mientras escribía de lo loca, llena de vergüenza melancolía y de desesperación que me sentía al no poder quitarle un ojo de encima. Ella permanecía inconsciente de su fantástico poder sobre mi.

-¡Nos vemos luego, lagarto!
-¡Al ratito, cocodrilo!
-Hecho, Dinah Jane.
-Jódete, pato Lucas.
Y eso era todo, se despedía de su amiga y volvía a entrar.

Por las noches escribía sobre literatura francesa, era más sencillo, con tanta tranquilidad y acompañada de la música de Billie Holiday en la radio. No se por qué... no hay ningún sol en el cielo, solo un clima tormentoso desde que mi chica y yo no estamos juntas... Tarareaba la canción y no me percaté que alguien estaba escuchándome.

-Me despertó- Era Camila, con un pijama muy lindo, algo grande para ella pero lindo.

-Lo siento- Apagué la radio y me dediqué a observarla -Ya pare.

Se quedo parada un momento mientras me observaba -Canta muy bien- y regresó a su habitación.

A la mañana siguiente, la rutina se repetía, Camila entraba al baño, Alejandro gritaba un par de cosas, y yo observaba desde mi escritorio tratando de escribir algo, lo que fuera, y terminé escribiendo sobre ella.

- ¿Kaki, hiciste tu cama?
- No, no he hecho mi cama.
- Te pedí que hicieras tu cama, y no lo hiciste.
- No, me preguntaste si hice mi cama- sin duda era una chica lista.
-¡Haz tu cama! ¡Ahora!

Yo anhelaba un terrible desastre, un terremoto, una espectacular explosión...

-¡Haz tu cama!- volvió a gritar Alejandro.

... qué elimine a su padre instantáneamente, junto a todos los demás en millas a la redonda. Camz en mis brazos.

Finalmente Camila hizo su cama y salió de su habitación, nuevamente con un lindo vestido y descalza, con la diferencia que esta vez iba mascando chicle, Camila amaba los dulces.

Caminó y se detuvo frente a mi, me observaba fijamente y yo estaba en espera de lo que sea que fuera a decir. Se sentó frente a mi con una pierna sobre la silla y la otra colgando, me ponía nerviosa el hecho que ese lindo vestido no tapaba lo suficiente...

-Tengo sueño- Estábamos hablando más de lo acostumbrado en estas últimas horas, era un avance.

-Yo también- Dije y espere que ella dijera algo más.

-¿Tiene problemas para dormir?- Me la paso imaginando historias contigo en mis brazos ¿Tú que crees?

-Ni te imaginas.

Camila se paró y se acercó hasta mi escritorio, justo a mi lado, alcancé a guardar el cuaderno en donde escribía sobre ella, y comenzó a leer el resto, la literatura francesa, se sentó sobre mis piernas y yo ya estaba demasiado nerviosa, Camila parecía estar realmente interesada en lo que leía y parecía que todo lo demás no importaba, hasta que sacó el chicle de su boca y lo pego en mis notas. Se dio la vuelta y se quedó observándome, y yo a ella. Era un lindo momento, lo más cerca que la he tenido desde que llegué.

-¿Me está saliendo un grano?- preguntó

-¿Qué?- Ahora estaba confundida, demasiado. Esta niña no era normal

- ¿Ve algún grano en mi mentón?- señaló el lugar y miró hacia arriba, me acerqué para ver mejor. La respuesta iba a ser clara, no tenía que desaprovechar oportunidades.

- Está absolutamente perfecto para mí- Camila sonrió y creo que me volví obsesionada con esa sonrisa, con toda ella.

-¿Quiere ver mi movimiento de mentón?- cuando dejaría de hacer estas preguntas.

-Esta bien.

Camila hizo un pequeño movimiento con su mentón el cual hizo que se viera muy tonta y yo solté una carcajada. Y lo volvió a hacer, esta vez me reí más fuerte y apoyé mi frente sobre su hombro. Hubiera querido permanecer más tiempo así pero escuchamos a alguien subir por las escaleras.

-¿Lauren?- Gritó Alejandro y Camila salió corriendo hacia su habitación. Yo intenté parecer normal, hasta que vi el chicle de Camila, lo arranqué de mis notas y no tuve otra opción más que metérmelo a la boca. -¿Lauren? ¿Kaki te esta distrayendo?

-¿Disculpe? ¡No!- Dije rápidamente - No, no, yo... No- Finalice con una linda sonrisa.

En mis brazos   -  [CAMREN]Where stories live. Discover now