Capítulo 31.

1.2K 79 8
                                    


-Tampoco hay mucho que saber de mí, sólo soy o intento ser una chica normal- Dije mientras miraba a un precioso potro trotar junto a su madre.

-Venga, que he leído que eres mundialmente conocida, eres modelo, cantante, bailarina y una de las mejores amazonas a nivel nacional, serás una mujer normal, ¡pero tienes una gran carrera encima!- Dijo Hamdan apoyándose en la valla.

-Todo empezó con una simple canción, yo ni siquiera cantaba delante de nadie. Pasé de ser invisible a lo que soy ahora en cuestión de meses.

-Por lo menos este es tu trabajo, y lo haces orgullosa porque te gusta, yo tengo el poder de una ciudad entera y la responsabilidad de representar a un país ante el mundo- Dijo Hamdan mirando al pequeño potro que jugaba con un arbusto.

-La verdad es que tu responsabilidad es muy grande.

Parecía no gustarle hablar sobre lo que era, "príncipe heredero de una gran ciudad". Notaba esta conversación un poco incómoda, y rápido me cambió de tema.

-¿Qué ambiciones tienes?- Me preguntó dirigiendo su mirada hacia mí.

En sus ojos veía a un hombre interesante y a la vez reservado. Me agradó su pregunta.

-Si te soy sincera, nunca nadie me ha hecho este tipo de pregunta, siempre "Muy buen desfile, has arrasado en el escenario, podrías haber montado mejor"...

-La gente es muy superficial, y no se da cuenta que a pesar de ser quienes somos, no dejamos de ser personas normales, que sufren, tienen malos días, que lloran, están alegres... Por eso me gusta hablar con gente como tú, que sepa la responsabilidad que tenemos sobre la gente- Y me sonrió.

En muchas de sus fotos podías ver a un Hamdan serio, a veces sin expresión en su rostro, pero los ojos le delataban: ojos grandes y marrones. Su físico en fotos es inquietante, en persona es imponente. Alto, musculoso, barba perfecta y pelo negro carbón. Este hombre me atraía mucho, quería conocerlo más para saber qué se escondía detrás de esa coraza de "Príncipe heredero".

El problema está en que pronto empezamos con las grabaciones de la película, y el tiempo será escaso en mi agenda.

"¿Qué chorradas dices Irina? Seguro que te ha invitado para quedar bien contigo, pero este no se ha fijado en ti y seguro que le pareces una puta niña grande"

-¿Quieres un café? Así hablamos más tranquilos.- Dijo Hamdan.

Me llevó hacia un pequeño edificio situado al lado de las cuadras, era una especie de despacho, con sofás y todo.

-Siéntate, ahora vengo- Y desapareció por una puerta.

Miré a mi alrededor: cuadros del Jeque Mohammed y más hombres que no reconocía, pero seguro que Jeques millonarios. El despacho estaba muy bien ordenado y limpio.

"Seguro que esa lámpara cuesta más que toda mi finca" Pensé mirando una gran lámpara dorada en el techo.

-Aquí tienes- Dijo Hamdan colocando un café con un bizcochito de chocolate en la mesa- Sé que al ser modelo no puedes comer dulces, pero por uno no creo que te pase nada- Dijo guiñándome un ojo.

-Muchas gracias, ¿Este es tu despacho?

-Sí, aquí hago papeleos y recibo a gente, y si quiero estar solo vengo aquí también- Dijo recostándose. -¿Desde cuando montas a caballo?

Tenía muy claras las preguntas que me iba a hacer, era inteligente y con habilidades comunicativas.

-Desde que era pequeña, me subí por primera vez a un caballo con tres años y aquí sigo.

-He leído que tuviste un accidente hace 2 años o así, ¿Qué pasó?- Dijo acercando su café y dando un sorbo.

Mi pregunta es: ¿CÓMO SABE ESO?. Es verdad que la noticia dio la vuelta al mundo, pero: "He leído". ¿Me habrá buscado en internet o tiene algún espía?

-Esto... sí, es verdad. En pleno concurso me caí, me torcí el tobillo y me tuvieron que operar de urgencia.

No me gustaba recordar ese momento: me operaron estando aún consciente, con lo cual el dolor fue insoportable, tardé dos meses en poder "andar" con muletas y poder dar un paso, y cuando volví a ver mi caballo Bell, me dieron la noticia de que tenían que sacrificarlo por cólicos constantes.

-Estuve muy mal, se juntó mi operación, la muerte de mi caballo y dejé de montar aproximadamente un año- Dije mientras comía el bizcochito.

-Pero luego volviste a por todas, he visto que en el primer concurso que participaste después del suceso, quedaste primera. Es algo admirable. Me gusta la gente luchadora, y tú lo eres.

"Me gusta la gente luchadora, y tú lo eres..." Si lo que quería era encender hormiguitas en mi cuerpo lo estaba consiguiendo.

Piezas de puzzle (Fazza)Where stories live. Discover now