Capítulo 3

2K 107 2
                                    




Hoy vengo a hablaros de mi infancia, siempre he sido una niña buena, nunca le he dado muchos problemas a mi padre. Y hablo de padre a secas porque no tengo madre, nunca la he tenido, y sinceramente a mis 20 años no la necesito, pero sí hubo una etapa en mi vida durante la pubertad cuando añoraba esa figura materna, algún apoyo de mí mismo género, alguien que hubiera pasado por lo mismo que yo, pero ahora esa añoranza ha desaparecido.

Mi padre nunca pasó demasiado tiempo conmigo, desde pequeña me he quedado sola en la finca con los cuidadores y la señora de la limpieza.

Mi padre se llama Ricardo o Richard como todos le llaman. Tiene 43 años. A los 19-20 le descubrió cantando un hombre en el metro de Madrid, y le impulsó al mundo de la música. Siendo cantante de pop-rock y algunas baladas. Eso duró cuatro dulces/amargos años para él, ya que por lo que me ha contado: fue muy emocionante, a esa edad cuando andas perdido de la vida, sin saber qué hacer con ella. Y a la vez fue agotador, llega un momento en el que los viajes pasan a ser agotadores, y lo único que deseas es estar en casa rodeado de tu familia o tomándote un café con tus amigos, pero no puedes porque la gente te reconoce y debes estar con buena cara, aunque sea un día de mierda, y posar para la foto. Aunque ese es el precio de la fama, y si no que me lo digan a mí.

A mis 4 años me regalaron mi primer casette, uno portátil que llevaba de aquí para acá por toda la casa, cantando canciones de la época y bailando. Desde ahí viene mi afición por la música y el no querer vivir sin ella.

A mis 17 años cuando estaba terminando Bachillerato y sólo estaba a un escalón para entrar en la universidad, decidí tomar mi vida e irme a estudiar al extranjero: Londres era mi destino. Y allí que me fui. Hice muchos buenos amigos y como me querían tanto me presentaron sin yo saberlo a un programa de futuros talentos.

Y no sé, pero pasé a la última fase y gané con la canción "My heart will go on". No me lo podía creer sinceramente, y para mí fue algo maravilloso, no sólo porque en cuestión de dos años he llegado a ser estrella mundial, sino porque también he crecido internamente, ganando confianza y llegando a ser como soy ahora.

He pasado de temblar en las clases porque tenía una exposición a cantar delante de miles de personas alrededor del mundo. Y eso es algo que ha cambiado mi vida en muchos aspectos y de lo que estoy muy agradecida.

Piezas de puzzle (Fazza)Where stories live. Discover now