Capítulo 14: No tener miedo a morir es peligroso

Start from the beginning
                                    

Nunca lo sabría porque Justin era el único que ocupaba mi corazón por mucho que me pesara en ese momento.

* * *

Al despertarme por la mañana dejé a Jesse durmiendo en su cama. Él había dormido menos que yo, así que no lo desperté. Salí de su cuarto a las ocho y media de la mañana. Mi cuerpo ya estaba acostumbrado a madrugar para salir a hacer deporte y esa mañana no iba a ser diferente. Ya había pasado demasiado tiempo encerrada. Era momento de soltar tensiones con ejercicio.

Justo al abrir la puerta del cuarto de Jesse vi como Justin salía de su habitación. Su mirada cruzó con la mía y vi lo fríos que eran sus ojos.

-Buenos días – saludé por cordialidad.

Él asintió. Aquel día no tenía nada de bueno para los dos. Fui a mi cuarto lo más rápido posible y cerré la puerta apoyándome tras ella para poner distancia con Justin.

¿Qué co*ño estoy haciendo? Vivo con él. No puedo evitarle.

Esa voz interna tenía razón. Iba a tener que tratar con él … O al menos convivir como antes de nuestra relación.

Me vestí con un mini-short para hacer deporte y una camiseta de tirantes. Me enfundé mis zapatillas y después salí del dormitorio para bajar la escalera mientras me hacía una coleta alta. Dirigiéndome a la cocina, me encontré con Justin, otra vez.

Cogí una barrita de cereales y un zumo de naranja. Justin masticaba una tostada y tenía un café frente a él, el cual no paraba de mirar. Estaba en su mundo.

Bebí rápido y abrí el envase de aluminio de la barrita para tirarlo e ir comiendo por el camino.

Una vez que estuve en la calle empecé a hacer el calentamiento con la barrita en la mano, dándole mordiscos a tiempos. En tres bocados me la acabé y estiré mis músculos para luego irme corriendo hasta el centro deportivo.

Una moto pasó por la carretera a mi lado pisando el acelerador a tope. Justin, por supuesto. Él tampoco faltaba a ni un entrenamiento. Y entonces recordé lo que me había dicho hacía días. Tenía que saber defenderme. Luego pensé en mi madre; a ella no le hubiera servido de nada saber defenderse.

Acto reflejo, miré a mi alrededor. No había nadie. El sol aún estaba bajo y apenas hacía calor pero a pesar de ello, llegué sudando al gimnasio. Se suponía que tenía clase de gimnasia rítmica pero no tenía ganas de hacerla ese día. En su lugar, prefería ejercitar los músculos, correr o pegarle a algo. Y eso hice. Utilicé todas mis ganas para trabajar mi cuerpo pero cuando acababa de usar algún aparato volvía a sacar fuerzas. Era extraño pero había una angustia por dentro que me quería sacar y no había manera.

-Ven conmigo – ordenó una voz que conocía bien.

Aunque quise mirarlo a los ojos, él ya se había dado la vuelta y caminaba hacia la puerta esperando a que lo siguiera. ¿Qué quería ahora?

Lo seguí sin pausa pero sin prisa. Como una parte de mí imaginaba, entró en el recinto con un cuadrilátero dónde solía entrenar. Justin ya estaba dentro; sin camisa, pantalones cortos colgando de sus caderas, sudoroso por el ejercicio que ya había hecho, sus tatuajes brillando sobre su piel, sus músculos trabajando con cada movimiento que hacía … Parecía un Dios. Un Dios de la guerra, quizá.

Pick Me (Justin Bieber y Tú)Where stories live. Discover now