Capítulo 13: Jamás Debí Elegirte

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Cogí unos zapatos viejos también negros y me los puse. ¿Por qué viejos? Pensaba quemar toda la ropa que estaba usando en cuanto terminara el entierro.

-¿Estás lista para enfrentar a toda la gente o necesitas que los aparte de ti? – ofreció Justin.

-Puedo hacer esto – suspiré. Ni yo misma me lo creía pero era lo que debía hacer.

* * *

Mucha gente amaba a Rose Queen. Sus pacientes que necesitaban ayuda psicológica – los cuales me reconocieron por los marcos de fotos que tenía mi madre en su consulta – la familia de mi padre, mis tíos, mi abuela y amigos tanto del trabajo como de la infancia. Estaban también allí mis amigos y algunos compañeros de clase para mostrar su apoyo. Lesley entre ellos.

Todos mostraron sus condolencias. Todo fue apretones en el hombro, lágrimas y abrazos. Asentimientos y contenciones de no gritar: “Tus palabras de mi*erda no me hacen sentir mejor. Podrías cerrar la p*ta boca porque no te imaginas cómo me siento.”

Sabía que la policía había abierto una investigación y aún me tenían que interrogar. Todo el mundo estaba alterado con que hubiera sido un asesinato. El caso había salido en las noticias locales, inclusive.

Cuando vi como la lápida iba descendiendo en el suelo justo al lado de donde estaba enterrado mi padre tuve un recuerdo de mi infancia.

Corría por el parque, tan libre como cualquier niña soñaría con serlo. Pisaba el césped descalza sintiendo la húmeda hierba bajo mis pies. Mis padres estaban tumbados en el suelo con una manta que habían llevado para preparar el picknic. Ya habíamos comido y mientras ellos descansaban yo me dedicaba a buscar mariquitas pero en lugar de aquellos insectos, lo que encontré fue un diente de león. Más feliz que si hubiera encontrado cualquier otra cosa, corrí con la florecilla hacia mis padres para enseñársela a ambos.

Ellos sonrieron al verme tan ilusionada. Mi padre me cogió y me puso entre sus piernas.

-Ten cuidado, si sopla el viento se irán todas las semillas antes de que puedas pedir un deseo – dijo mi madre.

-¿Un deseo?

-Sí, saldrán volando y no volverán – dijo mi padre –. Tienes que aprovechar mientras la tienes. Vamos, pide un deseo y sopla.

-¿Y por qué se cumplirá?

-Porque de esas semillitas crecerán más flores. Y de esas flores saldrán más semillitas y así podrás mantener el deseo vivo hasta que se cumpla.

-¿Sin más? – fruncí suavemente el ceño mirando con atención el diente de león.

-Hay que tener fe, cariño – dijo mi madre.

-Y pelear por lo que quieres – agregó mi padre.

Soplé el diente de león y lo primero que se me ocurrió formular fue: Quiero ser amiga de Drew.

A la edad de nueve años, ya me preocupaba bastante por él. Era un dulce recuerdo. Realmente siempre que encontraba un diente de león había seguido soplándolos pensando en Justin. Fue algo hermoso que me enseñaron mis padres: esperanza y fortaleza. Gracias a ellos había aprendido a no rendirme jamás, y aquel deseo se llegó a cumplir.

Lágrimas salpicaron de mis ojos viendo como mis padres quedaban juntos bajo tierra. Eché una última rosa roja hacia el hoyo mandando un mensaje mental al cielo para despedirme: Gracias, mamá, te quiero.

Mi abuela se colocó a mi lado para rodearme con sus débiles brazos. Ella estaba tan mal como yo. Lloré en silencio harta de empapar el mismo pañuelo.

Pick Me (Justin Bieber y Tú)Where stories live. Discover now