Capitulo uno

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Era una tarde lluviosa en Derry, otra aburrida tarde en su vida, rutina... Horrible rutina en la que anda encadenada aquella pobre chica de cabello negro... Venia de camino a su casa, deseando que el día ya acabase de una vez y volver a dormirse o lo primero que se le venga en gana. Quince primaveras tenia únicamente, pero ninguna colorida como la definición de la misma... Parecían mas inviernos que primaveras... En sus ojos solo había esa expresión de melancolía que pareciese fuera la única que tuviera en el rostro, lo único que esas orbes de color celeste podrían mostrar aparentemente... Estando en frente de la puerta de aquel edificio se quedo un rato allí viendo el barniz de esta sin ganas o deseos de entrar, una parte de la misma temía entrar y escuchar gritos de parte de sus padres. Tomo un soplo de aire y entro... A empezar de nuevo aquella rutina clásica de su día a día...

— Ya llegue... — dijo con tono suave al entrar dejando su saco café colgado en el perchero y dirigirse para mas adentro de la casa, allí en la sala estaban sus padres, discutiendo como siempre... apenas al sentir sus voces se sintió aminorada acercándose lentamente por el marco de la puerta a ver si todo estaba bien, al menos sin haber llegado demasiado lejos.

—  Briana, ese sujeto no me agrada para nada ¿Ya olvidaste que sucedió cuando alguien como el apareció hace años?
 ¡Y yo ya te dije que mi jefe solo me invito a tomar una maldita taza de te!

Así siempre empezaban y acaba mal... Muy mal... ese hombre algo fofo cuyo aspecto parecía el de un avestruz buscando esconder la cabeza intentaba advertirle a su casquivana mujer acerca de su nuevo pretendiente; a veces parecía que ese matrimonio solo era por la mera existencia de su hija.

Miranda siempre se preguntaba porque su madre era así, esa duda nunca la dejaba dormir con comodidad o a veces, sin miedo. Mostrar indiferencia o antipatía ante estas situaciones que a cualquiera le dejarían un mal sabor de boca.

Briana... por favor; yo se lo que te digo mejo- 
— ¿¡Tu que mierda sabes!?
— Briana... 
— !SI LO ÚNICO QUE SABES HACER BIEN ES TOMAR HASTA PERDER EL CONOCIMIENTO MALDITO CERDO!.

Con una expresión de desprecio simplemente se tapo los oídos al empezar a oír esas horribles palabras que esa mujer empezó a soltar, era triste decir que esa hermosa mujer rubia de ojos verdes como esmeraldas era su madre.

Apenas se encerró en su cuarto se acerco a la radio presionando los botones con tal de que sonara cualquier canción, empezando con New Kids on the Block... en ese mismo momento escucho un jarrón romperse, comenzó a golpear con sus manos los lados de su cabeza intentando no recordar, intentando simplemente olvidar que existía.

Extrañaba mucho ahora a sus pocos seres queridos, su querida prima, su querido anciano... su querido silencio.

El sol se oculto dejando ver a la luna como todos los días y como tenia planeado, cual ratón escurridizo salio de su casa aprovechando que su padre estaba viendo el televisor y su madre dormía plácidamente por sus pastillas de sueño.

Cerro con cuidado la puerta cuidando de no hacer ruido y vio un momento mas la fachada de su casa; era muy hermosa, las tejas puestas cuidadosamente una sobre otra y las paredes pintadas de un blanco puro, los bellos marcos de madera pintados con barniz; muchos envidiaban esta bella casa pero pocos, casi nadie sabia que esta casa era Sodoma y Gomorra en las noches.

Sin mas Miranda se puso la capucha de impermeable al sentir agua caer de pronto y emprendió su camino al cementerio; tenia algo pendiente que hacer ahora mismo, así que de su mochila de Godzilla saco unos guantes para abrigarse también.

Al llegar al cementerio empezó a tener cierta cautela, algunas veces pasaban cosas "raras" en estos lugares, prefería evitarlas, antes de ver a quienes buscaba decidió tomar unas flores de un árbol con flores de campana, había llegado por fin.

RUTINA ~Pennywise y tu~Where stories live. Discover now