Capítulo 30

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-Sí sabes que si te acuestas sobre el pasto podrán subirse en ti los insectos que anden merodeando, ¿Verdad?- Cuestioné riendo levemente mientras apreciaba como alejaba las cosas que lo rodeaban para despejar el espacio.

-Como si fuera a recostarme en el pasto- Quitó la manta de sus hombros y la estiró a un par de metros de la fogata y se dejó caer sobre ella- No es un bloque de madera flotando sobre el agua, puedes recostarte tranquilo a mi lado que no se hundirá, Jack.- Reí a la vez que negaba mi cabeza y me acomodaba a su lado.

El prepotente canto de los grillos llenaba el ambiente mientras dedicábamos nuestros minutos a observar aquel bello fenómeno que ocurre durante una cierta cantidad de días, podía sentir la calma después de tantos años, admito que es algo bastante extraño ya que, al ser un caos mi vida, convivo con la adrenalina y los nervios constantemente pero ahora mismo, no me pesa nada de lo vivido, no siento absolutamente nada, mi mente está en silencio, estoy disfrutando lo que hago y no bebí nada, sin olvidar que me encuentro con la mejor compañía. Finalmente un momento de felicidad.

-¿Has pedido algún deseo?- Cuestionó flexionando uno de sus brazos y descansó más tarde su cabeza en él, sin alejar la mirada del firmamento.

-No creo en eso, años y años deseando tantas cosas que jamás se cumplieron, es todo un mito barato.

-No es algo que suceda de un día a otro, todo llega, pero a su debido tiempo.

-¿Has pedido tú?

-Sí, a cada estrella fugaz que logré ver. ¿Quieres saber que pedí?

-El mito revela que si lo dices en voz alta, no se cumplirá.

-Correré el riesgo- Se colocó de costado para tener una mejor comodidad y visión de mi persona, acción que no tardé en imitar- Pedí que esto que tenemos, esto que construimos poco a poco juntos, no acabe nunca, que estemos juntos por siempre, solo tú y yo contra el mundo.- Mi pecho este fin de semana parecía tener una vela en su interior cual calabaza en halloween, se sentía tan cálido, tan lleno, tan iluminado, después de tantos años de oscuridad y dolor, era hermoso sentirse vivo de vuelta, y con detalles como este, brotaba felicidad cuando creía que carecía.

-No voy a dejarte nunca, Tommy, no importa que pase o quién se oponga, sos la única persona con la que quiero estar y con la que quiero pasar mi vida- Confesé, recordando vagamente el hecho de que en tres días tenía la audiencia con la jueza- Prometo...- continué con la voz quebrada- Prometo estar siempre contigo.- Una sonrisa se dibujó en sus labios, supongo imaginó que la razón por la cual mis ojos se llenaron de lágrimas era por la situación y, aunque en parte lo era, se debía mayormente al recordatorio de que estas eran mis últimas horas con él, cabe admitir que ya comenzaba a idear planes para defender con uñas y dientes mi promesa.

El contacto de sus labios sobre los míos me trajo nuevamente a la realidad, y vaya forma de hacerlo, el beso comenzó con absoluta calma, sin apuro alguno íbamos creando un ritmo juntos mientras la distancia de nuestros cuerpos comenzaba a acortarse, su mano se posó sobre mi cintura y yo descansé la mía sobre su nuca, separando levemente los dedos para ascender con la misma y repasar su suave cabello con cuidado, se sentía tan natural, raramente no traía puesto gel. Creí que era algo imprescindible como su celular.

Su mano hizo presión sobre mi cintura, apegándome aún más a su lado al tiempo que el beso comenzó a tomar intensidad. Me alejé solo unos centímetros para alcanzar a ver sus ojos y al ver el deseo en ellos, tal como supongo expresan los míos, esbocé una leve sonrisa en mis labios para ponerme finalmente de pie y estirar mi mano hacia él, quién la tomó sin entender mi acción y comencé a guiarlo hasta la cabaña donde nos estábamos alojando. Tras asegurarme de cerrar con seguro, me volví hacia él, que parecía entender mi fin.

Bring Me To Life [Newtmas]Where stories live. Discover now