Capítulo 21

6.6K 591 144
                                    

Las cosas tienen que cambiar, tiene que ser diferente. Ya no quiero ser ese niñito depresivo que perdió a sus padres, que está ahogado en la adicción, el que se reprime el llanto para poder ser cada día más fuerte, que sufre en silencio por las mierdas que vive día a día. Quiero reír, quiero poder disfrutar la escuela, me gustaría tener treinta y recordar mi adolescencia con una sonrisa, quiero que mis amigos me busquen para poder salir a bailar o simplemente a pasar el día en algún lado y no para que los defienda de alguien. Quiero una vida normal, la de un joven cualquiera, tener a mis papas, estudiar, divertirme, trabajar, tener novia y ser feliz por siempre ¡¿Es mucho pedir?! ¡Felicidad!


Amanecí completamente sudado, no recuerdo muy bien lo que soñé pero de seguro fue una pesadilla, mi corazón late con ferocidad y mi respiración estaba agitada. Coloqué mi codo sobre el colchón para juntar fuerza y erguirme lo suficiente hasta alcanzar a ver la hora que marcaba el despertador sobre mi mesa de noche, al chequearla me dejé caer mientras soltaba un suspiro. 05:40 am, aún me quedaba una hora para poder dormir pero por mas intentos que haga, no logro captar el sueño así que opté por darme un baño rápido para quitar la transpiración antes de bajar a desayunar.

Había tomado una taza y vertido en ella una cucharada de café como siempre hago pero hoy sería la excepción, tenía ganas de desayunar algo más completo, algo rico. Tiré la taza dentro de la pileta y busqué el jugo en el refrigerador, dejándolo sobre la mesa para ir a conectar la tostadora. No tenía idea de cómo usarla. Cogí dos panes, partiéndolos a la mitad para que cupieran en las aberturas plateadas en la parte superior y una vez que los coloqué, toque todos los botones que alcanzaba a ver mientras hacía presión con mi mano para que bajaran. Más tarde comprendí que solo hacía falta bajar la palanca a su lado para que bajaran y comenzaran a tostarse.

Mientras esperaba, tomé mantequilla de la heladera y encendí el televisor buscando algo interesante para matar el tiempo mirando pero no encontré más que comerciales baratos y telenovelas absurdas, así que dejé en los noticiarios locales. Un ruido a mi espalda me dio a entender que ya estaban los panes, los coloqué sobre un plato y los llevé a la mesa, me reconfortó de cierta manera ver aquello, me recordaba a mi niñez. Observé la hora, recién estaban por ser las seis, aún faltaba una hora para asistir al instituto y no tenía nada para hacer.

Comencé a untar la mantequilla sobre la tostada y a comer las cosas con tiempo, no me llevó más de quince minutos acabar con todo, en verdad tenía hambre. Pensando sobre qué hacer, me quedé con la idea de ir caminando al colegio así que colgué la mochila sobre mi hombro y emprendí el viaje, deteniéndome en un kiosco cercano para poder comprar un paquete de cigarrillos, estaba loca Clara si piensa que yo lo dejaré, es lo único que me mantiene cuerdo y nada de que acabara matándome, en algún momento vamos a morir todos ¿O no? Te cuides o no la muerte llega para todos igual.

Entré veinte minutos antes, mi récord, aunque parece que no fui el único adelantado. Sentado en una banca, el pequeño ruloso leía un libro con mucha atención mientras comía una manzana. Me senté frente a él con cuidado pero aún así se sobresaltó al verme.

-Newt, vaya, no te oí llegar- Colocó una mano en su pecho con rapidez, serenando su acelerada respiración.

-Lo siento Chuck, no quise asustarte- Asintió antes de darle otro mordisco a su manzana.

-¿Qué haces aquí tan temprano?

-Salí un rato antes de casa, quería caminar y despejar un poco mi cabeza, ¿Qué hay de ti?

-Siempre vengo a esta hora, me gusta llegar antes que todos, el lugar se encuentra calmo y es el momento ideal para conectarse con uno mismo o quizás- elevó su libro- leer.

Bring Me To Life [Newtmas]Where stories live. Discover now