48. Peleas y más peleas

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Blas

Un insistente sonido que no soporto no había parado en los últimos diez minutos.

─ ¡Apaguen eso! ─ grité enojado.

Pero de un momento a otro me di cuenta que eran las alarmas, las cuales no habían dejado de sonar.

¡Dios, las alarmas!

Me paré lo más rápido que me permitió el golpe en mi trasero. El dolor había disminuido considerablemente, pero aún molestaba.

Bajé al salón de pantallas en donde Cristal y Mia estaban junto con Dan y todo el resto de nefilim de nuestra academia. Mi abuela, por otro lado, estaba en el centro del lugar dando información. En serio no quería verla en estos momentos, pero algo grave ha de haber ocurrido.

Cuando llegue allí, todos me quedaron viendo y yo apenas podía abrir los ojos producto del sueño que tenía. ¿Me matarían si en un momento como este, voy por una taza de café?

Bostecé y me crucé de brazos. Me sentía como una abuelita realmente mayor. Vi como Mia negaba con la cabeza a lo que reí. Mi abuela, sin embargo, fingió no notar mi presencia.

─ Los enemigos van a atacar y es de suma importancia que todos se preparen ─ dijo.

─ No me digas ─ rodé los ojos.

Ella solo me miró mal y prosiguió con la información.

─ En estos momentos, las demás familias están preparándose también. Los enemigos, nefilim no clasificados, han estado atacando la ciudad. También a los humanos, a quienes nosotros protegemos así que es nuestro deber ir a ayudar. Después de todo, el odio es hacia nosotros. Andando, alisten las armas porque nos iremos en diez minutos ─ dio la media vuelta y se largó. 

Yo me acerqué a las chicas.

─ Estas comenzando a ser insoportable, Blas ─ me regañó Mia.

─ No me importa.

─ ¿Por qué dices eso? ─ me cuestionó Cristal.

─ Porque se merece eso y mucho más por asesinar a mi mejor amiga ─ me largué de allí a cambiar de ropa, ya que evidentemente no iría en pijamas. Además necesitaba despertar un poco.

Después de que tomé todo lo necesario para combatir a esos malditos demonios ─  y lo digo porque puede que no quiera ver a mi abuela, pero es mi deber como nefilim ─ bajé.

Salí al patio donde todos estaban y miré a ambos lados. Todos los nefilim de todas las academias estaban fuera y son demasiados a mi parecer. No creo que haya muchos enemigos.

Me acerque a Mia y ella me miró preocupada.

─ Yo no iré Blas.

─ Tampoco dejaría que fueras. No eres nefilim y no es tu responsabilidad ─ fui algo duro, pero no quería que algo le pasara, no a otra de mis mejores amigas.

Ella se limitó a mirarme, ya que sabía por lo que pasaba y en el fondo me entendía.

─ Cuidaré los cuerpos ─ dijo.

Asentí y me acerqué para besar su frente.

─ Por el amor de Dios, cuídate ─ la abracé.

─ Tú también ─ respondió ella.

Pude notar la preocupación en sus ojos.

─ Ellos no pueden conmigo. Ve dentro y cierra bien esas puertas ─ sonreí.

Ella asintió y subió las escaleras, para luego cerrar las puertas fuertemente.

Todos nos dirigimos a distintas partes de la ciudad. Había visto a Jasmine y Tristán ir con el otro grupo, pero yo me quedaría con Cristal. Repito: no quiero que nada pase con mi otra mejor amiga.

Los Caídos #1 - Ángel guardiánWhere stories live. Discover now