43. Dolor

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Llegamos corriendo hasta los chicos y Camille tenía agarrado a Dan  a punto de clavarle algo en el pecho.

Will la tomó por atrás atrapando sus brazos.

─ ¡Suéltame! ─ gritó. ─ Déjenme en paz malditos infelices, todos ustedes ─ gritaba y pataleaba.

─ Sáquenme de aquí o los mataré a todos. ¡Ahora! ─ Adam gritó amarrado a una silla.

─ Logré amarrarlo, pero ella me atacó ─ Dan nos informó.

Will llevó a Camille hasta una silla a un lado de Adam y con la ayuda de Tristán la amarraron. Vi como Jasmine se acercó a Adam y cuando quiso acariciar su mejilla, él tomó su mano apretándola.

─ Me lastimas, Adam ─ gritó Jasmine, pero pronto paró. ─ Se está descontrolando su poder, chicos. Así como que lastimo, me curó.

Miré preocupado a Will, ya que Camille seguía gritando cosas sin sentido.

─ Los voy a matar a todos, sacaré sus corazones y alimentaré a los animales con ellos ─ gritó.

Mire a Mía quien estaba horrorizada y ni siquiera movía un dedo. De un momento a otro se quedaron todos en completo silencio.

***

Exactamente tres horas pasaron y nadie decía nada. Camille y Adam estaban totalmente callados hasta que ella habló.

─ Cristal, amiga, ¿podrías ayudarme? Los amarres me duelen tanto ─ hizo una mueca de dolor.

Ella se paró dispuesta a ayudarla.

─ No le creas. Dirá cualquier cosa para escaparse ─ dijo Will.

─ Idiota ─ Camille comenzó a reír. ─ No eres más que una pobre estúpida tras un hombre que no te quiere.

─ No la tomes en cuenta, Cris ─ la miré.

─ Jamás debí perdonarte, es más, debería matarte ─ gritó Camille ─ para que te pudras bajo la tierra maldita infeliz.

Cristal se paró y salió de allí. La entiendo completamente porque no necesita ver esto.

Jasmine y Dan fueron tras ella para ver cómo estaba.

─ Y tu Blas, ¿cuándo dejarás de ser tan idiota e infeliz? ¿Cuándo dejaras de meterte en la vida de los demás? Deberías comprarte una vida o ser feliz con alguien ─ rio, ─ pero ¡oh, es cierto! Nadie querría a una cosa horrible como tú. También deberías estar muerto.

Hice caso omiso a sus comentarios, ya que no era ella.

─ Tu, Will, no deberías estar aquí. Eres el peor, ¿sabías? Pobre pequeño Will ─ se burló ella mientras él solo la miraba ─ arrastrándose, arriesgándose a que lo exilien por una estúpida chica que ni siquiera te quiere. Deberías podrirte porque eso pasa, no te quiero ni lo más mínimo, cariño ─ ella lo miraba con el odio reflejado en sus ojos. ─ Deberías tener más dignidad porque eres patético ─ rodó los ojos fastidiada ─ y te quedaras solo por siempre.

Will siguió en la misma posición. Todos sabíamos que ella no estaba bien, pero jamás pensé que llegaría al extremo de decir cosas tan horribles.

La miré y sus ojos se fijaron en Mía. Miré a mi amiga en sus cinco sentidos, suplicándole con los ojos que se fuera, pero Mia me miró y negó con la cabeza.

─ Linda Mía, creo que eres la única que vale la pena aquí ─ Camille rio. ─ Aun así eres patética. Debes pedirles una explicación a tus padres porque te han mentido toda tu vida acerca de tu habilidad gritona. Qué lindo, ¿sabes cuándo moriré? Porque ya estoy harta de estar aquí.

Mía fijó sus ojos en el suelo y no dijo nada, solo siguió allí.

En cuanto a Adam, tenía su mirada en un punto fijo. Camille miró a Tristán y no quería imaginar lo que diría. Él la miró un instante y sin embargo, ella no dijo nada.

─ Aburrido ─ bufó. ─ ¡Sáquenme de aquí ahora! ─ gritó.

Adam comenzó a gritar millones de cosas e intentaba escapar, pero los amarres estaban bien hechos.

Me paré del suelo y sacudí mis pantalones.

─ ¡Sáquenme! ─ gritó ella y comenzó a moverse mientras la energía comenzaba a salir de ella.

─ Miren ─ dijo Tristán.

─ Se está descontrolando su poder, Blas ─ dijo Will.

Todos nos mirábamos sin saber qué hacer.

Adam se tiró atrás junto con la silla y esta se destruyó en mil pedazos. Corrió y comenzó a golpear a Tristán. Camille también soltó sus amarres, pero Will y yo la controlamos.

Mía ayudó a Tristán con Adam, ya que él estaba mal.

El viento cubrió el lugar porque Camille se estaba saliendo de control haciendo que distintos portales aparecieran y desaparecieran del lugar.

─ Por favor, Camille, vuelve. Somos nosotros ─ supliqué.

Ella siguió gritando y lanzando portales a todos lados. Adam continuaba golpeando a Tristán, mientras Mía intentaba detenerlo.

─ El portal nos consumirá. Moriremos si hace otro ─ gritó Will.

Cuando los portales desaparecieron, una luz más grande apareció allí. Era un portal enorme en medio de la habitación que nos dejaba a todos con poca visión debido a la fuerte luz e incluso sentía como aquella energía comenzaba a absorbernos

Cerré mis ojos esperando lo peor. Espere a que esa cosa nos absorbiera, pero en lugar de eso me encontré con una escena aun más horrible.

─ ¡Camille! ─ escuché el grito de Mía. 

Un grito de Banshee, un grito de lamento.

El viento se había ido y pude ver  a Camille, quien también me miró con dolor en sus ojos. Sangre salió de su boca producto de la espada saliendo de su abdomen. Miré a Will quien estaba a mi lado, pero no fue él.

Camille cayó de rodillas al suelo, pero logré tomarla entre mis brazos antes de que se desplomara por completo.

─ No, no, no... ─ las lágrimas comenzaron a salir sin parar y mis manos temblaban.

Puse mi mano en su herida para que dejara de sangrar, pero era inútil. Cuando miré hacia arriba, vi a mi abuela con la espada en su mano.

Will estaba paralizado y no reaccionaba, mientras que Mía corrió a mi lado.

─ No mueras por favor, Camille ─ acaricié su cabello.

Ella solo nos miraba con las lágrimas en el borde de sus ojos.

─ Estarás bien ─ Mía tomó sus manos.

Ella abrió la boca para decir algo, pero solo un pequeño sonido de dolor salió. Dio una pequeña sonrisa y cerró sus ojos lentamente.

─ No ─ susurré. ─ Por favor ─ la abracé lo más fuerte que pude.

Miré a mi alrededor y Jasmine lloraba, ya que Adam, al igual que Camille, estaba muerto.

***
No sé cuánto tiempo había pasado exactamente, pero Mía, Cristal, Dan y yo estábamos junto al cuerpo muerto de Camille mientras Jasmine y Tristán estaban junto a Adam.

─ No ─ dijo Will. ─ Ellos son mi responsabilidad y los regresaré, sin importar que.

─ ¿Cómo? Ya se fueron ─ dijo Mía en un susurro.

─ Devuélvanlos a las camillas y no dejen que nada les pase a sus cuerpos, ¿entendieron? El maldito de Daniel me dará una solución y si tengo que ser exiliado por matarlo, lo haré.

Sin decir más, salió de allí y nosotros llevamos a los chicos a sus camillas cubriéndolos con la sábana blanca allí.

Necesitábamos esperanzas y si Will podía hacerlo, lo apoyaríamos sin importar que. Solo sabía que no dejariamos esta situación así.


Los Caídos #1 - Ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora