36. ¿Será cierto?

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Desperté y me senté restregándome los ojos. Mi habitación estaba completamente oscura. No sé en qué momento me quedé dormida. ¿Cuánto estuve aquí?

En la esquina del cuarto una pequeña luz brillaba con intensidad, así que me acerqué hasta allí para ver de qué se trataba. Me sorprendí al ver que el libro azul estaba allí, pero no quería tomarlo, a veces pienso que está encantado.

De igual manera lo tomé entre mis manos. Se sentía tan suave como siempre. Sonreí feliz al haberlo encontrado, así que fui a encender la luz para poder leerlo de inmediato, pero el interruptor no estaba ahí.

Miré el techo entre aquella oscuridad, pero la lámpara no estaba. Saqué mi celular del bolsillo y encendí la linterna. ¿Por qué no estaba con pijama?

Todo ahí era diferente. Abrí el armario y pude ver que esa definitivamente no era mi ropa. Había vestidos, pero eran largos y antiguos, realmente hermosos si puedo decir.

La cama era muy diferente a la mía, mis cortinas moradas ya no estaban y en su lugar había largas cortinas azules, de una tela muy pesada. Nada ahí parecía real, incluso la puerta era de un tono más oscuro. Quería salir pero me daba algo de miedo.

Dejé el libro donde estaba y con toda la valentía que tenía, abrí la puerta. El pasillo se veía igual, solo que esta vez había velas por todos lados iluminando el lugar.

─ ¿Dónde rayos estoy? ─ susurré.

Una triste melodía llegó hasta mis oídos, de un piano creo, no podía distinguir bien. Seguí el sonido de la música hasta llegar al salón, pero había dos puertas muy grandes de vidrio en lugar de una.

Había allí un chico, el cual era la copia perfecta de Adam y era él quien tocaba aquella triste melodía. Supongo que no es el Adam que todos conocemos.

─ Christian ─ dijo una chica llegando hasta él.

─ Hola cariño, ¿ya se durmió Grace?

─ Si, estaba agotada ─ ella llevaba un vestido muy parecido a los que vi arriba, esto es como otra época.

─ Te amo, Elizabeth ─ él siguió tocando mientras ella escuchaba tranquilamente.

Una energía extraña comenzó a atraerme y sentía que si no llegaba a ella, me quedaría allí para siempre o moriría.

<<Camille>> dijo alguien.

Escuché mi nombre a lo lejos y no lo pensé dos veces. Corrí por los largos pasillos del lugar hasta llegar a la habitación. En ella había un portal y esa era la energía que me atraía, pero cuando estaba a punto de correr hacia él, una puntada dio en mi espalda como si una espada me hubiese atravesado. Sentía el mismo dolor en distintas partes de mi cuerpo. Grité porque dolía como la mierda y no podía moverme.

─ Déjame ayudarte ─ Del otro lado del portal pude ver a Tristán.

─No ─ grité espantada.─ Si cruzas se cerrará.

─ ¿Cómo lo sabes?

─ No podré soportar la energía de dos personas y el portal se cerrará instantáneamente, Tristán. Desapareceremos aquí.

Los horribles dolores atacaban mis manos y piernas, mi corazón comenzó a acelerarse porque mis energías estaban enfocadas en mantener el portal abierto. Caminé con todas las fuerzas que pude y me dejé caer sobre el portal.

Caí fuertemente sobre la cama. Mi cuerpo dolía. Fue la peor experiencia de la vida.

Todas mis cosas estaban allí. Me paré inmediatamente, abrí el closet y vi que esa si era mi ropa. El libro no estaba obviamente. Miré hacia el lado y Tristán estaba observándome.

─ ¿Dónde rayos estabas? ¿Por qué abriste un portal?

─ Pensé que me quedaría allí por siempre ─ hice una mueca, mi cuerpo aún dolía.

─ ¿Dónde? ─ hizo una mueca.

─ Desperté aquí Tristán, en esta habitación, pero parecía otra época. Vi el libro, estaba brillando mucho y lo tuve en mis manos. Luego escuché un piano y bajé al salón, era todo casi igual que ahora, solo que más antiguo e incluso había velas por todos lados. Fue muy extraño ─ mi mirada se quedó en un punto fijo ─ Había un hombre que era la copia de Adam y una chica junto a él, se llamaba Elizabeth. Hablaban sobre Grace, supongo que su hija no lo sé ─ solté rápidamente.

─ ¿Qué pasó después? ─ preguntó el sorprendido.

─ Sentí una energía extraña atrayéndome. Fue ahí cuando escuché mi nombre. Corrí como una desesperada hasta el cuarto y ahí estaba el portal, no recuerdo haberlo hecho Tristán, ─ comencé a caminar de un lugar a otro nerviosa

─ ¿Y si ese es el desarrollo de tu poder, Camille?

─ ¿De qué hablas? ─ me acerqué a las ventanas para cerrarlas.

─ Los Hunter crean portales, pero ¿y si al desarrollarlos es posible crear portales a otras épocas?

─ ¿Crees que eso sea posible? Digo, es extraño lo sé. No miento cuando digo que era como otra época, la vestimenta, todo allí lo explicaba y cuando vi a aquellos niños la otra vez, pero me cuesta creerlo.

─ Créelo, cree en ti y en tus capacidades.

─ Fue la cosa más horrible de la vida, mi cuerpo dolía de una manera espantosa y por un momento pensé que moriría ahí. ─ me senté en la orilla de la cama.

─ ¿Por qué dolía?

─ No sé, tal vez porque no pertenezco allí. Supongo que ni siquiera nacía aún ─ suspiré aliviada.

─ Tranquila ─ él se acercó y me dio un abrazo reconfortante.

─ Gracias ─ calmé mi respiración. ─ ¿Para qué me buscabas?

─ Para nada. Solo quería verte para saber cómo ibas con todo esto, pero ya veo que te tomó por sorpresa.

─ Esto me da miedo. Pude quedarme ahí para siempre o peor, desaparecer sin dejar rastro ─ dramaticé.

─ Tranquilízate, en algún momento tendrás que controlarlo.

Es lo que más anhelaba, poder controlar toda esta maldita situación.

Los Caídos #1 - Ángel guardiánWhere stories live. Discover now