18. Viejo amigo

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Necesitaba una respuesta sobre lo que había visto Mia. Los chicos investigarían, pero quería saber la respuesta por mí misma, ya que no le encontraba el mayor sentido. Ella es mi amiga y le creeré pase lo que pase. La gran biblioteca de este lugar algún tipo de información debe tener y si no es así, seguiré buscando.

La biblioteca tenía una gran escalera para llegar a la parte superior del lugar, así que busqué en el último estante, tomé un libro algo antiguo y quité el polvo que tenía. Parecía el apartado y despreciado. 

Reí irónicamente.

Comencé a ver sus páginas y estaban todas en blanco, pero aun así seguí mirando cada página hasta la última final en la que había un dibujo de un hombre con dos cicatrices que cruzaban por toda su espalda y bajo él había una frase:

Aquellos que cometen un gran pecado, están condenados a caer para sufrir eternamente.

Aquella no era la respuesta que necesitaba porque no dice específicamente que son, pero solo un nombre paso por mi cabeza: Will y sus enormes alas.

¿Y si él era uno de ellos? ¿Son malos? Tal vez quiere matarme como aquel chico que Mia vio, quizás son sacrificios y nadie lo sabe. No quiero morir tan joven, ya que la mitad de mi vida esta hecha a base de mentiras y necesito saber toda la verdad para poder morir en paz. Sé que muchas teorías pasan por mi cabeza, pero cada una de ellas tiene sentido para mi.

Blas me mandó un mensaje diciendo que el aprendiz de intercambio llegaba en diez minutos y debíamos recibirlo. Dejé el libro en su lugar no sin antes tomar una foto del dibujo.

***

Los directores, los chicos y Mia estaban ahí, todos esperando al final de las escaleras. Yo me quedé arriba frente a las grandes puertas observando. Estaban todos muy ansiosos menos yo ya que últimamente todo me era indiferente. Una persona más o una persona menos no afectara en nada mi vida, ¿verdad?

Mis pensamientos fueron totalmente interrumpidos cuando el chico bajó del auto y nos miró a todos sorprendidos,pero los más sorprendidos éramos Mia, Blas y yo. Bajé las escaleras a toda prisa, y corrí en dirección a él.

─ Dan ─ grité feliz y salté a abrazarlo, no lo veía hace mucho tiempo.

─ ¡Camille! ─ él me abrazó feliz ─ como has crecido.

Deshice el abrazo, para que pudiera saludar a los chicos. Mia y Blas también corrieron a abrazarlo, así que me acerqué y me uní al abrazo nuevamente. Extrañaba esto, el cariño de todos mis amigos. Si tan solo estuviéramos todos.

Dan ha sido nuestro amigo desde siempre, al igual que Sabrina y Cristal, excepto que una de ellas está muerta y la otra pues, es una historia muy larga.

─ Los extrañé tanto chicos, jamás pensé que me encontraría con ustedes aquí, ¿ustedes son nefilim? ─ nos miró extrañado a Mia y a mí.

─ Yo sí y Mia no ─ reímos.

─ Bien chicos, dejemos que su amigo descanse del largo viaje y se acomode en el que será su nuevo hogar.

─ No es necesario, Melisa. Conozco este lugar como la palma de mi mano ─ dio una sonrisa grande.

─ Insisto. Aquí han cambiado muchas cosas, al menos en nuestra academia.

Todos le dieron la bienvenida y la abuela de Blas lo llevó a conocer todo el lugar.

Estábamos muy felices de tener a nuestro amigo de vuelta. Él se fue cuando tenía trece años de Alana, ya que sus padres habían decidido mudarse muy lejos de aquí y jamás supimos por qué.

Al menos volvíamos a tener a una de las personas más importantes en nuestra vida y no lo volveríamos a dejar ir.


Los Caídos #1 - Ángel guardiánWo Geschichten leben. Entdecke jetzt