Los Caídos #1 - Ángel guardián

17. ¿Mentiroso?

Aquel estúpido portal nos llevó directo a la fuente agua del parque. ¡Genial! Pase toda la tarde secándome para nada y para agregar al asunto, todos allí nos miraban muy extraño.

─ ¿Qué miran? ¿Acaso nunca en la vida vieron a dos personas caer en una pileta? ─ exprimí mi ropa intentando sacar el agua.

─ Tranquila, Camille.

─ ¿Me vas a explicar por que sabias de demonios, Will?

─ Solo si tú me explicas cómo rayos hiciste ese portal.

─ No puedo ─ por poco casi grito. ¿Debería contarle? ─ Solo olvídalo, ¿sí? Ve a casa y descansa.

─ Primero te acompañaré a la tuya.

─ ¡No! ─ me sorprendí por lo rápido que contesté. ─ Quiero decir que no es necesario. Estaré bien.

─ Camille, estoy aquí para protegerte y no te dejaré sola sabiendo que hay millones de esas cosas por allí dando vueltas.

En ese momento se me vino a la mente Jasmine hablando acerca de Christopher Bravhe ¿Qué pasa si Will es él? Tal vez mintió todo este tiempo para acercarse a nosotros y por eso sabe tanto de demonios porque es el gran rey de los sobrenaturales y es un maldito vampiro.

─ Se cuidarme sola, Will ─ fruncí el ceño.

Comencé a desconfiar de él, pues algo me decía que esconde cosas extrañas.

─ Camille, por favor.

─ No ─ comencé a caminar lo más rápido posible dejando a Will totalmente desconcertado. No seré adivina, pero mi intuición no me falla.

Cuando llegue a la academia, los chicos me miraron extraño porque estaba toda empapada.

─ ¿Qué pasó contigo? ─ Jasmine rio ligeramente.

─ Eso no importa. Ya sé quién es Christopher Bravhe y no es una leyenda.

─ ¿Dónde estuviste, Camille? No vuelvas a arriesgar tu vida buscándolo.

─ Basta. No soy una niña, Blas ─ lo miré enojada. ─ Will es Christopher.

─ Eso es imposible ─ Blas rio.

─ ¿Por qué? Él sabe de demonios, ¿por qué más lo sabría?

─ Tal vez es uno de nosotros ─ dijo.

Blas siempre intentando encontrar una respuesta.

─ No. Él no sabía cómo hice un estúpido portal.

─ Él no es vampiro, Camille. Es extraño lo admito, pero él no es Christopher. Nosotros ya encontramos su guarida e incluso una foto del gran rey de Alana.

Estaba desconcertada porque estaba segura de que era Will, pero cuando Blas me mostró la foto me di cuenta que en realidad no es él. En ella había un hombre muy joven, de cabello rubio y gran sonrisa.

─ ¿Están seguros de que es él?

─ Muy seguros ─ esta vez fue Tristán quien habló.

─ ¿Realmente tiene mil años?

─ Mil diecisiete años para ser exactos ─ Mía, quien venia del pasillo, me contestó.

─ ¿Irán a buscarlo?

─ Si porque necesitamos saber qué pasa ─ dijo Blas.

 Todos habían contestado a mis preguntas menos Adam.

─ Claro, yo iré a cambiarme ─ dije.

Mis dientes sonaban, ya que tenía bastante frío.

─ Mañana traerán a un aprendiz de intercambio ─ Blas me miró sonriente.

─ ¿Eso es bueno o malo?

─ Depende de quién sea ─ se encogió de hombros.

─ Claro, hasta mañana chicos.

Mi habitación estaba más oscura de lo normal, así que decidí cambiar mi ropa a oscuras aunque una pequeña luz se filtraba por las cortinas. Cuando fui a correrlas, un hombre con alas estaba allí de espaldas. Aquellas alas eran enormes y muy blancas. Jamás había visto algo tan hermoso. Me acerqué lentamente para acariciarlas, pero al momento de llegar a ellas, mi mano atravesó hacia el otro lado como si no fuesen reales.

─ Eres un ángel ─ murmuré.

Él vestía un traje blanco con botones de oro, era realmente hermoso. Jamás me dejó ver su cara pero una voz muy conocida para mi hizo eco en mi mente.

'' Siempre te cuidaré, Camille''.

Aquella criatura batió sus alas y voló sin dejar rastro alguno.

Desperté sudando, ya que fue solo un sueño que se sintió muy real. Su voz, él y todo se sentia tan cercano.

─ Basta de tonterías, Camille ─ me regañé ─ fue solo un sueño.

Un maldito y estúpido sueño.