22. Mi todo

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Adam

No podía dejarla ir, pues algo de ella aún vivía en mí. Aún podía sentir cada día su aroma torturándome constantemente. Sabrina había sido la persona que me sacó de aquel oscuro agujero de mi vida, me aconsejó y estuvo para mí en los peores momentos, así que se lo debo todo, incluso esa promesa de no amar a nadie más que a ella. Aunque algo nos separare, algo tan terrible como la muerte, ella sigue siendo una de las personas más importantes en mi vida.

Cuando ella murió, mi vida se hizo pedazos, una parte en mí se deshizo por completo. Había días en que no comía, no dormía y estaba cada vez más delgado. Mis padres estaban cada día más preocupados al igual que mis hermanos. La vida no tenía sentido sin ella, sacaba mi ira yendo a matar todas esas horribles demonios, pero la rabia y tristeza se acababa.

Jamás supe que pasó con ella exactamente, solo supe que murió y eso fue todo. Toda la historia de su muerte fue ocultada por sus padres haciendo que su vida siga siendo un total misterio. Nunca le cuestioné nada; al contrario ella me dominaba y dominaba a todos, pero estaba tan concentrado en ella, en su amor, en su lindo cabello y esos ojos que no veía sus debilidades ni errores.

Todo en ella era tan especial que hacía que cada uno de sus tropiezos y errores que cometía, desaparecían con un tan solo ''lo siento''.

En fin, no hay día en que no la quiera de vuelta, me torturo diariamente viendo su foto escondida en mi mesa de noche. Hice creer a los chicos que ya estaba superada, pero la verdad es que creo que nunca más en la vida podre enamorarme, no con ella en mi cabeza. Quiero deshacerme de todo esto, de todo lo que siento, pero es imposible porque es como si estuviera embrujado por ella y eso me pone mal. Supongo que a Camille le pasaba algo similar.

Miré a mi lado y allí estaba ella, apoyada en mi hombro mientras dormía profundamente. La chimenea nos daba bastante calor, ya que hacía más frío de lo normal. Miraba cada uno de sus detalles, sus largas y finas pestañas sin maquillaje, su pequeña nariz y su largo cabello desparramado por todos lados. Quería que despertara y me mirara con esos lindos ojos que solo ella tiene. Un mechón colgaba frente a su cara, así que lo aparté y con mi brazo la rodeé en un abrazo. Al principio se quejó un poco, pero con lo dormilona que es no despertó, sino que puso su brazo en mi pecho y siguió durmiendo.

No sé en qué momento o por qué se volvió tan especial para mí. Ella me hizo creer que aún había un poco de esperanza en todo este asunto y que tal vez me libraría de todo este problema con Sabrina. Cuando conocí a Cam, admito que no quería ni siquiera verla, ya que para mí era como un polizón vagando por aquí, desamparada y sin saber qué hacer. Jasmine me decía que le daba ternura, pero a mí lo único que me causaba era molestia de que fuera tan... ella, pero el día de la ceremonia cuando dijeron que ella no volvería por no ser de la raza, me asusté porque no quería que se fuera. Una pequeña parte de mi quería que se quedase.

Cuando la vi con aquel tipo en esa horrible fiesta, una furia corrió por mis venas, he de admitirlo, sobre todo porque aquel hombre solo quería hacerle daño. Lo sabía porque era un nefilim no clasificado, es decir, uno de los enemigos y la querían. No sé por qué, pero la quieren y yo no permitiría que le hicieran daño.

Siento que es un rayo de luz para mi vida y hace mis días más bonitos, aunque a veces peleemos o nos hayamos distanciado por Sabrina. Incluso ausente, esa mujer hace de mi vida un lío, es horrible. No entiendo porque me ocultó de Camille, es obvio que algo escondía, pero jamás sabremos por qué a no ser que algún evento divino ocurra y nos enteremos de toda la verdad y eso es imposible.

Aquel beso, que sé que algo removió en ella, fue muy importante para mi aunque no lo demostrara. En ese momento sentí que algo podía funcionar y que algo podía cambiar en mi vida. Sin embargo, cuando quise confesarme, ella actuó realmente extraño y me decepcionó, pero algo me decía que tenía que seguir con esto. 

De todas maneras, en el momento en que la vi con aquel tipo de la cafetería, mi corazón se partió en dos. Quería llorar, pero nadie pareció notarlo, así que froté mis ojos rápidamente para alejar aquellas estúpidas lágrimas. No quería pasar por decepciones, no de nuevo,  así que dejé que aquella luz de esperanza ─ que alguna vez tuve ─ desapareciera por completo.

La perdí en ese ámbito, pero no estaba dispuesto a perderla del todo. Si tenía que sufrir por verla todos los días como amigos, lo haría porque sé que no soportaría que no habláramos más. Sé que muy profundamente en su corazón ella siente algo, pero no sería el estúpido chico que anda detrás de la chica que quiere mendigando su amor. No soy así;  la quiero, pero no para dejarme pisotear. Prefiero que seamos amigos y recibir su cariño de esa manera a que no corresponda mis sentimientos solo por aparentar.

Sus ojos, sus movimientos y lo nerviosa que se pone cuando estoy cerca me hace dar cuenta de que siente algo, poco, pero lo hace. Pude haber parecido un imbécil cuando le pedí ser amigos, pero fue su respuesta la que me hizo caer en un horrible sentimiento de decepción, más de la que había sentido antes. ¿Aquellos besos no fueron nada para ella? Siento tantas cosas en este momento que me dan ganas de salir corriendo de allí como un cobarde a llorar con su mami, pero otra parte de mi dice que debo quedarme y cuidar de ella a como dé lugar. No sé qué sería de mí si algo le pasara. Ahí sí que sería un muerto en vida.

Fue tal el impacto que dejó en vida cuando comencé a quererla que sentí como si la conociera de toda la vida, pero que por una extraña razón algo quería separarnos a toda costa. Es raro,  pero es lo que creo y siento. Seré fuerte por ella, por ambos y mantendré esta amistad fuerte. Si es la única manera de mantenerla a mi lado, lo haré.

Será difícil ser su amigo sobretodo con un mejor amigo como Blas: sobre protector y celoso con las que dice que son sus dos chica. Será un reto que superar. Pueden pensar que soy solo un adolescente y que probablemente en unos años vea hacia atrás y diga: ¿qué diablos pensaba? Pero es lo que siento ahora y no voy a evitarlo.

Mis ojos pesaban y el sueño estaba ganándome. Lo último que recuerdo fue acercarme a ella y besar suavemente su frente, antes de caer rendido.


Los Caídos #1 - Ángel guardiánМесто, где живут истории. Откройте их для себя