39 → yoongi

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La noche era tan profunda como los abatidos ojos de Yoongi, que se habían concentrado demasiado en leer una y mil veces la carta que Jungkook le había escrito cuando era sólo un niño. Un millón de ocasiones no eran suficientes para agotar el estremecimiento que sus emociones sufrían a su causa, a causa del que alguna vez fue un niño en su primer amor.

Su corazón latía cálidamente al percatarse de lo mucho que eso estaba importándole ahora, el cómo Jungkook fue siempre sincero y él sin embargo actuó y hizo tantas cosas mal. Oh, y nació en él un impulso de correr y huir lejos, uno que no podía exterminar de sí, porque después de todo no hay manera de escondernos de nosotros mismos, de perdernos nuestros errores y las represalias que nos abruman la mente después de todo lo que nos arrepentimos de hacer.

¿Qué era exactamente eso que lo hacía querer huir? ¿Qué era exactamente eso de lo que se arrepentía tanto? Tal vez de su gran y estúpida excusa de que la juventud no aprende a amar sinceramente sino hasta que se termina. Estaba tan mal, y ahora que todo se descubría lentamente como lo que fue un cielo nublado y poco a poco se volvió soleado, deseaba con fuerza remediar todo.

Respiró tranquilo en medio de su propia presencia desatendida del mundo por primera vez. Sus manos recargando su cuerpo contra el barandal de un balcón en su habitación que había sido olvidado con su partida. Algo había esa noche, que dócilmente le sugería dejarse ir de una vez.

Miraba al frente, las estrellas con su brillo se burlaban de todas las cosas que le gustaría no haber hecho, mientras que la luna se tentaba en retarlo por haber sido tan malo con el amor que le concedió noblemente. ¿Por qué es que hablamos cuando no tenemos nada que decir?

Y cómo podía lograr eso, cómo podía de repente abandonarlo todo de sí y aceptar que necesitaba tanto de algo que no conocía y no podía controlar, de algo que le lastimaba suavemente cerca del alma pero también le recordaba que estaba bien porque el dolor siempre es buena señal de que estamos vivos y podemos sanar.

Las estrellas lucían bien esa noche a pesar de todo, brillaban y le daban un poco de luz en esa noche de cielo limpio. Le gustaría que todas sus noches fueran así, y que su mente estuviera así de despejada.

Era como si él fuese el cielo nocturno, tan profundo e imperturbable, y Jungkook apareciera a complementarlo en forma de luceros brillantes y eternos. Eran buenos juntos, ¿cierto? Ya lo había comprobado, lo bien que se sentían estando juntos, la complicada pero grata sensación que le provocaba el mirarlo a los ojos y sonreírle con sinceridad, como si ellos y el mundo entero supieran que no estaba mal si querían estar juntos, porque el amor está bien después de todo y tiene la razón.

¿No era hora ya? Él sólo debía tomar la decisión de dar un paso adelante y afrontar, no lo que alguien le impuso, sino lo que él mismo se dispuso. Ya era suficiente, había intentado con esfuerzo ignorar todas las señales y pretender que nada estaba pasando, pero no podía hacerlo del todo, porque Jungkook estaba tan adentrado en sus pensamientos que le resultaba incluso doloso intentar sacarlo.

Sentía algo, era emocionante y asfixiante, le hacía sentir ansioso por más y temeroso de todo pero también le llenaba el estómago de una estúpida y juvenil sensación que conocemos como mariposas revoloteando en el estómago, y vaya, ¿él de verdad estaba sintiéndose de esa manera, siendo un adulto, sólo por pensar en lo bien que su cuerpo encajaba con el de Jungkook cuando se abrazaban?

—Es una tontería... — su voz salió de entré sus labios, como si un viejo amigo le estuviese escuchando los pensamientos y se hubiera burlado de él por verse tan patético y perdido en un lío amoroso. Sonrió también, como si el peso que oprimía su pecho al pensar en la última vez que estuvo con Jungkook y en todo lo que le dijo sin pensar, juzgándolo sólo por amarlo, no existiera. Oh, eso le dolió. Y sus labios se destendieron lentamente, dándole un sabor amargo a esa sonrisa lastimera, y es que todo lo hizo tan mal. —Lo es, pero maldito mocoso, en realidad no quiero irme de nuevo, no quiero terminar esto...

crecer  ❨ kookgi ❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora