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Taehyung observó el cuerpo tendido de Jimin sobre la cama, con una mueca de preocupación, y además una placa de resignación colgada en el pecho. Es que él era tan amable y se hizo cargo de Jimin para que Jungkook y Yoongi tuviesen un tiempo juntos, como el mejor amigo le conocían.

Jimin murmuraba algunas cosas que no lograba entender muy bien ya que atropellaba las palabras, y movía sus manos como si estuviese hablando con alguien, eso a Taehyung le parecía gracioso hasta cierto punto. Cierto punto que marcaba una gran diferencia entre su sentido del humor y la realidad, porque los balbuceos de Jimin, lo inquietaban un poco, sobre todo si intentaba recrear lo que seguramente estaría pasando entre Yoongi y Jungkook.

—Kookie, abrazame, por favor... — balbuceaba el rubio, con sus ojos cerrados y sus mejillas acaloradas, sus manitas acariciaban las sábanas a su alrededor, llamando por alguien que no llegaría esa noche —Kookie... quiero que estés conmigo, no con Yoongi hyung, Kookie, yo te amo mucho... — Taehyung se preocupó entonces, sobre todo al ver las lágrimas cristalinas deslizarse por el rostro de Jimin. Algo así estaba muy mal.

Soltó un suspiró y decidió empezar a buscar por algo de ropa más cómoda, no sabía dónde empezar a buscar pues era una habitación desconocida para él, y Jimin no estaba en condiciones de ayudarlo. Así que tomó una camiseta color negra del primer cajón que abrió, no sabía si era suya o de Jungkook, pero lo que sea sería mejor que la ropa ajustada que traía puesta.

Se acercó de regreso a la cama, donde se sentó a lado de Jimin y empezó a desabotonarle la camisa; se sintió como cuando ayudaba a su hermana mayor a cuidar a sus sobrinos bebés, y le tocaba siempre vestirlos después del baño; sólo que Jimin no era un bebé, o bueno, sí lo era y estaba ebrio.

—Jungkook... — Jimin suspiraba mientras Taehyung hacia su trabajo desabotonando la prenda —Kookie, bésame... — Jimin movía su cabeza, con los ojos cerrados y los labios entre abiertos, buscando el contacto de quién creía su subconsciente era Jungkook. Y Taehyung se sintió increíblemente mal, por algo de lo que no tenía culpa alguna.

—Jimin, yo no soy Jungkook — habló el castaño, sintiéndose un poco incómodo de que Jimin estuviera confundiéndose de esa forma. Si bien no conocía a ese par, estaba enterándose de muchas cosas sobre ellos sin sí quiera planearlo —soy Taehyung y tu estas muy ebrio, anda, dilo ¿quién soy?

Taehyung movió el cuerpo del menor, levantándolo un poco para así poder quitarle la camisa por los brazos y después ponerle la que había conseguido, sólo por el cuello y brazos. Esperó por la consciencia de Jimin, mientras acomodaba la prenda y además peinaba sus mechones alborotados.

—Tae... — murmuró, cayendo rendido de nueva cuenta a la cama una vez con la camiseta puesta —Taehyung... — el nombrado sonrió al escuchar su nombre entre quejidos, ahora por lo menos sabía que Jimin no estaba del todo perdido.

—Muy bien, soy Taehyung y tu eres Jimin, quién va a dormir como un bebé ¿de acuerdo?... — el castaño procedió a quitarle los zapatos y los calcetines al menor, que había decidido tomarse un momento de silencio, bajo suspiros suaves y jadeos. 

Taehyung estuvo a punto de decir algo más, algún chiste o algo acerca de que era un buen niñero de adolescentes ebrios, pero su intención se esfumó por completo, cuando levantó la mirada y se encontró con el rostro de Jimin escondido detrás de sus manos, de repente estaba sollozando y llorando como si Taehyung hubiese estado golpeándolo.

—Jimin... — su voz preocupada atacó los jadeos del menor, inclinándose un poco sólo porque no le gustaba esa manera tan intensa de llorar, no en alguien como Jimin —Jiminnie, ¿qué pasa?... — confundido se quedó quieto, esperando por la aprobación del menor.

crecer  ❨ kookgi ❩Onde histórias criam vida. Descubra agora