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Pasaron pronto dos días en los que Jungkook había notado un  peculiar distanciamiento que Jimin había establecido entre ambos. No entendía, pero tampoco se había detenido a cuestionarle, pensó que no estaba en sus derechos el poder reclamarle algo a Jimin.

No era como si Jimin le hubiese dejado de hablar totalmente y lo ignorara a toda costa, y era por eso que Jungkook no indagaba demasiado en dicho cambio, era sólo que las actitudes de Jimin, de la noche a la mañana, habían cambiado ligeramente de rumbo.

Los besos y cantos de la mañana habían sido remplazados por un Jimin despertando tarde y tomando café sin encender el televisor. Las bromas y comentarios tontos acerca de lo que tenían que hacer alrededor del día habían sido modificados a simples saludos y preguntas sencillas como: "hoy iré con unos compañeros, asegúrate de comer bien" y "¿puedes bajarle el volumen al televisor un poco, por favor?". Y lo más obvio, todos los roces y caricias juguetonas, las risas divertidas y los besos traviesos, sus manos pequeñas buscando las suyas todo el tiempo, sus abrazos en la noche y los susurros tiernos, todo eso que Jimin siempre le había dado sin medida ni contemplación, había desaparecido por arte de magia. Jimin había decidido terminar con todo eso, y Jungkook lo notó a la perfección.

A pesar de eso, eran días ajetreados aún siendo vacaciones, y gracias a ello Jimin y él estaban bastante ocupados en sus asuntos con el ingreso a la universidad, se encargaban de varios preparativos y actividades extras que individualmente debían resolver, Jungkook ni siquiera había tenido tiempo de poder preocuparse por la situación, mucho menos si en su mente sólo tenía a Yoongi.

También habían sido dos días en los que no había visto a Yoongi, y eso, debía confesar, lo tenía sumamente ansioso. Su interior se estremecía de tan sólo recordar cómo había pasado una noche entera abrazándolo y sintiéndolo tan suyo sin la presencia de algún remordimiento. Era así como debía sentirse si estaba tan enamorado, y además, recordaba entonces cómo Yoongi aceptó acurrucarse contra él y descansar, y su dicha se incrementaba. Sentía que todo estaba bien.

Él sólo debía concentrarse en hacer una buena universidad, obtendría lo que quería a base de su esfuerzo, y se enorgullecería de sus alcances, por supuesto, todo el mundo podría felicitarlo, pero él sólo necesitaba la felicitación de Yoongi. Aún seguía existiendo esa brecha de edad entre ambos que deseaba cubrir, si bien no la podría hacer desaparecer nunca, con su esfuerzo puesto y su éxito haciendo ruido, se encargaría de seguir creciendo, para que Yoongi terminara de aceptarlo completamente como alguien que la pena vale.

Y Yoongi por otro lado, no había encontrado más resignación que la culpa en su más pura y clara expresión existente. Culpa y enojo. Yoongi no podía creer cuán enojado por su actitud estaba. Y detestaba sentir que necesitaba señalar a un culpable, porque él se sentía el principal, y lo aceptaba.

Entonces, después de dos días de calentarse la cabeza, después de dos días proponiéndose pensar en lo que había hecho, llamó a Jungkook, porque las cosas, ya no podían seguir siendo un juego. Estaba buscando soluciones, después de todo eso hacen los adultos.

Y allí estaban, ambos en la sala de estar de su casa, Jungkook mantenía una sonrisa genuina en sus labios que esperaba ser correspondida, con un beso o un abrazo, pero desde su llegada, Yoongi sólo lo había mirado sin expresión alguna que delatara un poco de lo que había pasado entre ellos.

Jungkook miraba expectante y curioso a Yoongi, que estaba cruzado de brazos frente a él, la mueca que el mayor le daba era de molestia, su mirada lo penetraba con firmeza y no podía estar más confundido por ello, ¿qué había hecho para hacerlo enojar tan de repente? incluso después de dos días sin verse, quería abrazarlo, pero Yoongi lucía reacio a notarlo.

crecer  ❨ kookgi ❩Where stories live. Discover now