"Gracias por darme la oportunidad de conocer el dolor"
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Sakura cerro la puerta de su casa luego de agradecerle y despedirse de Sasori, este insistió en quedarse con ella ya que sus padres no se encontraban allí pero está le explicó que quería estar sola, debía aclarar su mente y luego de varios minutos el pelirrojo acepto su postura. Se despidió con un duradero abrazo, un beso en la frente, le dijo que si pasaba cualquier cosa él estaría para ella y se marchó, dejándola con mucha tristeza. La ojijade no tenía nada que aclarar ¿no era evidente que Sasuke le había metido los cuernos? ¿Qué más debía de aclarar? Sabía muy bien que la única razón por la cuál no quería a Sasori cerca porque no quería que la viera tan destrozada, tan deprimida, tan apagada.
Cogió aire para adentrarse en su alcoba, sus ojos se inundaron de lágrimas nuevamente al ver todos esos retratos con su no... con Sasuke. Y es que no era solamente eso, había millones dw fotos con él pegadas por todos lados, había regalos, también tenía en su cama una campera del azabache. Dos días antes ella se volvió a entregar a él, dos días antes él le había susurado en su oído cuanto la amaba, dos días antes Sasuke le había jurado amor eterno... Infeliz.
Tomo un breve baño- no sabía porque pero tenía náuseas y mareos- para luego colocarse una gigante remera color azul, sabía muy bien de quien era, podía reconocer ese aroma a distancia. Sin embargo aquél aroma, las fotografías y los peluches lograron que nuevamente solloce y gima de dolor: no le dolía la cabeza, ni el brazo, no le dolía el cuerpo. Le dolía más adentro, no veía sangre pero dolia. No lograba conciliar el sueño. Más allá del dolor que tenía por dentro sentía mucha ganas de vomitar, no entendía el motivo, aunque recordaba que hace una semana ya tenía esa sensación. Sus ojos se sentían pesados, además también estaban hinchados. Quiso dirigirse al baño cuanto escucho el timbre de la puerta principal luego unos fuertes golpes se hicieron presentes, sabía quien era él que estaba provocando ese escándalo. Tomo aire, olvidado sus náuseas, y bajo las escaleras, su corazón palpitar cada vez más fuerte mientras bajaba cada escalón. Giro la perilla y ahí supo que lo peor estaba por venir.
Sasuke estaba parado con los ojos levemente rojos- indicio de que había llorado-, con su cabello totalmente despeinado y con una mirada totalmente opacada.
-Cerezo...
-No me llames así- susurro está, le hubiera encantado usar otro tono de voz pero frente a él se debilitaba.
El azabache la miro con tristeza y Sakura sintió como el dolor en su pecho crecía más.
-Y-yo no sabía lo que hacía- miro a un costado, totalmente apenado. Era la escusa más absurda pero esa era la realidad.
La menor sonrió triste- déjame adivinar, fu culpa mía.
-¿De qué hablas?- pregunto confundido.
-Según tú, todo es culpa mía. Cada golpe, cada insulto, cada maltrato siempre fue mi culpa así que supongo que esto también lo es- su voz se debilitaba a medida que las lágrimas volvían a aparecer.
-Te amo, Sakura.
Esta lo miro sorprendida pero la sorpresa se la llevó este al sentir un ardor en su mejilla. Su cerezo lo había golpeado. Dirigió su triste mirada a está.
-No hables del amor Uchiha y menos digas que...
Antes de poder terminar sintió unas fuertes ganas de vomitar. Corrió adentro de su casa lo mas rápido que pudo hasta llegar al baño. Sasuke, confundió, cerro cerró la puerta y se dirigió hasta donde está SU novia- según él. Al verla arrodillada ante el lavado de acerco rápidamente a ella para sujetarle el cabello y sobarle la espalda. Estaba vomitando.
Sakura estaba vomitando y él recordó un pequeño detalle; él no había usado condón por dos ocasiones.
