Odio?

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Salí al patio y ya todo estaba como si nada hubiera pasado sólo me esperaban mis amigos custodiando fuera de la casa al salir me vieron apenados y solo nos subimos a la camioneta yo para ese entonces lloraba mientras Estela me abrazaba. Salimos de ahí muy rapido y nos fuimos directamente a mi casa fuera de la ciudad. Al llegar mi madre se bajó de su camioneta y al verme asi me abrazó y me aferre a ella lo mas fuerte que pude y volví a llorar

–Mi amor tranquila por favor chiquita me duele tanto verte asi. –dijo mi madre abrazandome aún.

–Hubieras visto su cara madre ellos me odian jamás me van a perdonar –dije separándome de ella sintiendo mucho coraje –yo me lo busqué yo quiero esto y sabía que tendría consecuencias y no queda mas que que aceptarlas.

Miré a mi madre y caminé hacia mi cuarto me encerré durante un rato y nadie me molestó. Cuando decidí que había sido suficiente drama por hoy salí de mi cuarto y le indiqué a los chicos que nos fueramos a trabajar ya que no quería seguir pensando en eso, mi madre solo me miró y no dijo nada solo dejo que yo me fuera.

Habían ya pasado 2 semanas de aquel incidente en casa de mi padre, me seguía doliendo pensar que ellos me estaban odiando en estos momentos y hasta tal vez no me querían volver a ver, solo de pensar eso un nudo se formaba en mi garganta y calaramente yo era la culpable de todo y no podía culpar a nadie mas yo misma me había metido a este mundo a pesar de tener oportunidad de no hacerlo ahora sufría las consecuencias.

Mi relación con Estela era cada vez mas solida, cada día que pasaba me hacía ver que ella era la persona con quien en realidad quería estar siempre, me apoyaba en todo y nunca se separaba de mi había días en los que simplemente la tristeza me ganaba y ella siempre me consolaba.

–Amor porfavor ya no quiero que estes triste de verdad no me gusta verte asi –dijo Estela

–Lo se amor lo se pero solo recordar aquel dia me da mucho coraje estoy segura de que me odian. –dije con rabia.

–No te odian hija no pienses así no tienes la culpa de nada –habló mi madre quien tambien se encontraba en el lugar.

–Si tuve la culpa madre yo sabía que no debía de ir y aun así fui y ver sus caras llenas de panico al verme solo aumentó mas mi dolor y culpa.–contesté con lagriamas en los ojos que limpié rapidamente.

–Tranquila mi vida todo estará bien yo se que no te odian solo dales algo de tiempo y eso es todo amor tranquila porfavor –dijo Estela abrazandome.

El tiempo pasó y como les había prometido me alejé completamente de ellos solo sabía que ellos estaban bien por mi madre que siempre me mantenía inforamda.

El trabajo me tenía muy ocupada ya que cada vez eramos mejores en lo que hacíamos los negocios se nos daban muy bien y mi madre estaba orgullosa de ello, siempre obteniamos su reconocimiento.

Habían pasado 6 meses en los cuales trabajé día y noche y gracias a eso era muy reconocida y no por ser solo la hija de Sandra Contreras si no por lo buena y despiadada que era en este mundo.

No era la misma había cambiado completamente ya no quedaba nada de aquella Fabiola ingenua y estupida este mundo por mi propia decisión me había cambiado completamente a la mala.

Llevaba mucho tiempo sin que nadie intentara atacar y nosotros nos sentíamos muy aliviados por tener calma para poder trabajar mas eficientemente.

Gracias a esa calma y por lo bien que iba nuestro trabajo decidimos mis compañeros y yo ir a uno de los bares mas reconocidos de la ciudad, y como era de costumbre después de convertirnos los trabajadores mas importantes de mi madre una camioneta de escoltas nos cuidaba cada que salíamos. entramos al bar los cinco y los que nos cuidaban rodeaban el bar por cualquier tipo de problema, nos acomodamos en una de las mesas que estaban casi al entrar si por algún motivo teníamos que salir rapido. Pedimos una botella y comenzamos a disfrutar de la noche, platicabamos animadamente, Estela no se me despegaba ni un momento de mi ni yo de ella ibamos a todos lados juntas y nos levantamos a bailar junto con los chicos, pero llevaba rato sintiendome observada y eso en realidad me incomodaba así que le di aviso a Edgar una de las personas que nos cuidaban que estuviera atento a cualquier movimiento.

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