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—¿No crees que la mejor venganza es atacar a un ser querido?—, preguntó un pelinegro a otro de piel pálida.

—Si lo sé, para eso estarás a cargo de acercarte a Logan, ya que es la única persona cercana a  Scherlott—, le contestó.

—¿Que pretendes que haga?

—Lo que sabes hacer bien: Engañar.

Ambos ríen descaradamente.

Me encargaré de hacerte sufrir Scherlott.

—Lo siento Kim—, ella no responde.

—Esta bien, Logan, sólo sal de mi vida.

Lentamente salió.

El taxi amarillo con franjas negras se detuvo frente a la enorme mansión color gris. A pasos lentos se paró frente al portón. Mordió sus labios  miestras masajeaba nervioso su nuca.

Estaba tan inquieto que no puedo evitar apoyar una de sus manos en las grandes barras de hierro que cubrían los alrededores de la mansión, respirando con cierta dificultad y debatiendose internamente si tocar el timbre o no.

Se sintió repentinamente impotente. ¿Qué diría? Ó ¿como reaccionaría?. Hacía mucho tiempo que no pisaba ese lugar, tenía tanto rencor quizá. Perdió la paciencia y dio vuelta dispuesto a irse del lugar, para luego regresar y volver a repetir.

—Demonios... —, murmuró entre dientes frustrado.

Logan sentía su corazón explotar. Se sentía confundido, Scherlott lo confundía.

Levantó la mirada al cielo, creyendo que así encontraría la respuesta a sus dudas. Lo que lo esperaba era encontrarse con la rubia de espaldas en un gran ventanal mientras bebía de una copa cristalina. Tenía puesto un largo vestido negro y no estaba sola. A su lado se encontraba una mujer de cabello corto rojizo que también vestía elegante.

La mirada hostil de Scherlott se encontró con los ojos cafés  arrepentidos. Scherlott casi escupe su bebida al mirar aquel muchacho en su puerta. Rápidamente de excusó de su plática con la pelirroja y bajo apresurada en busca de Logan.

Al estar en el primer piso a metros de su destino, no logró seguir avanzando. Realmente no esperaba volver a ver aquellos bellos ojos cafés. Por su parte Logan sonrió tímidamente desde lejos, Scherlott ordenó de se abriera la entrada dejando entrar al castaño.

—Scherlott —, el menor soltó un largo suspiró pero tinamente conectó sus ojos con las orbes azules de Scherlott —, yo... Quiero intentarlo. Eres mi perdición, ¡enserio! No logro entenderlo, ¿cuando es qué yo escaparte de tus encantos? No importa que tan lejos me voy siempre logras atraparme, me recuerdas lo que sucedió hace años, cosas buenas y malas, no sé.

<<No puedo simplemente olvidarte, estas tan arraigada a mi que ya eres parte de mi... No puedo olvidar los sentimientos que por años he escondido tratando de repuntar lo que teníamos, aunque no sé si eso signifique algo para ti>>.

Scherlott sujeto el mentón de Logan entre sus delgados dedos y lo acercó a ella estampado sus gruesos labios teñidos de rojo contras los finos labios suaves de Logan. El castaño no puso resistencia y pasó una de sus manos por las mejillas de la rubia.

—Es exactamente lo que siento, Logan —, Scherlott se separó dejando un corto espacio que está vez Logan rompió —, Te lo dije antes, lo que yo quiero lo tengo, no podrás olvidarme en un muy largo tiempo, angelito.

𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆Where stories live. Discover now