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S O R P R E S A

La terraza era ocupada por varios hombres y mujeres bailando y bebiendo. También habían asientos con mesas redondas.

En uno de esos asíentos, sentada y dando un aspecto fríamente indiferente, se encontraba Scherlott.

A su lado Zedequiel, quien veía a mujeres mover sus caderas provocadoramente a unos metros de él. Scherlott tomaba del vaso pequeño rellenandolo cuando lo requería. El peligris sonrió coqueto a las mujeres anteriores, quienes respondieron invitando a Zedequiel a seguirlas. Quien no lo dudo y se lanzó a ellas.

Scherlott no dijo nada más que, "usa condón, idiota", y volvió a beber de su vaso. Su vestido era de cuero negro y llegaba cuatro dedos arriba de la rodilla, acompañado por un bolso caro de color rojo. Esa noche de entre todas las mujeres resaltaba ella. Aún mantenía su sobriedad pero empezaba a sentir algunos efectos.

Espero un rato más e  la terraza, hasta terminar la botella de Roon y decidir salir del antro. Ya no podia decir que estaba sobria, porque evidentemente no era así. Las escaleras al primer piso estaban repletas de gente vacilando o fumando. Al bajar no prestó atención cuando sus tacones afilados resbalaron haciéndola caer.

Se sostuvo de lo primero que encontró, unos hombros anchos. Los brazos del sujeto detuvieron su caída abrazando su reducida cintura. Scherlott alejó los brazos ajenos acomodando su vestimenta que se había levantado un poco.

—Ten cuidado —, esa voz.

El castaño sintió sus manos temblar. Tragando saliva, aprovechó la notoria sorpresa en el rostro de la chica para alejarse más. Scherlott sonrió y acercó su mano sintiéndose repentinamente tímida, tacando la mejilla del joven frente a ella. Esos ojos.

Podría recordar a la perfección esos bellos ojos. De mezcla grisáceo y azul, perfectos. Inocentes y encantadores. Su aspecto había cambiado, no era más alto que la última vez que ambos se vieron, tenía un poco de barba en su mentón y alrededores. Su cabello era más corto y daba un aspecto maduro.

Logan quedó petrificado al ver el cambio de la rubia. Su cabello no tenía el mismo color, estaba más delgada pero sin perder sus curvas, recuerda muy bien sus labios. Rojos y delgados, ese color intenso y atrevido era un encanto y una costumbre en ella. Ahora teñidos de un extravagante negro al igual que la sombra de sus ojos.

—Tú —, logró articular ensanchando su sonrisa.

—¿Y-yo? —, Logan intentó apartar a Scherlott de  su cuerpo sabiendo que eso podría ser peligroso. Si la rubia perdía el equilibrio por la bebida ingerida ambos caerían de la escaleras.

Y nuevamente, sintiendo el aliento a menta fresca de Scherlott, recordó los años pasados. Inevitablemente su atracción a la rubia.

𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆Where stories live. Discover now