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E X P L I C A C I Ó N

Suspirando rendido se levantó del pequeño pero cómodo sofá a un lado de la cama acolchado donde la rubia dormía pacíficamente. Le picaban los dedos con las ganas que tenía de tocar su cabello o cualquier parte de su rostro. Él siempre había sentido demasiado y necesitaba una forma para drenar todas esas sensaciones.

Logan se preguntó si la atracción que tenía por la rubia años atrás desaparecía alguna vez. A veces pensaba que lo que sentía por Scherlott era simple atracción, pero con el pasar del tiempo comenzaba a extrañarla. Recordando cada noche que pasaban unidos y que parecia no tener final. Esa mujer podía ser lo más cruel en la tierra, pero lograba exitarlo de tal manera que...

Sus pensamientos fueron irrupidos por una Scherlott sopnolienta que boztesaba. Logan se ruborizo al instante avergonzado por el rumbo de sus pensamientos.

Se sentía tan cómoda.

Esa fue su primera sensación. Después de removerse, relamiendo sus labios secos y sintiendo su saliva y estómago pesado. De repente sintió su cerebro palpitando dentro de su cráneo dolorosamente y sus ojos ardiendo. Frunciendo el ceño y tratando de recordar los últimos momentos que usó el razonamiento. Miro la habitacion confundida hasta percatarse delante de ella una figura masculina.

El semblante adormilado de la mujer cambios por uno molesto y atemorizante.

—¿Tú... quién eres? —, dudó con la mirada fija en Logan. —¿Qué hago aquí?

—Eso debería preguntarlo yo —, Logan pasó una de sus manos por su cabello en nerviosismo.

Scherlott aún molesta y insatisfecha por la respuesta, se dispuso a levantarse de el calor de las sábanas, descubriendo que tenía los mismo con lo que acudió a aquella fiesta. Preguntándose como logró dormir en falda de cuero tan plácidamente.

—Yo no te conozco —, admitió aturdida.

—Ayer parecías recordarme perfectamente —, Logan evidentemente estaba incómodo. —M-me llamo Logan.

Las piezas en la mente de Scherlott se acomodaron, esa voz bajita, aunque ahora era más gruesa. Era él, ese muchacho de ojos cafés que provocaba que sus pensamientos se desordenaran.

—Logan —, lo dijo tan despacio que el nombrado se desespero. La risa de la rubia se escuchó como una melodía para Logan.

—Ya recuerdo. Eres ese chiquillo que me costó diez mil dólares —, Scherlott acomodó su falda y miró a los ojos de Logan.

—¿Chiquillo? —, la voz confundida y a la vez furiosa de Kim entró en escena.

Logan repentinamente sintió su espalda sudar y sus manos temblar.

—Explícame, Logi —, dijo sansarrona.

—Eh... Y-yo —, Scherlott intervino en el tartamudeo de Logan.

—Logan, fue un gusto verte angelito, pero tengo que irme —, Logan inconscientemente sujeto el brazo de Scherlott provocando a los celos a flote ese Kim. Logan sintió segundos después su agarre y sonrojado se alejó.

—Pensé que habías muerto. Todos lo pensábamos.

La sonrisa de Scherlott se ensancha y ríe estruendosamente.

—Soy Scherlott, deberías saber que no es fácil hacerme desaparecer. Créeme. Por cierto, ¿dónde está la salida?

Logan guió a la rubia a la salida de la residencia.  Scherlott dejó de sonreír al quedar a solas con el castaño y lo miro detenidamente. Sexy. Fue su conclusión.

—Está es nuestra despedida —, añadió Logan con cierta notoria tristeza.

—Te agradezco por lo que sea que hayas hecho, si, es la última vez que nos veremos. Olvida todo lo que pasó hace años, Logan. Es mejor así, olvida que existo —, fue lo último que dijo para después alejarse por las calles. Logan en todo momento tuvo la mirada en ellas hasta que su silueta desapareció.

𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆Where stories live. Discover now