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I N I C I O

Deslizaba el jabón aromático sobre su cuerpo junto al agua que caía caló cascada sobre su cuerpo. El vapor llenaba el espacio dejando a la vista la sobre del cuerpo femenino que ocupaba la ducha.

Al concluir su merecida ducha de agua hirviendo, Scherlott secó su cuerpo y cabellera con toallas blancas envolviendo su desnudez. Su cuerpo suave conservaba la calidez del agua y el aroma del jabón con olor a chocolate. Esa noche, tenía un encuentro clandestino en las calles de Berlín.

Deslizó las medias negras sobre sus piernas hasta su cadera, despues su ropa interior, para después colocar una falda de cuero negro junto a una blusa blanca y una chaqueta del mismo material que la falda. Aplicó perfume, labial roja intenso sobre sus refinados labios. Estaba lista, más que preparada para la noche.

La mirada del peligris se posó en Scherlott, lucía hermosa. Es falda resaltaba sus curvas. Zedequiel se acercó a Scherlott y depósito un fogoso beso en ella hasta quedar sin aliento. Scherlott correspondió acercándo su cuerpo a él.

—Eres hermosa —, susurró entre el beso miestras sostenía las caderas de Scherlott.

Scherlott sonrió mostrando sus blancos dientes enmarcados por labios finos y seductores. Por consiguiente ambos salieron de la cabaña y emprendieron su recorrido a la ciudad. Zedequiel tenía una chaqueta parecida a la de Scherlott, junto a una camiseta gris debajo que combinaba con su sedoso cabello. La cabellera de Scherlott ahora era de un rubio claro con mechones morados e  las puntas.

Ambos sumergidos en su mundo en la misma camioneta dorada. Scherlott intentaba relajar su cuerpo escuchando la música que había colocado Zedequiel, era ruidosa y totalmente su estilo. Zedequiel conducía la preciada camioneta dorada con vidrios polarizados sobre la nieve mirando fijamente el camino. Sabía que Scherlott odiaba escuchar más ruido además de la música así que no podía entablar una conversación con la rubia de mechas moradas.

Nunca se enteró del tiempo que paso durmiendo en la inconsciencia después de la explosión, después de despertar sintiendo su cuerpo arden cansado se encontró con la mirada preocupada de unos ojos azules, Zedequiel. Al mirarlo por segunda vez, su razonamiento la hizo reaccionar agresivamente y golpearlo por la cercanía de ambos rostros. Después Zedequeil se acercó cuando Scherlott estuvo más calmada.

Ella no recuerda en que momento el peligris se designó a si mismo como una compañía a Scherlott. Zedequiel ayudo por meses a Scherlott escondiendola dentro de su casa. Pronto Scherlott volvió integrarse dentro de lo clandestino, junto a Zedequiel que no paraba de seguirla. Juntos ambos se convirtieron en poco tiempo en un duo inparable.

Poco a poco Scherlott volvió a ser temida por grupos clandestinos. Volvió a ser ella. Zedequiel después de un tiempo junto descubrió lo que realmente provocó aquella explosión un años y medio atrás, descubrió a Scherlott.

En un inicio actuó por impulsos y se asustó, pero no se alejó. Zedequiel quedó cautivado con la historia de esa chica mafiosa que ahora tenía por amante. No tenían una relación sería, tampoco títulos, sólo se trataba de dos personas que sentían atracción por el otro. ¿verdad?. Funcionaban mejor así, como simples amigos que follan por las noches para después acabar con sarcasmo y bebidas alcohólicas.

𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆Where stories live. Discover now