Capítulo 33

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Logan

- Ely corre - grité atónito por lo que estaba viendo.

- ¿Qué ocurre? - dijo saliendo del baño envuelta en una toalla.

- Mira - pronuncié. Era la pequeña. Estaba jugando mientras Ely y yo nos arreglábamos para la cena. Y justo cuando fui a ponerme la camisa blanca de botones, la vi cómo se ponía de pie e intentaba andar hasta uno de los juguetes. Era un momento único, un momento que los dos teníamos que presenciar. Un momento en el que no importa nada, sólo permanecer ahí, en silencio, mirando como tu pequeña evoluciona, como crece en esos segundos que parecen eternos.

- No me lo puedo creer - expresó Ely sentándose en la cama mientras seguía mirando.

- Se nos hace grande - dije con cierta pena. Mire a Ely brevemente, y luego a Abby. La cual de un momento a otro dio en el suelo con su pequeño trasero.

- Tengamos otro hijo - susurré.

- No estarás hablando en serio - dijo Ely riéndose.

- ¿Por qué no? - pregunté sentándome junto a ella en la cama.

- Logan sinceramente no creo que sea el momento preciso - hizo una pausa - Nos queremos casar, aún no tenemos casa y con todo lo que está ocurriendo últimamente no es la mejor idea.

- Respóndeme, ¿Tendrías otro hijo conmigo?, no pienses cuando, ni en las circunstancias, ¿Lo tendrías? - dije mirándola atentamente a esos ojos.

- Sí - afirmó sonriendo.

- Pues dejemos que el destino decida cuando - expresé levantándome y andando por la habitación - El propio destino hizo que nos conociéramos, que siempre acabemos juntos pase lo que pase, hizo que surgiese esa preciosa niña. Hagamos que decida cuando debe surgir otra vida de ambos.

- ¿Y si surge dentro de un mes? ¿O en un año? - pronunció con incertidumbre.

- Pues significará que es el momento adecuado y que por eso ocurre - dije sonriéndole.

- Debo decir...- hizo una pausa para acercarse a mí, rodearme la cadera y mirarme a los ojos - Que me has convencido. Dicen que las mejores cosas ocurren sin planearlo, y esa mocosa de ahí es la prueba - sonrió. Reí ante su respuesta y no pude controlar el impulso de abrazarla contra mi pecho, de respirar hondo y pensar en lo jodidamente increíble que era Ely, y mi vida con ella – Pero si por casualidad, se da pronto, vas a tener que ayudarme. Me saque este ultimo año el curso de la carrera con Abby siendo un bebé, y aun no sé ni como lo logre – rio - Y si sumamos uno más, necesitaré mucha ayuda para poder acabar mis estudios.

- Por eso no te preocupes, no puedo imaginar un mejor plan después de trabajar que ayudarte con mis hijos, de criarlos al mismo nivel que tú – dije con el corazón en la mano, dándole un beso en la frente - Esta noche no te escapas - le susurré en el oído segundos antes de que se marchase.

-Ya veremos - dijo de forma tentadora.

- ¿Qué le queda a Ely? - me preguntó Nat junto a la puerta del coche.

- Iba a coger una chaqueta para la pequeña y bajaba - dije abriendo el coche - ¿Ya se fueron papá y mamá para el restaurante?

- Si, hará cosa de diez minutos - dijo mirando el reloj. Obviamente, además de nuestros mejores amigos, nuestros familiares estaban más que invitados a la cena. Todos debían de estar allí a las nueve y media, y apenas eran las nueve. Sólo faltaba a que bajase Ely con la peque e irnos junto a mí hermana.

- Oye, ¿Vistes cómo va Ely vestida? - preguntó metiéndose en el coche.

- No, bajé antes de que se vistiese - expresé mirándola.

- Mejor - río.

Miré el reloj negro de mi muñeca, para al instante mirar hacia la puerta de casa. Justo en el momento en que se abría la puerta, para dar paso a mis amores. Y joder, iba más que elegante y al mismo tiempo casual. Llevaba un vestido rojo por encima de la rodilla, el cual se iba ajustando conforme se subía por las caderas y estómago. Dejando a la vista un escote precioso, y los hombros y media espalda descubierta, ya que era un vestido de tirantes. Además de sus piernas suaves y largas, terminando en unos zapatos de tacón negro. Sí no fuera porque tenía la boca cerrada diría que estaba babeándome toda la camisa.

- ¿Vas pidiendo guerra o es mi impresión? - dije cuando llegó a mí con la pequeña en brazos vestida con un vestido azul.

- Creo que tu impresión - dijo en un tono irónico y sonriendo.

- Un día de estos me matas de un infarto - expresé abriéndole la puerta del coche.

Ely

Tras veinte minutos de carretera, llegamos a la zona del aparca coches del restaurante. Era un servicio que siempre me gustó. Das tus llaves a un empleado del restaurante, y este se encarga de buscarte el aparcamiento, y luego de devolverte el coche. Salimos todos del vehículo, Logan entregó al muchacho las llaves para a continuación entrar los cuatro al establecimiento. Era la hora justa, todos debían de estar dentro así que sólo faltábamos nosotros.

Al entrar y dar el nombre de la reserva, un camarero bastante elegante nos acompañó a una zona reservada. Desde la lejanía se escuchaban las voces de nuestros amigos y familiares hablar. Y yo, comenzaba a ponerme nerviosa. No es que no tuviera confianza con ellos, pero iba a ser una cena importante, íbamos a anunciar nuestro compromiso, inevitablemente me rocé con el dedo pulgar la alianza que permanecía en mi dedo anular.

- Ya están aquí - se escuchó decir a Max, uno de los amigos de Logan. Al momento todos empezaron a aplaudir y a acercarse a saludar, sobre todo a Abby, que era el centro de atención con ese vestido azul cielo y perlitas que le puse.

Tras conversar durante unos breves minutos más entre todos, nos dirigimos hacia la mesa. Logan y yo estábamos presidiéndola y a nuestros respectivos lados estaban nuestros amigos, quedando de este modo nuestras familias al fondo de la mesa. Los camareros comenzaron a servir vino y a coger nota de los platos que queríamos. De momento tenía bastante buena pinta la cena. Había un agradable ambiente, todos reíamos y conversábamos.

La comida estaba exquisita, y el restaurante decoro nuestro reservado con velas de tonos beige en la mesa y un adorable aroma a naranja. Estaba siendo una de mis mejores noches, una noche muy necesaria después de lo ocurrido hace días. Aquí estaban todas las personas esenciales en mi vida.

- Me alegro mucho por vosotros - intervino Liam mientras salíamos del restaurante - Te llevas a una gran chica - se refirió esta vez a Logan.

- Me lo tendré que terminar creyendo - respondió Logan riendo.

- Lo dicho, una cena increíble. Nos vemos mañana - dijo Liam para despedirse.

Terminamos por salir del restaurante, y tras despedirnos de mi padre y Carl, que ya se iban a casa, nosmontamos en el coche para irnos nosotros también. Era más de media noche y Abby iba dormida ya. Dentro de unos minutos estaríamos en casa, acostaríamos a la pequeñay quizás, y sólo quizás, Logan y yo tendríamos uno de esos momentos íntimos donde todo entre nosotros fluye. Me convenció con la conversación que tuvimos sobre tener otro hijo, sería bonito ver cuando el destino, la vida, nos otorga con otro pequeño o pequeña. Pero también me daba cierto respeto la idea. No quería que fuera muy precipitado todo. De todos modos, lo haríamos a su manera,estaba convencida que me llevaría por su camino de perdición por mucha resistencia que pusiera.

Ely Williams [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora