Capítulo 11

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Logan

Cogí el vaso lleno de refresco y comencé a beber. Estaba sentado en la gran mesa del salón de casa, junto a mis padres y Natalie. Era la primera cena de reencuentro que teníamos desde que vine hace casi dos años, y los temas de conversación eran de los más variados y extensos. Tenían tantas cosas que contarme como yo a ellos.

-Y dime - intervino mi madre - ¿Ya vistes a Ely?

-Si - dejé el vaso sobre la mesa - Pero aún tenemos que hablar.

-Eso sería fantástico - dijo mi padre - En más de una ocasión nos visitó, ya que es amiga y compañera de tu hermana - señalo a Nat la cuál parecía haberse tensado - Y esa muchacha está más guapa que antes, por no hablar de su...

-Cierto - interrumpió Nat – El tiempo que han pasado le ha sentado bien. Pero Logan no se queda atrás.

-Está hecho ya todo un hombre - dijo mi madre sonriéndome con cierta emotividad.

Continuamos con la cena, y con otro tema de conversación. Y yo, con la mosca detrás de la oreja. ¿Qué estaba pasando?, todos parecían estar ocultándome algo. Algo que por lo poco que conseguí averiguar, era bueno, pero algo importante, y algo relacionado con Ely.

Por el momento debía de conformarme con lo que sabía, tenía comprobado que ninguno iba a soltar prenda. Holly, Adam y Nat parecían haber hecho un puto juramento de sangre como en las películas para ocultar algo, o quien sabe si para ocultarme algo. Quince minutos después de terminar la entretenida conversación en la mesa con mis padres y mi hermana, subí a por una chaqueta. Holly me pidió vernos para hablar, y habíamos quedado en una hora en el centro de la ciudad. Por lo que, al ser de noche, seguramente refrescaría algo, además tenía el presentimiento de que la conversación iba a ser larga.

- ¿Cómo pudiste aceptar? - dijo Holly caminando a mi lado derecho.

-No lo sé, vi la oportunidad de cerrar esa pesadilla de etapa con Ann – resoplé - Mira solo quería ir, hablar, y despedirme definitivamente de ella.

-Pues la cosa no te salió bien - pronunció mirando al suelo.

- ¿No me digas? - soné irónico, pero con cierta rabia al recordar lo estúpido que fui - Lo siento - dije a los minutos.

-Tranquilo - se sentó en el banco más próximo - Entiendo que aún te de rabia, pero estamos aquí para que soluciones todo con Ely.

-Ojalá sea así - la miré - No sabes las de veces que deseé que todo fuera distinto.

Tras decir aquello, el silencio se hizo entre nosotros, solo se escuchaban unos pocos grillos alrededor ya que había un pequeño parque con arbustos. Quizás permanecimos así unos cinco minutos, pensando cada uno en sí mismos, o en mi caso, imaginando el momento de reconciliación con Ely. Ese momento en el que pudiera respirar hondo y dejar atrás toda esta agonía, en el que comenzase a sentir de nuevo que estaba vivo, en el que pudiera volver a bombear sangre a mi corazón con un simple roce de piel con Ely.

El simple hecho de imaginarlo, provocaba en mi un hormigueo interno, una sensación escalofriante. Sentía en estado puro el amor que aún conservaba por esa chica, mi aún chica, por muchos Roger que se interpusieran.

-Entonces - hice una pausa - ¿Cres que querrá verme mañana?

-Mira, aunque no quiera, te verá y hablará contigo - me puso una mano en el hombro - Tengo un acuerdo con ella, y mi parte ya la cumplí.

-No voy a poder coger el sueño en toda la noche - reí con nerviosismo al no creer que mañana ya volvería a ver a Ely.

A los pocos minutos, nos despedimos y me fui hacia mi coche. Pondría rumbo a casa, y una vez en ella me daría una ducha, como intento de relajación para poder luego dormir un poco. Mañana sería el gran día, podría hablar con Ely, contarle lo que verdaderamente ocurrió, y sobre todo, preguntarle. Preguntarle por lo que ocultaba, por lo que todos me ocultan.


Ely Williams [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora