Capítulo 7

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Logan

Los nervios estaban recorriendo todo mi cuerpo, y de una manera inevitable. Sabía que hoy era el día que tanto tiempo había deseado, el día de volver a ver a Ely en persona, cara a cara. Y esa idea me estaba alterando, ya que por lo contrario ella no tenía ni idea de que hoy todo cambiaría para ella también. O ese era mi propósito al menos. El provocar algo en ella, volver a remover todo lo que había entre nosotros y hacer de nuevo que vuelva a mí, que vuelva a ser mía y solo mía. Hacer todo lo que estuviera en mis manos para que se alejase de ese tal Roger y se acercase a mí.

Preparé mi traje negro de forma que pudiera evitar cualquier arruga en él, y me dirigí a la ducha de la habitación del hotel. Debía de ir impoluto. Diez minutos después, salí de la ducha y comencé a arreglarme. Tras peinarme elegantemente, me metí dentro del traje, primero los pantalones y luego la camisa de botones blanca. Me eché un vistazo al espejo de pie para ver si me quedaba igual de bien el traje a la última vez que lo usé. Y he de admitir que me quedaba incluso mejor, todo debido a que ahora tenía mayor anchura de espalda y un poco más de musculatura. Coloqué la corbata en el cuello de la camisa, y tras hacer el nudo adecuadamente, escuché como pegaban en la habitación.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté riendo.

-No iba a perderme tu look para esta noche - río Adam entrando a la habitación - Vas bastante bien eh.

-La ocasión lo merece - le guiñé un ojo al mismo tiempo que me echaba perfume.

-Por cierto, Holly llevará un vestido gris perla - dijo mirándome - Sé lo que me dijiste ayer sobre que reconocerás a Ely, pero quiero hacértelo más fácil y sobre todo hacer más posible vuestro encuentro.

-Bueno - hice una pausa y me giré para mirarle - Agradezco la pista, y todo lo que estás haciendo por mí.

-No es nada. Os necesitáis ambos - sonó totalmente sincero - Ya sabrás por qué – dijo sonriente. Y ahí estaba otra vez la cuestión que estaba rondándome la cabeza desde anoche. ¿Qué debería saber?

Acababa de aparcar el Audi negro que alquile el día después de llegar a San Francisco cerca del lugar de la fiesta. No podía hacerme con mi Porsche, el cual se encontraba en el garaje de mi casa desde que me fui a Seattle, ya que se darían cuenta en casa y sobre todo Natalie. Y tampoco podía tener a mi primo de chófer para mí, también podía sospechar algo Holly. Estaba muy limitado en mis movimientos, parecía ser protagonista de una de esas películas de acción que echan en los cines. Pero todo valdría la pena, estaba seguro.

A los pocos minutos de aparcar, llegué a la entrada de la fiesta y me coloqué mi máscara. Era una máscara simple, muy similar a un antifaz de color negro. Y con ella puesta, crucé las grandes puertas de metal y cristal. Inmediatamente visualicé una gran multitud de gente con máscaras bailando al ritmo de la canción, otras bebiendo en la barra libre que había al fondo de la pista y alguna que otra persona mirándome al entrar. Me hice hueco entre la gente, me serví una copa y me apoyé en una columna cerca de la pista de baile.

Busqué con la vista entre todas las chicas, pero aún no conseguí ver ese vestido gris perla de Holly ni esos ojos marrones de Ely detrás de una máscara. Posiblemente aún no llegaron, pero ahí estaría yo esperando, impaciente y deseoso.

Ely

Llevaba varias horas en casa preparándolo todo con las chicas. Holly era la que más entusiasmada estaba, aunque era lógico después de saber las ganas que tenía de darse una buena fiesta. Natalie y Holly estaban dándose los últimos retoques antes de ponerse los vestidos mientras yo intentaba dormir a Abby. Al irme de fiesta, mi pequeña se quedaría a cargo de mi padre, y quería ahorrarle el trabajo de dormirla al menos. Algunas veces era muy exigente en que fuese yo quien la durmiese.

Veinte minutos después, deje a la bebé en el cuarto de mi padre durmiendo en una pequeña cuna junto a su cama. Y yo, me dirigí a mi cuarto, tenía que darme un poco de retoque en el maquillaje y ponerme mi vestido negro.

-Venga Ely - expresó Natalie ya vestida y lista al igual que Holly - la fiesta ya comenzó y aún no hemos salido de casa.

-Tranquila - reí e hice un signo de tranquilidad - Solo me falta darme rímel, el labial y vestirme.

-Te damos cinco minutos - dijo Holly en un intento de parecer seria.

Reímos las tres y me puse en marcha para terminar de prepararme. A los pocos segundos estaba dándome color a los labios, especialmente en un tono rojo oscuro mate y como no, alargando aún más mis pestañas. Tras terminar los retoques faciales, me empecé a deslizar por el fino y elegante vestido, me puse mis tacones negros y agarré mi pequeño bolso de noche y mi máscara negra con un poco de brillo.

-Estoy lista - dije llamando la atención de las chicas.

-Fabulosa - pronunció Natalie.

-Si Roger te viera no te dejaba salir de casa - río Holly dando a entender que estaba bastante sexy.

El trayecto hasta la fiesta fue de lo más animado. Íbamos en el coche de Holly, y se empeñó en poner la radio al máximo de volumen. Según ella esa noche era nuestra, y teníamos que ir calentando motores, y que mejor que ir cantando por toda la carretera la canción que sonaba.

Unos quince minutos más tarde, habíamos aparcado en la entrada de la fiesta. La música se escuchaba ya incluso fuera del establecimiento. Parecía estar bastante animada la noche, y eso me hizo sentir un escalofrió repentino. Hacía bastante que no asistía a una fiesta tan animada, incluso más tiempo que Holly. Ya que ella si fue a más de una con Adam a lo largo del año.

En el exterior estaba todo ambientado de forma misteriosa, supongo que al tratarse de una fiesta de máscaras quisieron darle ese toque. Las tres nos miramos con cierto nerviosismo y entusiasmo, y nos colocamos las máscaras antes de entrar. Iba a resultar curioso ver a la gente, beber junto a ellas e incluso bailar sin saber de quien se trataba. Aunque al mismo tiempo iba a resultar divertido.

-Chicas, ¿Preparadas? - dije antes de cruzar las puertas.

-Obvio que si - respondió Holly, y tras mirarnos a Natalie y a mí, continuó - Es la noche de dejarse llevar. Nadie sabrá quienes somos, ni nosotras quienes son.

- ¿Cómo puedes decir eso? - expresó Natalie riéndose- Tienes a Adam, no puedes dejarte llevar.

- ¿Y quién dijo que me refería a mí? - preguntó Holly a Natalie - Te lo digo a ti - me miró fijamente detrás de su máscara gris a conjunto con su vestido.

- ¿Qué? - dije con incertidumbre.

-No nos engañemos Ely, Roger no está hecho para ti. Y esta es tu oportunidad de tener un poco de libertad, de ser más tu misma y disfrutar. No te sientas atada por Roger.

Esas palabras de Holly me hicieron un poco de pensar. ¿Querría decirme que dejase a Roger?, nunca se metió en mis decisiones respecto a esa relación mía, y me era extraño que ahora me diera esa indirecta. O al menos así la percibí yo. De pronto un pequeño tirón del brazo me hizo reaccionar, y seguí a las chicas hasta el interior de la fiesta. Donde todo estaba algo oscuro, con unas pequeñas luces de colores iluminando la sala e iluminando a toda esa gente bailando, hablando y bebiendo.

Debo de admitir que me sentí un poco fuera de lugar al principio, hasta que junto a Natalie me dirigí a por algo de bebida. Nos abrimos paso entre una treintena de personas bailando, apartando a una y a otra conforme avanzábamos. Hasta que una de esas personas llamó mi atención, y no por llevar el mejor traje de la sala o la mejor máscara, si no por su atenta y pesada mirada sobre mí. Como si hubiera estado esperando mi llegada, como si no se creyera lo que estaba viendo. Su mirada me incomodaba, pero me llamaba a devolvérsela. 

Ely Williams [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora