Capítulo 22

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Capítulo 22

Al alba tras la muerte de Calen, su cuerpo fue incinerado. Alee pidió permiso para poder darle el descanso tal y como era costumbre en su manada de origen. El Alpha lo permitió, así que el beta construyó una pira para su hermano y al despuntar el día, el fuego consumió su cuerpo. Fue una ceremonia sencilla, todos quisieron estar allí para presentar sus respetos a Alee y despedir a Calen. Alek conocía la costumbre, así que cuando el fuego por fin consumió la pira y antes de que el viento esparciera las cenizas, guardó un puñado para entregárselas a su hermano. Micah había confeccionado un pequeño saquito en piel para que pudiera llevarlas siempre junto a él.

Después de la ceremonia, Alee cambió a su forma de lobo y desapareció en el bosque. El primer impulso de Less fue ir tras él, pero Alek le detuvo.

"-Necesita tiempo para llorar a su hermano y dejarlo ir"

"-Eso lo puede hacer aquí. Nosotros cuidaremos de él, ahora somos su familia" -Alek se sintió orgulloso de los instintos de su Beta para proteger y cuidar. Pero como Alpha la responsabilidad, de dar a cada miembro de la manada lo que necesitaba, recaía sobre él.

"-No puedes obligarlo a perdonarse Less, eso es algo que debe hacer por sí mismo" -por supuesto Alek también estaba preocupado, pero entendía. Él sabía lo que era sentir la pérdida hasta el punto de querer desaparecer también y comprendía la necesidad de estar un tiempo en soledad para poder encontrar el camino de vuelta.

"-Micah tú no puedes estar de acuerdo con eso, verdad?" -Less no estaba conforme con dejar al joven beta solo con la perdida tan reciente y sabía que si alguien podía convencer al Alpha de cambiar su decisión, ese sería Micah.

"-El bosque cuidará de él... y yo... yo no lo dejaré solo" -a Micah también le costó aceptar la orden de su Alpha. Tampoco quería dejar solo a su amigo, pero después de que Alek le pidiera que vigilara su lazo para asegurarse que no hacía ninguna locura y después de que el bosque le susurrara "Seguro...familia... cuidar", entendió que darle tiempo y espacio a Alee era necesario para que aceptara las palabras de su hermano y empezara a sanar.

Como prometió no le dejó solo. No hubo un día en que Micah no consultara con los espíritus y comprobara el lazo con el beta para ver como se sentía, poco a poco trataba de aliviar su pena y aligerar su culpa. Cada noche escuchaban el canto de su lobo y ellos, como su manada, como su familia, no dudaban en unirse a su canción triste y desgarrada. Sobre todos los otros, el aullido del Alpha era el que resonaba más fuerte en la noche, recorriendo el bosque y llegando hasta el joven beta, para recordarle, que él, no estaba solo.

Durante los días que Alee estuvo fuera, Micah habló con su Alpha. Le explicó cómo, de alguna manera, consiguieron llegar a Calen y cómo, los dos hermanos, pudieron verse una vez más y despedirse.

Alek escuchó a su omega y no pudo evitar sentir admiración y orgullo por el milagro que había conseguido al reunir a los dos hermanos. Micah era increíble y a sus ojos, el mejor omega que una manada podía desear. Cuando estaba a punto de expresar ese pensamiento en voz alta, vio como la mirada de su chico se ensombrecía.

"-Qué está mal Micah?" -Alek había aprendido a reconocer esas señales, sabía que Micah tenía algo más que decir y por como los ojos de su omega se llenaron de lágrimas comprendió que no iba a ser algo bueno.

"-Calen me pidió que su hermano no supiera nunca lo que los humanos le hicieron. Por favor Alpha, solo le causaría más dolor" - Micah se aferró a la camisa que llevaba puesta Alek, desesperado porque su Alpha entendiera lo importante que era mantener esa promesa para él.

ManadaWhere stories live. Discover now