Manada

Capítulo 10

Capítulo 10

Alek, guió a Micah de nuevo a la habitación que había asignado para él. "Debería estar durmiendo en mi cama". Alek sacudió la cabeza tratando de deshacerse del pensamiento antes que el omega sintiese su posesividad como una amenaza. Estaba bastante seguro que el chico no daría la bienvenida a ningún tipo de avance que implicase contacto físico. Aún cuando su lobo lo único que parecía querer era revolcarse en el olor del hombre más pequeño, su interés no parecía ser correspondido. El simple toque de su mano en la espalda del chico estaba calentando su cuerpo de formas que no sabía que otro hombre podía provocar. El reconocimiento de que anhelaba el contacto de un hombre debería haberle hecho perder la cabeza, algún tipo de rechazo o lucha interior, pero lo único que sentía Alek era aceptación. Era correcto. Estar con ese hombre era correcto. Abrazarle, protegerle, cuidarlo, tocarle, sentirle... todo, era correcto y él no iba a enloquecer por eso, si un simple toque despertaba a su cuerpo de esa manera no podía esperar a descubrir que pasaría cuando Micah le correspondiese... y él se encargaría de ser correspondido. Alek decidió en ese momento que quería a ese hombre en su vida, sabía que el chico estaba roto, que había pasado por un infierno y que no sería fácil, pero se prometió a sí mismo que haría lo que fuese necesario para sanar al hombre y tenerlo a su lado.

Llegaron a la habitación y Alek le abrió la puerta. Micah no sabía como interpretar las sensaciones que el contacto del Alpha le provocaban. Era... agradable, y eso le desconcertaba durante años no pudo soportar el tacto de nadie sobre él sin tener un ataque de pánico, no entendía por que ahora su cuerpo parecía buscar el contacto de alguien que debía haber inspirado el más fuerte de los rechazos. Un alpha. Pero estaba sucediendo, en el momento en que el hombre había quitado la mano de su espalda para abrir la puerta, había sentido la ausencia. Confundido entró en la habitación, se sentía débil junto a ese hombre, y no le gustaba. No hacía ni un día que lo conocía y le aterraba el poder que parecía tener sobre él. Y eso no era lo que su padre le había enseñado. No era por lo que su padre había muerto. Con eso en mente se giró dispuesto a encarar al Alpha como el enemigo que sabía que era. En el momento en que sus ojos encontraron a los del otro hombre toda la resolución que creía tener se vino abajo. Lo que veía en los ojos del hombre más grande, era algo cálido y le hacía sentir... bien.

"-Cam subirá algo de comer" - la voz del Alpha le sacó de sus caóticos pensamientos.

Micah, bajó su mirada incapaz de encontrarse de nuevo con los ojos del hombre. Su ceño fruncido en confusión "Será por el lazo de manada? Por eso me siento así con él alrededor?" Quería creer eso, pero recordaba claramente como se había rendido a él en el claro la noche que se conocieron y como se sometió sin luchar cuando le hizo parte de la manada. El recuerdo de su sumisión hizo que se enfadara consigo mismo.

"-Suficiente chico, no se contra que estás peleando en esa cabeza tuya, pero debes parar"

-Micah había estado tan centrado en sus pensamientos que no se había dado cuenta de lo cerca que estaba el hombre. Dio un paso hacía atrás sorprendido por la cercanía, el Alpha no le detuvo, no le agarró ni le zarandeó, solo estaba ahí, de pronto su presencia era tan grande que Micah se encogió, era como si el hombre absorbiera todo el aire de la habitación. Cuando Alek dio un nuevo paso en su dirección, Micah volvió a retroceder.

"-No hagas eso, no te alejes de mi" -Micah levantó la mirada, la voz teñida de una profunda tristeza cavó hondo en el corazón del omega.

"-Qué quieres de mi?" -su voz apenas un susurro, su garganta apretada por los sentimientos que parecía absorber del hombre delante de él.