Revenge © |B#3|

Capítulo #57

Corrí por los pasillos sin rumbo alguno. Podía escuchar las voces de los guardias un poco más cerca a mi; mis nervios se hicieron presentes de nuevo al no saber que hacer o en donde esconderme hasta tener un plan no suicida.

Había salido de un problema para meterme en otro.

Cansada, me detuve en uno de los pasillos. Ya no podía más; las descargas me había dejado más débil de lo que había imaginado.

Estaba apunto de rendirme y caer al suelo a la espera de que los guardias me encontraran cuando un par de manos me toman del brazo para jalarme por el pasillo. Mi primer pensamiento era gritar en busca de ayuda, sin embargo, una de las manos soltó su agarre de mis brazos y cubrió mi boca.

—No grites o nos oirán. —susurró en mi oído.

Estaba a punto de balbucear que me dejara libre, pero las sombras de cinco guardias hicieron que mejor lo pensara dos veces.

—Muy bien, debemos irnos. —murmuró. —Quitaré mi mano, así que por lo que más quieres no hables.

—Me voy de aquí. —susurré molesta en el momento en que su mano dejó mi boca.

—¿Estas loca? —me crucé de brazos. —Debemos ir a un lugar seguro.

—Cualquier lugar es seguro si no estás ahí, Demian. —comenté.

—¿Qué?

—Prefiero que los guardias me atrapen que estar contigo. —respondí. —Veras, no me llevo muy bien con los que me traicionan.

—¿De qué hablas? Yo nunca te traicionaría, Cassandra. —murmuró alterado.

—Por favor. —di un paso hacia para que me escuchara con claridad. —Tuve que enterarme por la demente de mi prima que el hechizo de cambio de cuerpos no existe.

Sus ojos se abrieron. —¿Qué?

—No te hagas el desentendido, Darkh. Tú muy bien sabías que ese hechizo no existía y me hiciste creer que Nelson era el responsable de todo porque "Nicole" -expliqué molesta.

—Cassandra, por favor. Créeme que no es cierto. —respondió. —Yo nunca te traicionaría. En serio. Creí que el hechizo era real.

—Ya no se que creer. —murmuré. —Ahora nada tiene sentido; le di mi confianza a Nelson y me acabo de enterar que solo era mentira, te di mi confianza y ahora me entero que tal vez me mentiste. ¿Cómo piensas que te crea?

Tomó mis manos entre las suyas y las apretó no muy fuerte.

—Por la simple y sencilla razón de que me gustas. —susurró. —Porque cada vez que te veo mi corazón corre a mil por hora, porque con cada sonrisa que me das siento que estoy viendo una obra de arte. Porque estoy completamente seguro de que... te amo.

Sin decir otra cosa tomó mi rostro y juntó sus labios contra los míos sin preámbulos. No hace falta decir que en segundos me encontraba regresándole el beso con lentitud.

Sin embargo, el ambiente de amor y declaraciones intensas fue interrumpido por un gran estrépito y pasos corriendo.

Me separé de Demian y me di la vuelta con rapidez.