Capítulo #42

1.1K 104 11
                                    

Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a las palabras de Ingrid. No dejaba de pensar en todo y en nada, cuestionándome sobre todo lo que creí y no creía. ¿Cómo era posible siquiera lo que nos dijo?

"Cassandra es nuestra única salvación, debemos confiar en que ella nos rescatará." Había dicho Ingrid, pero ¿de qué nos salvaría?

Resoplé por quinta vez y me tiré en la cama haciendo que todos los papeles que estaban en ella volaran sobre mi. Estadísticas, profecías, enfermedades... nada concordaba con lo que estaba pasando. Ni siquiera podía entender lo que estaba pasando a mi alrededor. 

—¿Luke? —llamaron en la puerta. —¿Estás despierto?

Asentí, aún sabiendo que no podía verme en la oscuridad. —Si, pasa.

La luz del exterior lleno la habitación causando un efecto dramático a la figura que se encontraba en la puerta. Karina entro frotándose las manos, un acto nervioso de ella, y se sentó en la orilla de la cama. Me daba la espalda, pero pude identificar sé que no se sentía bien.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Es que... no sé cómo decirte. —murmuró.

—Solo habla. —me acerqué a ella. —¿Ocurre algo?

Asintió. —Tal vez todo sea más grande de lo que pensamos.

—Bueno, eso quedó muy claro ayer cuando...

—No me refiero a Ingrid, Luke. —interrumpió. —Desde la boda de Géminis siento que... algo anda mal.

—Es que hay algo mal. —dije confundido. —Karina, no entiendo que...

—¡Eso es lo que pasa, Luke! ¡No entiendes! —explotó. —Estas metido aquí, sin hacer nada, "pensando" desde que Cassandra se fue por su cuenta al Recinto. Estas de un maldito mal humor que me está sacando de quicio.

—Es porque no estoy en un buen momento, yo...

—Tú. Tú. Y tú. ¿Y los demás? 

—Karina...

—Ed está pasando por un momento difícil, Ingrid acaba de descubrir que quizá ustedes son hermanos y luego este desmayo, yo tengo que vivir aquí cuidando a mis amigos a pesar de que podría irme. —resopló. —Luke, no todo gira sobre ti.

—No digo que lo haga, solo digo que esto... lo que está pasando está siendo demasiado para mí. —dije.

—Por eso. Estás tan concentrado en sentirte a salvo que no te das cuenta de lo que pasa debajo de tus narices.

—No pasa nada, Karina. Nada.

—Y ahí va otra vez. —se levantó. —Por dios, Luke. ¿Cuándo te volviste tan estúpido?

Me levanté molesto. —¿Y tú cuándo te volviste importante en mi vida para opinar? Que yo sepa, nunca.

Karina tragó duro. —A esto me refiero.

—Sabes, no quiero hablar. —dejé caer mis brazos de ambos lados de mi cuerpo. —No quiero perder más tiempo.

—Entonces olvida todo lo que dije. —habló. Noté como trataba de mantenerse firme. —Y olvida que yo y tu somos amigos.

Revenge © |B#3|Where stories live. Discover now