Capítulo #32

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Después de salir corriendo del recinto y luego de que Kamille arrancara el auto, me llevó a un edificio. A un motel para ser específicos, cosa que no entendía. Según ella haríamos algo que me ayudaría a sentirme mejor, entonces ¿qué hacíamos en un motel? Realmente no entendía el sentido de su plan. Y cuando traté de preguntarle la razón de esto simplemente se dedicó a darme una sonrisa malévola.

Y eso no fue todo. Para agregar a la lista de cosas que no entendía, Kamille hizo una llamada. ¿A quién? ¿Por qué? Eso es lo que quería saber. Por lo que logré escuchar de la conversación, la chica me iba a llevar a otro lado y con un hombre. Eso me puso muy nerviosa. ¿Podía confiar realmente en Kamille? No lo sé.

- ¿Me puedes decir a donde me llevas? -pregunté mirando su perfil.

-No. -respondió. -Es una sorpresa.

- ¿Una que me hará sentí mejor? -pregunté con ironía. -Empiezo a cuestionarme sobre tu significado de "mejor".

-Tranquila, Cassandra. -dijo riendo.

-Esto no es gracioso, Kamille. Puede que me estés secuestrando y yo con toda la inocencia del mundo te estoy siguiendo. Y no me gusta sentirme así.

-No te voy a secuestrar. Creí que había quedado claro que estamos del mismo lado. -dijo mirándome por unos segundos. -Te recuerdo que casi me matas... con un cuchillo.

-No dudaría en hacerlo de nuevo. -comenté. - ¿Me dirás a donde nos dirigimos?

-Ya casi llegamos. Mejor mira por la ventana. -dijo divertida.

-Me gusta saber que mis preguntas y mi amenaza son graciosas para ti. -dije sarcástica.

Con una risa de su parte y un resoplido del mío, me volteé hacía la ventana y miré a través de ella. La calle estaba oscura a pesar de que las farolas estaban encendidas. La velocidad del auto me daba poco tiempo de detallar o reconocer el lugar en el que me encontraba. A penas podía ver los jardines de las casas y algunas personas caminando por la acera. Poco a poco el carro se fue bajando de velocidad, hasta detenerse enfrente de una casa oscura. Mi corazón también se detuvo al reconocer la casa. ¿Era posible lo que mis ojos estaban viendo? Al parecer sí.

Kamille fue la primera en bajar. Yo no me atrevía ni siquiera de abrir la puerta del auto. Los nervios se habían apoderado mi alma, ser, y cuerpo en menos de 5 segundos.

- ¿No piensas bajar? -preguntó Kamille un poco divertida.

Asentí y como pude bajé del auto. Mis piernas temblaban por los nervios, mis manos sudaban y mi respiración era irregular. No me había sentido así desde que había pasado todo lo del Libro de Profecías. Ya en la puerta, Kamille me dio una sonrisa alentadora la cual le devolví de la forma más normal. Podía jurar que mi sonrisa parecía más una mueca que otra cosa.

- ¿Lista? -preguntó.

Negué con la cabeza. -No lo estoy. -susurré.

Sonrió de lado. -Tranquila, todo estará bien.

Asentí con un suspiro y toqué la puerta. Con cada paso que daban adentro mi pulso incrementaba al igual que mis nervios. ¿Qué dirían al verme? ¿Estarían felices?

La puerta se abrió interrumpiendo mis preguntas mentales. Pero en cambio, mi corazón dio un vuelco al ver la persona que estaba enfrente de mí. Su cabello marrón claro y sus ojos me recorrieron de arriba abajo tratando de saber quién era. Al cabo de unos segundos, nos dio una sonrisa dejando ver sus dientes perfectos.

-Hola, ¿qué necesitan? -preguntó.

Yo no podía responder. Las palabras de Peter se repetían en mi cabeza como disco rayado. ¿Entonces es verdad? ¿Luke me había...? Un nudo se instaló en mi garganta.

Revenge © |B#3|Where stories live. Discover now